Antonio Aceituno, experto energético, señala que la alternativa de Estados Unidos a los aranceles tiene 'trampa': "Va a tener Europa a sus pies"
Mientras Europa propone desconexión del gas ruso en 2027, este movimiento nos dejaría en manos de EE.UU. Sin embargo, la propuesta de Trump tiene consecuencias que pueden hacer que el precio sea más volátil

Europa sigue comprando gas a Rusia y las posibles alternativas
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Continúa la encrucijada en el seno de la Unión Europea, que todavía sigue debatiendo cómo cortar lazos con Rusia sin desestabilizar su economía. ¿La semilla de todo? El gas. En 'Herrera en COPE', Jorge Bustos y Pilar Cisneros han analizado este miércoles esta situación, que cada día se tercia algo más compleja, destacando fundamentalmente la contradicción de seguir financiando al Kremlin.
La polémica ha sido avivada por Donald Trump, quien en la ONU ha criticado a sus aliados de la OTAN por esta dependencia, afirmando que "están financiando la guerra contra sí mismos" y llegó a preguntar, incluso, "¿quién demonios habría imaginado algo así?".
Están financiando la guerra contra sí mismos, ¿quién demonios habría imaginado algo así?
Presidente de Estados Unidos
España y la puerta trasera del gas ruso
A pesar de las sanciones, el gas ruso sigue fluyendo hacia Europa, y España se ha posicionado como un actor clave en este comercio.
A día de hoy, en 2025, Rusia es nuestro tercer proveedor de gas, solo por detrás de Argelia y Estados Unidos. Como ha explicado Cisneros, los gasoductos están prácticamente cerrados, por lo que el suministro llega en barcos como gas natural licuado (GNL).
Una vez en los puertos españoles, se transforma en gaseoso para su consumo, pero con una restricción clave: la ley actual permite descarga y consumo en España, pero prohíbe exportarlo de nuevo a otros países de la Unión Europea, una práctica común antes de la guerra.

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La situación actual evidencia un dilema ético para la Unión Europea. El año pasado, la Unión Europea pagó a Rusia 23.000 millones de euros por combustibles fósiles, una cifra que, paradójicamente, supera el apoyo militar que se le ha proporcionado a Ucrania.
Esta dependencia no solo alimenta el conflicto, sino que también ha generado un intenso debate sobre la coherencia de las políticas europeas, donde la economía y la ética parecen tomar caminos divergentes.
El plan de la UE: desconexión total para 2027
Para abordar esta contradicción, la Comisión Europea ha puesto un plan drástico. La propuesta, según ha detallado Cisneros, consiste en prohibir nuevos contratos de gas con Rusia desde 2025 y alcanzar una desconexión total el 1 de enero de 2027.
Sin embargo, esta hoja de ruta todavía debe ser votada y enfrenta a diversos obstáculos, ya que la dependencia de los combustibles rusos sigue siendo alta en muchos Estados miembro.
El camino está lleno de barreras. Por un lado, existen contratos a largo plazo firmados antes de la guerra, algunos de los cuales se extienden hasta el año 2040, lo que complica su anulación. Por otro lado, países como Eslovaquia y Hungría se niegan a cortar lazos con el Kremlin, ya que los Ejecutivos mantienen una relación amistosa con Putin, dificultando un consenso en el seno de la Unión Europea.

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De la dependencia de Putin a la de Trump
En este complejo tablero geoestratégico, Estados Unidos emerge como pieza clave. Donald Trump ha negociado con la Unión Europea la venta de gas licuado a cambio de una reducción de aranceles a los productos europeos.
Antonio Aceituno, experto en energía, ha señalado en 'Herrera en COPE' las consecuencias de esto y es que Donald Trump, con esa energía "va a tener Europa a sus pies, porque la va a gobernar energéticamente". Según Aceituno, esta transición simplemente cambia una dependencia por otra, pasando del control de Putin al de Trump.
El experto también ha señalado los riesgos logísticos y económicos de este nuevo modelo. Mientras que los gasoductos ofrecían "continuidad y seguridad", la dependencia introduce nuevas vulnerabilidades, como la temporada de huracanes.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump
Esto, inevitablemente, hará que los precios sean volátiles, como ya se ha visto recientemente, con fluctuaciones que van desde los 31 hasta los 55 euros.
Actualmente, Estados Unidos ya se ha convertido en el principal proveedor de gas licuado de Europa, suministrando casi el 60% del total. El porcentaje de gas ruso ha disminuido al 12%, pero el objetivo de la UE es que para la fecha propuesta de 2027, esa cifra se reduzca a cero.
La gran pregunta es si Europa logrará su independencia energética de Rusia sin caer en una nueva y costosa dependencia de su aliado americano.
Este contenido ha sido creado por el equipo editorial con la asistencia de herramientas de IA.