20 años en peligro: el objeto que usaba una anciana como martillo que podría haber provocado una tragedia

El artefacto estuvo activo todo el tiempo y la mujer ni siquiera era consciente de lo que se trataba

Una anciana en China

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Una anciana en China

Luis Arenas

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3 min lectura

Lo que parecía una simple anécdota de la vida rural en China ha dado la vuelta al mundo gracias a las redes sociales. La señora Qin ya es protagonista de uno de los virales más sorprendentes del año… y todo gracias a un “martillo” que nunca lo fue. 

Qin es una mujer de 90 años que utilizó durante dos décadas una granada de mano como si fuera un martillo de cocina, pero lo mejor de todo es que la granada estaba activa. Sin duda, ir a cocinar se ha convertido en la rutina más peligrosa del mundo, "un poco más y explota"

La protagonista, identificada por los medios locales solo como "la señora Qin", encontró hace unos 20 años lo que creyó que era un martillo en su granja. Desde entonces lo usaba para todo, cascar nueces, machacar pimientos y hasta clavar clavos en la pared. 

A nadie de su pueblo le resultó extraño porque en la zona rural china es habitual reutilizar cualquier objeto que pueda tener un segundo uso. 

Se trataba de una granada de mano Tipo 67, heredera del icónico modelo alemán durante la Segunda Guerra Mundial

El descubrimiento que pudo cambiarlo todo 

La historia salió a la luz cuando unos obreros acudieron a demoler la vieja casa de la anciana. Uno de ellos notó que el supuesto martillo tenía un peso extraño y un acabado metálico sospechoso. Al examinarlo mejor y ver la carga de TNT, se dio cuenta de que no era una herramienta doméstica, sino un explosivo. 

De inmediato dieron aviso a la policía, que se presentó con un equipo antibombas. Tras inspeccionarlo, confirmaron que el artefacto no solo era auténtico, sino que seguía operativo. Un golpe con el ángulo equivocado podría haber provocado un "boom" letal.  

 Cómo funciona una granada de este tipo

La granada Tipo 67, fabricada en China desde los años 60, se caracteriza por su mango alargado de madera y su sistema de encendido por fricción. Con ese diseño permitía lanzarla más lejos y con mayor precisión. El explosivo interno (TNT) se mantiene en buenas condiciones aunque pase el tiempo. 

Munición alemana

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Munición alemana y un modelo de granada parecido al Tipo 67

El detalle curioso es que probablemente la manera en la que la anciana golpeaba los objetos era transmitiendo la fuerza hacia el mango y no directamente hacia el detonador. Un auténtico milagro, "lo usaba todos los días, nunca pensé que fuera peligroso". 

La propia Qin confesó a medios locales que jamás sospechó de aquel martillo improvisado. Para ella era una simple herramienta más, en una casa donde todo se reutilizaba. La policía, en cambio, no dudó en remarcar la gravedad, "cada golpe pudo haber sido el último".

Tras acordonar la zona, los agentes trasladaron la granada a un campo abierto donde la destruyeron de forma controlada. El estallido dejó claro a los vecinos que Qin había convivido con un peligro real durante muchos años

Más allá de la anécdota: un problema global

Aunque parezca una historia única y con un tono de humor, no lo es tanto. Hay miles de restos de municiones sin detonar todavía, que aparecen en zonas rurales de países que vivieron conflictos armados en el siglo XX. No solo balas o granadas, también bombas aéreas y minas antipersona. 

En España, por ejemplo, es muy común que un excursionista o los agricultores se topen con proyectiles de la Guerra Civil. El consejo siempre es el mismo, no tocar y avisar inmediatamente a las autoridades.  

Sin embargo, más allá del tono jocoso, el caso también ha servido para recordar la importancia de la educación en seguridad. Las autoridades locales organizaron charlas en la comunidad para enseñar a identificar objetos sospechosos y no repetir lo ocurrido.

Visto en ABC

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