Cardenales

D. José Cobo Cano

Arzobispo de Madrid

Una vida sacerdotal marcada por la Cruz y las cinco llagas del Resucitado

Mons. José Cobo Cano, es un joven Obispo nacido en Sabiote (Jaén) el 20 de septiembre de 1965. Con tal solo 55 años cuenta con una amplia trayectoria pastoral desde que fuera ordenado sacerdote el 23 de abril de 1994.

Quienes conocen bien al hoy Obispo Auxiliar de Madrid no dudan en multiplicar los calificativos para definir las bondades de “un hombre de Dios”: sensible, bondadoso, con una gran capacidad para escuchar, con don de gentes, serenidad, “sentido ecuménico, con apertura de mente y gran armonía de corazón”.

Hijo de Agustín y Pauli, Mons. Cobo Cano se licenció en Derecho Civil por la Universidad Complutense de Madrid en 1988, el mismo año en el que entraba en el Seminario Conciliar de La Inmaculada y San Dámaso, para realizar los estudios eclesiásticos de Teología. Siendo ya párroco en Colmenar Viejo, cursa, entre 1994 y 1996, los estudios de Moral en el Instituto Redentorista de Ciencias Morales de la Universidad Pontificia de Comillas.

Un día de San Jorge, el 23 de abril de 1994 es ordenado sacerdote en Madrid. Comenzó su ministerio pastoral en la Parroquia de Colmenar Viejo. Poco tiempo después, pasa a ser Viceconsiliario de la Hermandades del Trabajo de Madrid. En 1995 es nombrado vicario parroquial de San Leopoldo, puesto que ocupa hasta el año 2000, año que es nombrado párroco de San Alfonso María de Ligorio y que compaginará con el arciprestazgo de Nuestra Señora del Pilar de Aluche-Campamento hasta 2015.

Desde junio de 2015, José Cobo Cano ocupa el puesto de vicario episcopal de la Vicaría II Nordeste y, en diciembre de ese año, entra a formar parte del Consejo Presbiteral y del Consejo Diocesano de Pastoral.

El 29 de diciembre de 2017 conoce que el Papa Francisco le había nombrado Obispo Auxiliar de Madrid, asignándole la sede titular de Beatia (Baeza, Biatien-sis), que tenía como metropolitana a Sevilla. Tendría que esperar hasta el 17 de febrero de 2018 para recibir la ordenación episcopal.

En la Conferencia Episcopal Española es miembro de la Comisión Episcopal de Pastoral Social desde abril de 2018. Tras la Plenaria de marzo de 2020 es miembro de la Comisión Episcopal de Pastoral Social y Promoción Humana y responsable de la Pastoral Penitenciaria.

El evangelizar entre los presos no es una nueva tarea para Mons. Cobo Cano que ya tuvo contacto con la realidad de las cárceles cuando era un joven universitario y que continuó siendo sacerdote.

“Desde pronto aprendí, por medio del trato con los presos, este gran reto que es descubrir la hondura de cada persona por encima de etiquetas o condiciones en las que se ha vivido. Gracias a ellos he aprendido que, en el fondo, todos estemos hechos del mismo barro. Es lo que nos dice el Papa Francisco cuando al visitar cada prisión termina lanzando esta pregunta al corazón de todos: ¿Por qué ellos están aquí y no yo?”

Cargos pastorales

Ha sido viceconsiliario de Hermandades del Trabajo de Madrid entre 1994-1996; vicario parroquial de San Leopoldo desde 1995 hasta el año 2000 cuando es nombrado arcipreste de San Leopoldo. Entre el año 2000 y 2012 es miembro del Consejo Presbiteral y párroco de San Alfonso María Ligorio donde permanecerá hasta 2015 compatibilizando el arciprestazgo de Nuestra Señora del Pilar de Aluche-Campamento (2001-2015), así como formar parte de la Comisión Permanente del II Sínodo diocesano entre 2002-2005.

Vicario episcopal de la Vicaría II Nordeste en 2015 y miembro del Consejo Presbiteral y del Consejo Diocesano de Pastoral. En la Conferencia Episcopal Española es miembro de la Comisión Episcopal de Pastoral Social desde abril de 2018. Tras la Plenaria de marzo de 2020 esta es Comisión Episcopal de Pastoral Social y Promoción Humana encargándose de la Pastoral Penitenciaria.

Otros datos de interés

En tu Misericordia, confiar y servir es el lema episcopal de Mons. José Cobo Cano, obispo titular de Beatia porque confiar y servir son los objetivos que “han argumentado mi vida y mi vocación sacerdotal y, por lo tanto, es mi fortaleza, lo que puedo ofrecer ahora mismo a la Iglesia y a la comunidad cristiana”.

Con su escudo episcopal ha querido expresar cuatro ofrecimientos y cuatro gestos que le han marcado en su vida personal y sacerdotal: la Cruz con las cinco llagas del Resucitado; una campana, porque su misión es convocar al pueblo de Dios en los buenos y en los malos momentos; una jofaina: colocarse de rodillas y lavar los pies de los otros es lugar de aprendizaje del discípulo, de donde nace la Eucaristía y la Iglesia. Y una muralla rota con una estrella al fondo, en alusión al descubrimiento de la Virgen de la Almudena, y a la patrona de su pueblo, la Virgen de la Estrella.