Andrés, hostelero de la calle Laurel: "El que pase a partir de las 5 de la mañana verá que hay una luz, hay una persona trabajando 4 días a la semana"

Un hostelero de la calle Laurel cuenta las claves de su famoso 'matrimonio' y su capacidad para adaptarse a los nuevos tiempos

BLANCO Y NEGRO

El Blanco y Negro, un templo centenario del pincho en la calle Laurel

Álvaro de los Ríos

Logroño - Publicado el - Actualizado

5 min lectura9:13 min escucha

En el corazón de Logroño, la calle Laurel late con un pulso único, albergando casi un centenar de bares en apenas 200 metros. En el sector hostelero de La Rioja, donde trabajan cerca de 8.000 personas en los más de 2.000 establecimientos de la región, se encuentra el bar 'Blanco y Negro', un templo del pincho ubicado en la icónica calle logroñesa, con más de un siglo de historia. Su copropietario, Andrés Fernández, ha desvelado las claves de un éxito que parece eterno.

El secreto de un bar centenario

Andrés Fernández atribuye la longevidad del negocio a una mezcla de factores. Supone que parte del éxito se debe a "un poco de suerte, por estar donde parece que los logroñeses quieren estar", pero sobre todo a "abrir la puerta todos los días", valorando a cada cliente por igual. Según él, la clave es "valorando que cada cliente que entra es tan importante como el último", con la esperanza de que "la gente te reconozca con su vuelta".

La gente ha descubierto que en España se vive muy bien"

Andrés Fernández

Copropietario bar 'Blanco y Negro'

Calle Laurel

Calle Laurel

El ‘matrimonio’ que conquista paladares

Quien visita el Blanco y Negro pide inevitablemente su pincho estrella, el 'matrimonio', un bocadito de boquerón con anchoa. El secreto, según Fernández, no es otro que la calidad y la preparación diaria. "El que pase por la calle a partir de las 5 de la mañana verá que hay una luz, donde hay una persona que está limpiando boquerones 3, 4 días a la semana", explica.

A esto se suma el pan recién horneado, los pimientos fritos cada día y los mejores proveedores, una combinación que, según él, "es lo que a la gente, algo tan sencillo, con buen producto, pues le parecerá que está bueno".

La evolución de la Laurel y el apoyo académico

La calle Laurel ha evolucionado notablemente, según la experiencia de Fernández. Aunque todavía se ven cuadrillas de chiquiteros, el perfil ha cambiado, "la gente ya no se bebe 12 vinos por la mañana y 18 por la noche". 

El centro de Logroño se ha visto "invadido por turistas", convirtiendo a la calle en el "eje de todas las visitantes que vienen a Logroño". Este fenómeno ha impulsado el crecimiento, aunque a veces produce "cierta saturación", un patrón que, según Andrés, se repite en toda España porque "la gente ha descubierto que en España se vive muy bien y lo quiere hacer".

El Bar Blanco y Negro es uno de los establecimientos clásicos de la Calle Laurel, es un bar centenario, se encuentra ubicado en el número 3 de la mítica calle. Su ambiente tradicional, su barra siempre animada y su especialidad en pinchos,  el local mantiene una estética sencilla y castiza, fiel al estilo riojano, y es muy frecuentado tanto por logroñeses como por turistas. Su nombre y su identidad no han cambiado con el tiempo, lo que lo ha convertido en un referente de la cultura del tapeo riojana.

El Blanco y Negro, ha sido reconocido por la Academia Riojana de Gastronomía por su aportación a la cultura del pincho tradicional.  El premio destaca su trayectoria, la calidad constante de su oferta y su fidelidad al espíritu original de la Laurel, donde la gastronomía se mezcla con la conversación y la vida de barrio. El Blanco y Negro es, en definitiva, uno de esos bares que definen el alma gastronómica de Logroño.

 hostelería y la gastronomía, motores de La Rioja  

El sector de la hostelería en La Rioja es uno de los más dinámicos de la economía regional, representando el 15% de los contratos y dando empleo a más de 10.000 personas en más de 2.000 establecimientos, uno de los más dinámicos de la economía regional, representando el 15% de los contratos. 

El enoturismo en La Rioja ha experimentado un crecimiento espectacular, con 912.438 visitas a bodegas en el último año. Una cifra que refleja no solo el atractivo de los vinos riojanos, sino también el papel esencial de la gastronomía local en la experiencia de los visitantes.

El impacto económico del enoturismo roza los 200 millones de euros, evidenciando que los viajeros no solo buscan vino, sino también disfrutar de la cocina riojana, maridando sus platos en restaurantes y bares de Logroño, en la calle Laurel, San Juan o La Herradura de Haro, así como en los fogones de los chefs riojanos más reconocidos

La calle Laurel se prepara para San Mateo 2025

La calle Laurel

 Tradición y vanguardia en los fogones riojanos  

Platos tradicionales como las patatas a la riojana, el caparrón, las pochas con codornices o la menestra de verduras conviven con propuestas innovadoras que incorporan ingredientes locales y técnicas modernas. Este equilibrio ha sido clave para mantener viva la cultura gastronómica riojana y atraer tanto a turistas como a gourmets nacionales e internacionales. La Rioja, tierra de estrellas Michelin

Plato de patatas bravas en un bar de la calle Laurel, en Logroño

EFE/ Fernando Díaz

Plato de patatas bravas en un bar de la calle Laurel, en Logroño

Seis restaurantes de La Rioja suman ocho estrellas Michelin, lo que convierte a la comunidad en la región española con más estrellas por habitante.

El Portal del Echaurren (Ezcaray) – Dos estrellas Michelin

Venta Moncalvillo (Daroca de Rioja) – Dos estrellas y una estrella Verde

Íkaro (Logroño) – Una estrella Michelin

Kiro Sushi (Logroño) – Una estrella Michelin

Nublo (Haro) – Una estrella Michelin

Ajonegro (Logroño) – Una estrella Michelin

Los nombres de Francis Paniego, Carlos y Ignacio Echapresto, Carolina Sánchez e Iñaki Murua, Félix Jiménez, Miguel Caño, Mariana Sánchez y Gonzalo Baquedano siguen brillando en el panorama gastronómico nacional e internacional

 Próximas citas gastronómicas  

La Gala de las Estrellas Michelin 2025 se celebrará el martes 25 de noviembre en Málaga, pero antes, La Rioja volverá a estar muy presente en el calendario gastronómico.

Kike Fernández, del restaurante Meraki Gastrobar (Nájera), y Miguel Espinosa, de El Albergue (Calahorra), representarán a la región entre el 10 y el 12 de noviembre en la Cúpula del Milenio de Valladolid, durante el Concurso Nacional de Pinchos y Tapas ‘Ciudad de Valladolid’ y el Campeonato Mundial de Tapas.

La gastronomía riojana sigue conquistando paladares, territorios y reconocimientos, reafirmando que comer en La Rioja es una forma de celebrar la vida.

Este contenido ha sido creado por el equipo editorial con la asistencia de herramientas de IA.

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