Argüello llama a "purificar la memoria" democrática para superar la polarización política: "Ahondar en la reconciliación que logró la Transición"
En su discurso de inicio de la Asamblea Plenaria, el presidente de la Conferencia Episcopal llama a superar la polarización, alerta del aumento de las desigualdades y demanda políticas de apoyo a la familia frente al aborto

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El presidente de la Conferencia Episcopal Española, Luis Argüello, ha llamado a la clase política y a la sociedad a iniciar un proceso de “purificación de la memoria” que debe prolongarse hasta 2028 con motivo del cincuenta aniversario de la Constitución Española.
En su discurso de apertura de la Asamblea Plenaria que los obispos celebran esta semana, el presidente del episcopado considera que esta memoria se está viendo contaminada “por los sesgos ideológicos de las leyes de memoria histórica y democrática” que, lejos de unir y ahondar en la reconciliación, están siendo “instrumento de polarización ideológica al servicio de los intereses políticos del presente”.
Para Argüello, este proceso de “purificación” debe servir también para abordar nuevos desafíos como la regeneración democrática que ahuyente a los “autoritarismos populistas de derecha e izquierda”.
“¿Cómo revitalizar la vida democrática y asegurar principios básicos como la separación de poderes, el principio de legalidad, la dignidad de cada ciudadano y el bien común? ¿Cómo abordar juntos los desafíos del mundo global y sus cambios acelerados? Democracia y mercado ya no son correlativos. Libertad y Estado de derecho son vividos como estorbo en el nuevo escenario global, multipolar y algorítmico”, ha señalado el también arzobispo de Valladolid en su discurso.
Argüello, sobre los 50 años de la muerte de Franco y la Transición: “La Iglesia colaboró para hacer posible la democracia”
El presidente de la CEE ha hecho alusión a los cincuenta años de la muerte de Franco que se cumplirá este jueves, 20 de noviembre, y con el que se da inicio a la Transición democrática. Para Argüello, aquello supuso en la Iglesia española emprender un estatus “más acorde con lo que el Concilio Vaticano II establece a partir de la constitución pastoral 'Gaudium et Spes' y de la declaración 'Dignitatis Humanae'.
En su discurso, Luis Argüello recuerda que la muerte de Franco suscitó palabras de agradecimiento y elogio para la mayoría de obispos del momento en España, haciendo alusión a las palabras que los cardenales Tarancón y Marcelo realizaron para ilustrar el recorrido de la Iglesia española durante el Franquismo, pasando de la adhesión al dictador al distanciamiento crítico.
“La Iglesia vivió con el régimen de Franco una relación singular. Comienza con el apoyo de la carta colectiva de 1937 y el agradecimiento ante la extraordinaria persecución religiosa sufrida con miles de muertos y represaliados por razón de su profesión católica . La etapa de 1939 a 1958 muestra la gran alianza del nacionalcatolicismo. La Iglesia en esta primera etapa corre el peligro de no ver el sufrimiento de otros españoles también represaliados y tolera en silencio el exilio forzado de muchos españoles, los juicios sumarísimos y las condenas a muerte. Pero ya en esta etapa aparecen movimientos de crítica y oposición”.
En este sentido, Argüello subraya que a partir de 1958 se inicia un distanciamiento entre la Iglesia y Franco. “Juan XXIII y el Concilio Vaticano II sientan algunas bases, como la libertad religiosa y la separación Iglesia-Estado, que chocarían frontalmente con la ideología del régimen. El documento de la Asamblea Plenaria La Iglesia y la comunidad política de 1973 fue un punto de inflexión”, sostiene.
De esta manera, el arzobispo de Valladolid remarca el destacado papel de la Iglesia en la Transición democrática, iluminada por el Concilio Vaticano II: “Colaboró decididamente para hacer posible la democracia, con el pleno reconocimiento de los derechos fundamentales de todos, sin ninguna discriminación por razones religiosas. Esta decidida actitud de la Iglesia y de los católicos facilitó una Transición fundada sobre el consenso y la reconciliación entre los españoles”, ha puntualizado.
Argüello destaca el “giro católico” que atribuye al desasosiego que provoca el individualismo
Como es habitual en el discurso de un presidente del episcopado en el arranque de la Plenaria, Luis Argüello ha hecho un repaso a diferentes aspectos de la actualidad eclesiástica, social y política de nuestro país y del contexto internacional.
Al tratarse de la primera reunión de todos los obispos con el Pontificado de León XIV, Argüello comenzaba mostrando su agradecimiento al Papa por su acogida este lunes a la Comisión Ejecutiva del episcopado español, en el que se le invitó a visitar nuestro país, además de mostrar nuestra “obediencia y comunión” con el Sucesor de Pedro.
Argüello ha tenido palabras también de recuerdo para su antecesor, Francisco, de quien recuerda sus últimas horas de vida impartiendo la bendición 'Urbi et Orbi' con su débil voz el Domingo de Resurrección: “En la homilía que había preparado, pero que no pudo leer, utilizó la expresión 'Apresurémonos, pues, a salir al encuentro de Cristo'. Pareciera que el Papa ha querido responder a esta llamada y que Dios le ha permitido vivirla. Y musitó: 'Gracias por traerme de nuevo a la plaza' en una expresión que resume su afán por salir y acompañar”.
Para el arzobispo de Valladolid, la muerte de Francisco y el posterior cónclave y elección de León XIV, unida a acontecimientos como el Jubileo de los Jóvenes, han llevado a Dios “al debate mediático”, con una tendencia al uso de la estética religiosa en ámbitos como la música, y que en España se ha reflejado en 'LUX' el nuevo disco de Rosalía o el éxito de la película 'Los Domingos': “Existen señales que advierten de que lo católico está de moda o, si se prefiere, de que hay una vuelta a coordenadas espirituales que parecían proscritas. El proceso es constante y va en aumento”, opina.
Para Argüello, este “giro católico” puede ser una moda u objeto de manipulación ideológica provocado por diferentes factores como “el desconcierto y las dificultades que viven hoy los jóvenes” la crisis de la democracia occidental que atribuye a un “individualismo carente de vínculos y víctima del relativismo moral que ella misma ha generado” o una “deconstrucción de la persona y de la familia, los multiculturalismos y las dudas sobre la propia nación contribuyen al desasosiego”.
Argüello, sobre el informe FOESSA: “Los grandes perdedores son los jóvenes y los niños”
Argüello alerta de la crisis demográfica, la creciente precariedad laboral o falta de acceso a la vivienda que arroja el IX informe FOESSA pese a estar en un contexto de crecimiento económico que “no logra paliar una desigualdad persistente”. El presidente del episcopado advierte de que “la pobreza se cronifica” mientras la riqueza se “concentra”.
El arzobispo de Valladolid afirma que “los grandes perdedores del modelo socioeconómico actual son los jóvenes y los niños”, subrayando que un tercio de toda la exclusión severa en España “corresponde a menores de edad”, cuya tasa de pobreza se sitúa en el 29%, la más alta de todos los grupos de edad y de las mayores de Europa.
El presidente de la CEE muestra su preocupación por los 2'5 millones de jóvenes “atrapados en una precariedad estructural, enfrentando tasas de temporalidad, parcialidad involuntaria y salarios bajos que duplican la media española”.
En este sentido, alerta del tránsito de una sociedad “desvinculada “ a otra “del miedo”, que provoca “un repliegue individualista en el que sálvese quien pueda” tras dos décadas de crisis “encadenadas”, en el que “la clase media se contrae desplazando a muchas familias hacia estratos inferiores”. “Tras dos décadas de crisis encadenadas, las fases de recuperación no han cerrado la brecha y han llevado a España a contar con una de las tasas de desigualdad más altas de Europa. La integración social se erosiona y la exclusión grave permanece muy por encima de los niveles de 2007. En 2024, la exclusión severa se sitúa un 52% por encima de 2007, lo que arroja un saldo de 4,3 millones de personas”, añade.
De esta manera, Argüello apela a la mayor presencia pública de los laicos cristianos “ejerciendo la caridad social o política” para impulsar una nueva ética y “un cambio radical del paradigma civilizatorio pasando de una visión mecanicista y darwinista a una que ponga en el centro a la persona, la interdependencia y el cuidado”.
Argüello lamenta que el aborto sea un atajo a las políticas en favor de la familia
Luis Argüello lamenta los 106.173 abortos voluntarios practicados en 2024 y que sea un tema tabú en la sociedad occidental: “Hemos llegado a un punto de extrema irracionalidad en materia de bioética al servicio de la biopolítica. En un mismo hospital, es posible que un grupo de médicos esté decidido a salvar a un bebé de cinco meses y medio de gestación, mientras que otro grupo de médicos mata deliberadamente a un bebé de la misma edad en la habitación de al lado. Es totalmente legal”. Y añade: “El atajo del aborto para solucionar problemas que exigen políticas públicas a favor de la familia y de la vida es síntoma del debilitamiento moral de nuestra democracia”.
El presidente del episcopado español atribuye la elevada tasa de abortos a cuestiones económicas, falta de ayudas públicas pero también a cuestiones culturales que infravaloran el valor de la maternidad, y expresa la cercanía de la Conferencia Episcopal a las madres embarazadas, a quienes pide “solicitar ayuda si han de abordar el drama de un embarazo quizá no deseado”.





