J.L. Restán | Línea Editorial

La asignatura de salvar vidas

La noticia escueta nos habla de que un escolar de doce años ha salvado la vida de su madre mediante una llamada al teléfono 112 de emergencias y dar toda la información de lo que veía con la serenidad suficiente para que la mujer fuese atendida en un breve plazo. Detrás del comportamiento del chaval está todo un despliegue educativo de unos Talleres de Autoprotección de los servicios de emergencia, que llevan como título el número 112, y por el que han pasado más de veinte mil escolares de toda la Comunidad de Madrid. El gesto del pequeño Yusef pone de manifiesto la importancia de la función asumida por los equipos de protección civil para orientar a los escolares sobre lo que deben hacer cuando se encuentran en situaciones donde está en peligro otra persona.La experiencia podría servir para organizar “Talleres” similares, dirigidos a adolescentes e incluso familias, para orientar sobre la forma de afrontar situaciones de emergencia. Esta formación específica no puede sustituir, eso es evidente, a la educación que compete a las propias familias, donde los hijos pueden acoger los valores morales que los conviertan en ciudadanos ejemplares, incluso heroicos, como el reciente caso del joven Ignacio Echeverría en Londres.Se trataría de favorecer, con los recursos públicos, la debida protección de la vida y la dignidad humanas, lejos de tanta ingeniera social que solo busca el adoctrinamiento ideológico.

J.L RESTÁN | LÍNEA EDITORIAL

Vía muerta

Línea editorial de la Cadena COPE

J.L. Restán | Línea Editorial

Horas que exigen altura

El nuevo atentado frustrado en los Campos Elíseos muestra hasta qué punto atravesamos en Europa y en todo el mundo un período muy difícil que pone a prueba los fundamentos de nuestra sociedad. Cuanto más ardua es esa prueba, más se necesita un uso adecuado de la razón. Entre otras cosas, para no buscar culpables entre los que no lo son. Es inevitable que el dolor ya causado por los terroristas nos haga tener miedo y provoque la sensación de que nadie está seguro. En cierto modo es verdad. Es la misma sensación que durante los últimos años han tenido los habitantes de Siria y de Iraq. El terror se ha globalizado.Combatir al yihadismo requiere inteligencia, paciencia y dejar de lado intereses particulares. Por eso es inadmisible la disputa entre Rusia y Estados Unidos, precisamente cuando se están llevando a cabo combates decisivos contra el Daesh en su propio terreno. Los que tienen en su mano los poderes de este mundo no pueden anteponer sus proyectos a la vida y a la seguridad de muchas personas. Entre tanto, a la sociedad le corresponde buscar las razones y las formas para afrontar este vendaval de mal. Algunos han sabido responder a cada acto de odio con un acto de solidaridad y de afirmación de la vida. Esa es una buena fórmula.

J.L Restán | Línea Editorial

Un Congreso que ha defraudado

El 39º Congreso del PSOE celebrado este fin de semana ha sido una nueva oportunidad perdida por este partido para recuperar la centralidad que le es propia, reivindicar un constitucionalismo sin complejos y emprender un liderazgo de la izquierda acorde con la sensibilidad de la mayoría de sus votantes. No es una anécdota que el congreso haya acabado con el canto de la Internacional, no parece ese el mejor modo de construir una izquierda moderna.Sánchez se ha hecho un equipo a su medida y ha perdido la oportunidad de integrar la sensibilidad más netamente socialdemócrata. Es cierto que esa corriente salió derrotada en las primarias pero no lo es menos que conforma una minoría muy amplia. Sánchez, en lo programático, ha tirado por la borda el esfuerzo hecho por la Gestora y se inclina por fórmulas como la plurinacionalidad que parecen responder más a fines tácticos que a un esfuerzo de reflexión.Por último Sánchez apuesta de nuevo por un mayoría alternativa a Rajoy cuando esa mayoría sólo es posible mediante un acuerdo con Podemos y con los independentistas. El sentido común parecería recomendar que el PSOE trabajara como oposición para consolidarse como segunda fuerza durante esta legislatura. Volver a buscar el acuerdo con Podemos le resta fuerza frente a su más directo competidor. Y lo que es peor, despierta el fantasma del Gobierno Frankenstein, a todas luces contraproducente.

J.L Restán | Línea Editorial

Proyecto Avanza, un nuevo partido

La vitalidad de una sociedad se expresa en su capacidad para regenerarse y hacer posibles nuevas iniciativas que respondan más adecuadamente a las demandas insatisfechas de los ciudadanos y a los cambios profundos en la convivencia social. En el panorama político español se ha producido, durante los últimos años, un olvido consciente de algunas tradiciones culturales nucleares en nuestra sociedad, que de esta forma han dejado de tener expresión política. Este olvido ha provocado inquietud en amplias franjas del electorado, principalmente del Partido Popular. Por eso la presentación, mañana sábado en Madrid, del Proyecto Avanza supone un interesante aliciente, que no debería descartarse a base de prejuicios o de mero cálculo.El Proyecto Avanza se nutre de la experiencia de personas con amplia trayectoria en la sociedad civil, como el que fuera presidente del Foro de la Familia, Benigno Blanco. Su manifiesto fundacional refleja la visión del hombre y de la sociedad propia de la tradición greco-latina y cristiana, que ha sustentado la cultura occidental. La prioridad de la sociedad respecto al Estado, el impulso a la economía productiva, el protagonismo esencial de la familia, la lucha contra la pobreza y la prioridad de una educación en libertad, son algunas de las propuestas que Avanza va a poner sobre la mesa. El tiempo dirá si este proyecto cuaja en el complejo ruedo de la política española, pero de momento va a obligar a tomar postura sobre una serie de cuestiones esenciales que hoy parecen proscritas en la agenda de los partidos.

J.L. Restán | Línea Editorial

Lecciones de una moción fracasada

Tras el rechazo anunciado de la moción de censura, lo que ahora cuenta es la estrategia del PSOE en esta legislatura. Podemos ya ha presentado su oferta de un frente de izquierdas, pero si los debates de estos dos días han tenido una virtud, ha sido la de conocer mucho mejor al líder de Podemos que quiere gobernar España desde fuera del sistema constitucional. Pablo Iglesias y sus mareas han mostrado una suerte de impugnación general no solo al centro-derecha, sino al conjunto del sistema económico y social y a las instituciones básicas de nuestra democracia, además de despreciar el esfuerzo histórico de los españoles para consolidar la convivencia.La corrupción es una tremenda lacra contra la que deben luchar todos los partidos, pero es absurda la idea de la “trama” que maneja Podemos, el dibujo de que bajo el gobierno del PP sólo existe corrupción. Tampoco puede decirse que el PP no haya hecho nada por afrontar esa lacra que ha afectado también a otros partidos. Por otra parte, la mentira y la difamación son también una forma de corrupción.Más allá del discurso refrescante del portavoz del PSOE, José Luis Ábalos, recordando las dos España que quedaron reconciliadas en la Transición, lo que importa es saber qué ha aprendido el nuevo secretario general del PSOE para configurar un partido que no necesite del radicalismo populista para presentar un proyecto de regeneración política donde no se excluya a nadie.

J.L. Restán | Línea Editorial

Varapalo al Gobierno

El gobierno de Rajoy se acaba de llevar un serio revés que merma su imagen política, principalmente la del ministro de Hacienda, Cristobal Montoro. Por unanimidad de sus miembros, el Tribunal Constitucional ha declarado nula la regularización fiscal decretada por el gobierno en 2012. Los magistrados han decidido, para garantizar el principio de seguridad jurídica, que la sentencia no tenga carácter retoractivo. Pero los argumentos son de un calado tal que conviene una reflexión seria sobre algunas decisiones políticas. El alto tribunal considera que con aquella medida, a la que se acogieron unos treinta mil españoles, entre otros Luis Bárcenas, Rodrigo Rato o los Pujol, se vulneró el deber de todos los ciudadanos de contribuir al sostenimiento de los gastos públicos, al tiempo que añade que la Constitución prohíbe la utilización de los Presupuetos para “crear impuestos”.La decisión del ministro Montoro se debió a la necesidad de equilibrar las cuentas del Estado, en un momento en el que el país se encontraba en emergencia económica y financiera heredada del gobierno Zapatero. Pero lo que ahora establece el Constitucional, con una sentencia cuyo ponente ha sido el magistrado Andrés Ollero, es que se produjo una “grave abdicación del Estado” y que no está permitido regularizar conductas que atentan contra el principio de solidaridad y de igualdad de todos los españoles. A partir de ahora ningún gobierno está legitimado a poner en marcha amnistía fiscal alguna. Una ejemplar lección jurídica, de la que se derivan también consecuencias políticas.

J. L. RESTÁN | LÍNEA EDITORIAL

Ignacio Echeverría: el valor de la dignidad humana

De las cosas que ocurren en la vida, pocas conmueven tanto como el comportamiento heroico de una persona que arriesga su vida por salvar a otra. Este es el caso del joven Ignacio Echeverría, asesinado por los terroristas que cometieron el reciente atentado de Londres cuando trataba de socorrer a una mujer apuñalada en plena calle, donde el joven paseaba con su monopatín. Todo ser humano lleva en su ADN la generosidad y la solidaridad con el que sufre, sostenida en este caso por firmes convicciones religiosas y morales. Pero hace falta un gesto último de libertad que no puede darse por supuesto. La valiente gesta de Ignacio, en el fondo tan humana, ha ofrecido al mundo un contraste aleccionador con la violencia yihadista, cuyo objetivo es sembrar el terror para anular la libertad. Se ha dado además una circunstancia que ha acentuado la conmoción natural por las causas de su muerte: el incomprensible silencio mantenido por las autoridades británicas durante la identificación de las víctimas del ataque terrorista, que ha llegado al extremo de negar a los familiares, durante cinco largos días, la posibilidad de identificarlo cuando se le daba por desaparecido. El nombre de Ignacio ha quedado ya grabado en la conciencia de todos los españoles de bien, como un ejemplo de los valores humanos en los que nuestra sociedad desea reconocerse aunque muchas veces no encuentre la forma de sosteneros. El heroísmo de Ignacio tiene sus raíces en que conocía bien cuál es el sentido de la vida, la responsabilidad y la dignidad de la persona.

JL Restán | Línea Editorial

Una comisión para la lucha política más baja

La experiencia demuestra que las comisiones parlamentarias de investigación apenas han servido para depurar responsabilidades de los hechos investigados. Al final se impone siempre una simple operación matemática: lo que cuenta es la suma de los votos, igual que ocurre con las mociones de censura. Otra cosa es la influencia que los debates parlamentarios puedan tener en el electorado, que es el auténtico objetivo que persiguen los partidos políticos. Esto es lo que ahora se pretende con la decisión de investigar en el Congreso los supuestos casos de financiación ilegal que afectan al Partido Popular, al margen de los procesos judiciales abiertos. Dada la minoría del PP en el Congreso, ya se puede anticipar cual será el resultado de la supuesta investigación, que se va a convertir en un proceso de acoso y derribo del Gobierno, sin límite de tiempo. Se añade a ello el debate sobre la moción de censura presentada por Podemos en el Congreso y la obligada declaración de Mariano Rajoy en el juicio de la trama Gürtel, que ofrecerán más munición para completar su operación de descrédito del Gobierno. El trabajo de esta Comisión no tiene nada que ver con la regeneración sino con la lucha política de vuelo más bajo. La corrupción se combate con regeneración moral y sentencias judiciales. Y los partidos deberían dedicarse a hacer política de altura en este momento dramático para Europa, en el que se deben asentar nuevas bases para el futuro. Esta comisión no pasará de ser un teatro.

JL Restán | Línea Editorial

Una voz libre e independiente

Soledad Becerril va a dejar su puesto como Defensora del Pueblo. Su labor al frente de este cargo ha estado marcada por la independencia y por una tenaz voluntad de defender a los que peor lo estaban pasando desde que comenzara la crisis. Mientras ha durado su mandato en la institución, ha dominado el modo de hacer propio de otra época: el de la transición. Un modo de hacer que ha estado por encima de la excesiva polarización partidista que sufrimos, que ha buscado el bien común más allá de cualquier encajonamiento ideológico, sin dejar de oponerse a los partidos que habían apoyado su nombramiento.Soledad Becerril defendió la asistencia sanitaria a los inmigrantes sin papeles cuando los recortes iban en otra dirección. Luchó por ofrecer soluciones a las familias que estaban siendo desahuciadas cuando la legislación hipotecaria era claramente injusta. Se manifestó en contra de la subida de las tasas de la justicia. Criticó el sistema de arbitraje creado para solucionar el problema de las preferentes porque no se basaba en expertos independientes.Al mismo tiempo ha denunciado los ataques a la sensibilidad de muchos creyentes y ha defendido la libertad de los padres a elegir la educación que quieren para sus hijos. La Defensora del Pueblo saliente deja marcado un estilo muy necesario para los que trabajan en la vida pública: libre frente a las simplificaciones de las siglas, sensible al bien de todos, y atento a proteger a los que están más indefensos.

JL Restán | Línea Editorial

La solución contra el yihadismo no es fácil

Es lógico que en este momento el dolor, el desconcierto y la sensación de impotencia dominen en el Reino Unido. Se comprende que sea difícil mantener la calma cuando en tres meses se han sucedido tres atentados bárbaros. La cercanía entre el último ataque del pasado sábado y las elecciones de este jueves agrava la situación.Por eso, a pesar de la sensación de agotamiento ante tanto dolor, conviene no dar crédito a los discursos incendiados que prometen soluciones fáciles frente al yihadismo. Podemos decir “¡basta ya!” ante el terror o prometer menos tolerancia con el extremismo y más dureza, como ha hecho Theresa May. Pero eso no es suficiente para resolver un problema muy grave que seguirá haciéndonos sufrir mucho durante bastante tiempo.Hay medidas de inteligencia y de colaboración policial que están sin tomar y que exigen olvidarse de cualquier forma de nacionalismo. Hay medidas equivocadas de política internacional, que dan alas a los países del Golfo, responsables de la difusión del yihadismo. Hay un largo trabajo por hacer para involucrar más al Islam en esta lucha.Tenemos que afrontar el hecho escandaloso de que algunos jóvenes que han nacido en nuestro suelo, se sienten más atraídos por la violencia asesina que por los valores europeos. Por eso es esencial un trabajo educativo y cultural, que no se ha hecho suficientemente en nuestras sociedades abiertas, para regenerar nuestra identidad e impulsar una verdadera integración.

J. L. RESTÁN | LÍNEA EDITORIAL

Decisión equivocada

La decisión del presidente Trump, de abandonar el Acuerdo de París contra el cambio climático no es una buena noticia. El cuidado de la creación, como nos recuerda con insistencia el Papa Francisco, es prioritario para una humanidad que vive en una naturaleza herida, en un entorno amenazado por los efectos descontrolados del progreso material, de la codicia y la ambición. El liderazgo que los Estados Unidos ha mantenido en los últimos años contra el cambio climático queda en suspenso con la retirada ahora anunciada con unos argumentos que no dejan de ser una excusa para ocultar intereses de otro orden. No olvidemos que Estados Unidos es el segundo país del mundo en emisiones de gases invernadero, solo superado por China.El acuerdo de París, suscrito por 195 países, sin duda no es perfecto, pero es un paso adelante realista que promueve la reducción obligatoria de emisiones de carbono para que el incremento de la temperatura global a finales de siglo sea dos grados menor. La negativa de Trump a mantener su adhesión a ese acuerdo facilita que China y la Unión Europea se coloquen a la cabeza de la lucha contra el cambio climático. En el caso de China, esta decisión permite al gobierno de Pekín abrazar una causa justa y maquillar las debilidades de su sistema. Y en el caso de la Unión Europea ratifica la observación de la Canciller alemana, Ángela Merkel, de que Estados Unidos ha dejado de ser un socio en el que se puede confiar para algunas grandes causas.

J. L. Restán | Línea editorial

Y la guerra de Afganistán sigue

Cuando las fuerzas de la OTAN se retiraron de Afganistán, hace poco más de dos años, quedó la impresión de que la guerra civil en ese estratégico país iba a durar mucho tiempo. Y esto es lo que indica con todo su dramatismo el atentado cometido ayer en Kabul, en la zona más segura de la capital donde se encuentra la mayor parte de las embajadas y el propio palacio presidencial. Cerca de cien muertos y quinientos heridos ponen en evidencia lo lejos que estamos de un control efectivo por parte del gobierno apoyado por la coalición internacional que encabeza Estados Unidos. Los talibanes, que ocupan un tercio del territorio, lanzaron días atrás su “ofensiva de primavera” con el punto de mira puesto en la presencia extranjera y en los núcleos más emblemáticos del débil gobierno establecido en Kabul. Cabe preguntarse cómo es posible que aún prosiga una guerra iniciada hace quince años con la invasión norteamericana tras los atentados contra las Torres Gemelas. La respuesta está en el arraigo y afán de revancha de los talibanes, unido a la presencia de yihadistas a las órdenes del Daesh y de la siempre presente Al Qaida, que tiene allí su principal feudo. Por otro lado Afganistán es una plataforma indispensable para el tráfico de opio, sin que el gobierno formado por las elites de las minorías étnicas, sea capaz de imponer el orden. Hasta ahora los esfuerzos occidentales han cosechado un amargo fracaso, mientras se espera que Donald Trump defina su estrategia militar y política en este frente que ha costado centenares de vidas a las fuerzas internacionales, sin que se vislumbre un escenario de estabilidad para este martirizado país.

J.L. Restán | Línea Editorial

Un grito que no se escucha: “¡España se muere!”

Una vez más suena la voz de alarma: España va camino al suicidio. No se trata de ninguna argucia publicitaria, el caso es dramático porque España se muere porque no hay niños, porque las nuevas generaciones no son suficientes para mantener el relevo demográfico y porque de ello se desprenden graves consecuencias para un inmediato futuro. Lo hemos dicho muchas veces: a medida que se prolongan las expectativas de vida, no llegan hijos que garanticen el relevo. Y a media que se reduce el mercado del trabajo e incluso se limitan los ingresos, las cotizaciones a la seguridad social se hacen cada día más insuficientes para pagar las pensiones.La alarma nos llega ahora del Banco de España, que habla del fabuloso coste previsto ante el invierno demográfico que nos amenaza. No hay dineros públicos para mantenerlo. Y también del grupo de expertos que ayer mismo se reunió en la casa de ABC y hablaba de la natalidad como asignatura pendiente e ineludible. Las políticas que se han aplicado en España en los últimos cuarenta años, coincidentes con la democracia, ha dejado en el cajón este problema que hoy se ha convertido en algo más que una amenaza. Ante todo esto, no se ha puesto aún en marcha la menor reforma que estimule la natalidad, que premie a las familias numerosas y que cree medios para que se asuma la maternidad como lo que siempre ha sido: una alegría inmensa para la familia, que por añadidura garantiza el futuro de toda la sociedad.

Lo último

Programas

Último boletín

05:00H | 10 MAY 2025 | BOLETÍN