Javier Quintero, psiquiatra: “Las chicas intentar suicidarse más, se autolesionan más que los chicos. Hay muchas señales de cambio en los jóvenes”

Dos niñas en Jaén a las que encuentra el padre de una de ellas. Ambas, en la oscuridad, apenas eran una mancha pero, al acercarse, pudo ver claramente que estaban colgadas de un árbol. Tenían 15 y 16 años y lo cierto es que todo apunta a que se trata de un suicidio. 

Un caso alarmante que se suma al de Sandra, una adolescente de Sevilla que se quitó la vida, hastiada después del bullying y el acoso que recibía en el colegio. Ambos casos nos hacen centrarnos y volver a poner el foco en la crisis de salud mental que viven los más jóvenes y los adolescentes.

¿Qué es lo que está pasando? Es lo que preguntamos a Javier Quintero, psiquiatra, que pasa por 'La Tarde' para explicarnos el horror que viven muchos adolescentes españoles.

“Hay una crisis de fondo que de alguna forma está haciendo que la adolescencia se transite como un fenómeno de más crisis de lo habitual. Quizás la pandemia hizo saltar por los aires una estabilidad que no era tal. Lo que hizo fue el COVID fue hacer saltar todo por los aires en el sentido de empezar a darnos cuenta de que había una ruptura en el desarrollo” explicaba.

Sin espacios de confort y agravado por redes sociales  

 Para Javier Quintero una de las causas por las que esta crisis de salud mental está llegando es porque los jóvenes no encuentran espacios donde sentirse seguros. “Se está desvirtuando los espacios de confort. Si tuviéramos que analizar los puntos claves que están ocurriendo en este contexto, por un lado, tendríamos que hay un aumento de la incidencia de los trastornos mentales en la adolescencia, muy relacionados con los trastornos del estado de ánimo y los trastornos de la ansiedad” explicaba.   

“Por otro lado, esa detección no aparece en tiempo y forma, es decir, aparecen como cambios conductuales que hace que no les hagamos, entre comillas, casos o peor aún, hagamos una interpretación errónea. Esa irritabilidad se etiqueta como faltas de respeto, como un sufrimiento hacia fuera, cuando en realidad es una expresión de un sufrimiento hacia dentro” contaba Javier Quintero.

Sea como sea, el psiquiatra explicaba que las redes sociales y el entorno digital está provocando crisis de identidad en los más jóvenes. “En esa edad uno necesita tener contacto real. Lo vemos en los adolescentes, en los jóvenes, que están modificando significativamente sus estilos relacionales. Y esto le lleva al siguiente punto, que es una soledad no deseada. A pesar de estar hiperconectados, son alarmantes los índices de soledad no deseada entre nuestros jóvenes” decía.

Todo ello, dice, crea un caldo de cultivo perfecto para minar su autoestima y sentirse fuera del mundo que les rodea.

Diferencias entre chicos y chicas  

 Seguro que has escuchado muchas veces que las mujeres, por lo general, sufren más el impacto de las redes sociales. Y es que pesa sobre ellas la presión estética que se agrava con el uso de las redes sociales, pues se tiende a la perfección.   

Esto afecta, por supuesto, a esa crisis de salud mental que, en los peores casos, puede llevar al suicidio. “Estamos en un contexto donde se genera esa presión. Les hemos engañado, les hemos dicho que querer es poder y querer es poder, entre comillas, querer, si te esfuerzas es poder, pero esa parte no se la hemos contado. Con lo cual ellos creen que solamente con el hecho de querer ya el poder va a aparecer inmediatamente y además al minuto siguiente” decía.

Por eso, como aclara, las chicas son las que tienden más al suicidio y a las autolesiones. “Es más fácil para una mujer expresar el malestar, con lo cual es más sencillo que busque ayuda y que lo encuentre. Para el varón muchas veces sigue estando ese estigma de expresar esa vulnerabilidad” aclaraba.

“Las chicas lo intentan más, se autolesionan más que los chicos. Si nos fijamos ahí, casi hay dos dos formas distintas de expresar el sufrimiento” contaba.

Por eso, pedía que nos fijáramos en los jóvenes que tenemos alrededor. “En casa estamos todos muy ocupados, estamos todos con muchas cosas que hacer y no tenemos tiempo para sentarnos y hablar. Yo creo que hay cosas muy sencillas que no tiene que ver con la detección, pero si tiene que ver con hábitos. Una mesa redonda, todos sentados y todos hablando de qué tal nuestro día. Eso me parece fundamental” decía.