¿Juego? ¿Deporte?¿Por qué no ambos? Para los aficionados, para cuando eres un niño y aprendes a manejar las figuras, a moverlas por los escaques o las casillas del tablero, sin duda es un juego.

Cuando ese juego se convierte en una profesión, ya es deporte porque sus competiciones estan reguladas por la FIDE (Federación Internacional de Ajedrez) y además, el Ajedrez forma parte de los deportes que se disputan en los Juegos Olímpicos de verano, lo que significa que el Comité Olímpico Internacional le reconoce como un deporte.

El Ajedrez es estrategia y lo demuestra la importancia que adquirió durante la Guerra Fría. Sus competiciones entre EE.UU. y la URSS marcaban también la temperatura con la que se medían ambas potencias. Es historia y no solo del Ajedrez, sino historia mundial, la final que se disputó en Reikiavik en julio de 1972 entre el ajedrecista estadounidense Bobby Fischer y el soviético Boris Spassky y que acabó con el reinado de la Unión Soviética en el Ajedrez durante 24 años ininterrumpidos.

El tablero y las figuras del Ajedrez

El Ajedrez necesita a dos contrincantes. Cada uno dispone de 16 piezas móviles que se colocan sobre un tablero que se divide en 64 casillas o escaques.

El tablero es un cuadrado de 8×8 casillas o escaques, alternadas en colores blanco y negro, que constituyen las 64 posibles posiciones de las piezas para el desarrollo del juego.

Cada jugador tiene 16 piezas o figuras: un rey, una reina o dama, dos alfiles, dos caballos, dos torres y ocho peones.

Como juego de estrategia el fin de cada partida es derrocar a tu oponente y derrocar a tu contrincante es hacer jaque mate a su pieza más valiosa, el rey. Para llegar a la casilla del rey hay que ir eliminando el resto de piezas que seguramente han sido colocadas protegiéndole.

¿Cuáles son las reglas del Ajedrez?

Un jugador controla 16 piezas blancas y otro jugador controla 16 piezas negras. El color asignado a cada jugador suele sortearse, aunque en el caso de los torneos está en función del emparejamiento de los jugadores. El jugador que juega con las piezas blancas es siempre el que mueve primero.

El tablero es colocado de tal forma que ambos jugadores tengan un escaque blanco en la casilla de la esquina derecha respectiva. Las piezas se ubican así: las torres, caballos y alfiles más cercanos al rey suelen llamarse de rey y las más alejadas, más próximas a la dama o reina se llaman de dama. Asimismo, el lado donde se encuentran en origen ambos reyes se suele llamar flanco rey y el otro flanco dama.

En el ajedrez tradicional, las piezas se colocan siempre en la forma descrita. Hay variantes en las que la situación de las piezas en la primera fila puede variar (Ajedrez aleatorio de Fischer o Ajedrez 960).

Los jugadores mueven por turnos. En cada turno, un jugador solo puede mover una pieza, salvo en el enroque que permite al rey moverse dos casillas hacia la derecha o hacia la izquierda y la torre se ubica a su lado opuesto.

Cada tipo de pieza se mueve de una forma diferente. Las piezas no pueden saltar, en su movimiento, una por encima de la otra, salvo el caballo, que puede saltar sobre otras, moviendose en ‘L’, y de la torre, en el enroque.

Una pieza no puede ocupar una casilla ocupada por otra pieza del mismo color, pero sí una ocupada por otra del contrario, retirándola del tablero. Esta acción se conoce como “tomar” o “capturar”, y es voluntaria, a decisión del jugador.

Las casillas a las cuales puede moverse una pieza, se dice que están controladas por esta. Si una pieza se encuentra dentro de las casillas controladas por una pieza de color contrario, se encuentra atacada por aquella.

El rey es la única pieza que no puede moverse o pasar por casillas controladas por piezas contrarias.

Una jugada que ataque al rey se conoce como jaque. Si no hay defensa posible contra un jaque, el rey está en jaque mate. Ese es el objetivo y quien lo inflige al rey rival, gana.

Estas normas son un resumen, porque las reglas son más extensas y tienen más posibilidades de ganar o perder, y quienes se entregan a este juego lo saben.

En resumen el Ajedrez es un juego, es un deporte, es mucho más como se vivió durante muchos años en la política internacional, pero eso no descarta que un niño lo pueda aprender desde muy pequeño, es más en muchos casos, incluso, se utiliza como terapia. Y es un juego que se puede practicar en casa o al aire libre.

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