En el Jubileo de los Operadores de Justicia celebrado hace unos días se ponía de manifiesto que la justicia no debe limitarse a la aplicación fría de la ley, sino que debe estar siempre acompañada de la caridad y la misericordia. Mario Alcudia reflexiona sobre cómo la justicia cristiana ha de buscar el bien común, la dignidad de la persona y la reconciliación, inspirándose en el ejemplo de Cristo, que une verdad y amor. La Iglesia invita a vivir una justicia que va más allá de lo legal, poniendo en el centro a los más débiles y promoviendo la restauración y el perdón