¿Compras melón o sandía ya cortado? Esto es lo que debes tener en cuenta antes de hacerlo para evitar más de un susto al consumirlo

Las frutas ya cortadas y listas para consumir son una opción rápida y cómoda que cada vez se ve más en supermercados y tiendas. No obstante, hay algunos riesgos que conviene tener en cuenta antes de elegirlas

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Patricia Blázquez SernaRedacción digital

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5 min lectura

Llega el calor y, con él, también las ganas de tomar alimentos más frescos, ligeros y dulces. Seamos sinceros: llegado este momento del año, todos pensamos en algunas frutas como pueden ser el melón o la sandía, frutas que ya comienzan a ser un must en los estantes de nuestra frutería o supermercado de confianza.

Cuando llegan estas frutas, ya puede ser un pequeño sinónimo del verano, y que podremos disfrutar durante los próximos meses. 

Lo más probable es que tú seas una de esas personas. Y es que siendo sinceros, ¿a quién no le gusta llegar a casa y tomar una rodaja de melón o sandía bien fresquita? Precisamente por eso muchos consumidores optaban por comprar estas frutas ya cortadas

En el fondo, si lo pensamos, es una opción muy socorrida durante estos. Ya sea por la comodidad o por no tener una pieza tan grande en la nevera, los melones y sandías troceados o cortados por la mitad son muy elegidos por muchos.

Sin embargo, y se trata de algo que no muchos sabíamos, comprar estas piezas ya troceadas pueden suponer un riesgo para nuestra salud. Que si bien es cierto que llevamos toda la vida comprándolo y nunca ha habido ningún tipo de alerta sanitaria, sí es necesario tener precaución por este motivo. 

POR QUÉ DEBES TENER PRECAUCIÓN AL COMPRAR MELÓN O SANDÍA CORTADO

Duna Nicolau es dietista y nutricionista y en su perfil de TikTok compartió hace unos meses un vídeo en el que alertaba, precisamente, del error que cometen muchos usuarios al comprar piezas de fruta como el melón o la sandía ya troceados.

"Hoy he ido al supermercado y me he encontrado con esto", comienza diciendo la joven, quien muestra una serie de imágenes de estas frutas en los estantes de un supermercado, expuestas, cortadas por la mitad y cubiertas por un film transparente.

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"Tal vez muchos de vosotros no veáis nada raro, pero yo os explico lo que veo", continúa. "Al ver esto en el supermercado, muchos diréis "buah, me llevo el melón cortado porque para mí sola me basta" o "buah, quiero melón, pero no quiero comprar un melón entero". Pues cuidado con eso porque puede ser un riesgo para la salud. Os explico por qué", asegura la joven. Y es que todo tiene una explicación y está relacionada con la conservación de las mismas. 

"Cuando la pulpa queda al descubierto, es mucho más probable que se contamine de algún modo. La fruta tiene una protección natural, que es la piel, en este caso el melón y la sandía es mucho más gruesa debido al suelo donde crece y desde el momento en que la abrimos, empezaría lo que sería la proliferación de microorganismos", explica la joven nutricionista.

Seguidamente, agrega que "el campo donde crecen pueden crecer microorganismos desde una Escherichia Coli a una Listeria, o incluso algunas salmonela". Por ello, añade, "en el supermercado no nos estamos asegurando de que esté llevando a cabo una buena manipulación del alimento".

A todo esto, estas frutas se encuentran a temperatura ambiente, lo cual "puede hacer que incremente aún más el riesgo, ya que una vez que el alimento se corta tiene que ir en refrigeración". 

"De esta manera se está interrumpiendo lo que sería la cadena del frío y, por tanto, un mayor riesgo", concluye la joven.

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¿CÓMO SABER SI UN MELÓN O UNA SANDÍA ESTÁN EN SU PUNTO?

Si después de haber leído todo esto te acabas animando a comprar la pieza de fruta entera, es probable que te hayas preguntado entonces: ¿cómo saber que está en el punto de maduración adecuado y que no está demasiado pasado? 

¿CÓMO SABER QUE LA SANDÍA ESTÁ EN SU PUNTO DE MADURACIÓN?

En el caso de la sandía, lo más sencillo es golpearla con la parte de los nudillos. Si la fruta está madura, producirá un sonido hueco, pero contundente, lo cual indica que contiene mucha agua. Si, por el contrario, el sonido es suave y con resonancia, le falta madurez y quizás está seca. En este caso, deberás elegir otra opción. 

El peso también es fundamental.  Una sandía fresca y jugosa pesa más de lo que parece por su alto contenido en agua. Es decir, cuanto más pese, mejor. Debería pesar, más o menos, en torno a unos cuatro kilos. Por último, también puedes fijarte en la mancha amarilla. Las sandías maduras presentan esta pequeña mancha en uno de los extremos de su corteza. Se conoce como 'mancha de tierra', ya que es la parte que ha estado en contacto con el suelo. El hecho de que la tenga, significa que ha pasado mucho tiempo sembrada. 

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¿Y QUÉ OCURRE CON LOS MELONES?

Una de las maneras de saber si un melón está maduro consiste en apoyar la pieza por la parte en la que se unía a la planta y apretar por la parte contraria. Si cede, significará  que el melón está maduro y listo para su consumo. Si se resiste a ceder, aún le falta tiempo. Sin embargo, si los dedos se nos hunden demasiado, es que está pasado dentro de ese proceso de maduración.

Además, si durante ese proceso en el que estamos tratando de comprobar si la piel cede o no se desprende ese característico olor que tiene esta fruta a través de la misma, eso quiere decir que ya está preparado para servirlo y disfrutarlo.

Otra manera es cogerlo con las dos manos y agitarlo. Si notamos cómo algo se mueve dentro al realizar este movimiento, como si se escuchara un ligero 'chapoteo', es que está demasiado maduro y que está pasado. 

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