El tesoro de 20.000 millones de euros que se disputa España con otros dos países: esto es lo que dice el derecho internacional
Cuando Colombia reclama a España el tesoro de Quimbaya, hay otro hallazgo arqueológico que está suponiendo tensiones entre tres nacionales

Piezas arqueológicas en la zona del hundimiento del galeón español 'San José'
Madrid - Publicado el
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Las aguas profundas del Caribe colombiano siguen revelando secretos del Galeón San José, el navío español hundido en 1708 con un tesoro valorado en 20.000 millones de dólares. Durante la primera expedición científica oficial, denominada "Hacia el corazón del Galeón San José", las autoridades colombianas han catalogado 1.138 objetos arqueológicos, desde elementos estructurales como anclas y clavos hasta vasijas y botellas de uso cotidiano, según confirmó el Instituto Colombiano de Antropología e Historia (ICANH).
El hallazgo, realizado en un área de 461.000 metros cuadrados —equivalente a 40 campos de fútbol—, refuerza la complejidad de un pecio que ya es epicentro de una disputa internacional entre Colombia, España y empresas cazatesoros.
Un tesoro bajo el mar de 20.000 millones euros
El San José, un galeón de 64 cañones construido en Guipúzcoa en 1698, naufragó durante la Batalla de Barú frente a Cartagena, llevando consigo toneladas de oro, plata y esmeraldas extraídas de las colonias americanas. Su descubrimiento en 2015 por Colombia —que mantiene en secreto sus coordenadas— desató una batalla legal que hoy involucra a tres actores principales:

Galeón San José
- Colombia, que lo declaró "Bien de Interés Cultural" en 2020 y ha establecido un Área Arqueológica Protegida para su estudio.
- España, que alega su condición de "buque de Estado" bajo el principio de inmunidad soberana, reconocido por la UNESCO y respaldado por sentencias como la del caso de la fragata Mercedes.
- Sea Search Armada, una empresa estadounidense que reclama 10.000 millones de dólares por supuestamente haber localizado el pecio en los años 80, un argumento que Colombia tacha de "grotesco" ante el Tribunal de Arbitraje de La Haya.
El presidente Gustavo Petro ha acelerado las investigaciones, con planes para recuperar parte del tesoro antes de 2026, aunque insiste en que su valor es "cultural, no económico" 12. Mientras, España, a través de su embajada en Bogotá, propone un acuerdo bilateral para proteger el sitio como "tumba submarina" y evitar su explotación comercial.

Gustavo Petro, presidente de Colombia
El derecho internacional: un campo minado
La controversia ilustra los vacíos y tensiones del derecho marítimo. La Convención de la UNESCO de 2001 protege el patrimonio subacuático, pero no resuelve disputas de propiedad. España invoca la Ley de Navegación Marítima de 2014, que considera los buques de guerra como propiedad perpetua del Estado, incluso en aguas extranjeras. Colombia, en cambio, apela a su jurisdicción territorial y a leyes locales que blindan el galeón como patrimonio "inalienable".
Expertos como el jurista Carlos Pérez Vaquero subraya en la BBC que "un Estado no pierde sus derechos por el mero paso del tiempo", citando el precedente de Odyssey Marine, que en 2012 fue obligada a devolver a España el tesoro de la fragata Mercedes. Sin embargo, el arbitraje con Sea Search Armada —que invoca un tratado de libre comercio— podría complicar el escenario.
Los indígenas Qhara Qhara
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A la pugna se suma la comunidad boliviana Qhara Qhara, que reclama parte del tesoro por considerar que sus ancestros fueron forzados a extraer los metales durante la colonia. Petro ha dado eco a estas demandas, aunque sin traducirlas en acciones concretas.
Así, la próxima fase de exploración, prevista para octubre, definirá si se extraen más piezas. Mientras, el ICANH trabaja en un museo en Cartagena para exhibir los hallazgos, aunque descarta recuperar oro y plata en el corto plazo. Para Alhena Caicedo, directora del ICANH, el verdadero tesoro es "reconstruir la historia del comercio colonial", no su valor monetario.
El San José sigue siendo un rompecabezas donde confluyen arqueología, política y memoria histórica. Como resume el ministro de Cultura colombiano, Juan David Correa: "Este no es un tesoro para vender, sino para comprender". Mientras, las profundidades del Caribe guardan aún más respuestas —y quizás más conflictos— bajo sus olas.