El profesor José María Gay de Liébana analiza en 'Herrera en COPE’ las claves económicas del día.

Después del lío del IVA de las mascarillas, que el Gobierno decide bajar del 21% al 4% - aunque puestos a bajarlo, Don Carlos, se podría dejar en el 0%, como en Bélgica, Países Bajos e Italia, con lo cual se abarataría aún más un producto absolutamente necesario en nuestra lucha contra la pandemia y que en Grecia el precio de mascarilla es de 20 céntimos -; después de ese lío, Don Carlos, se abre el trámite de discusión de los Presupuestos Generales del Estado para 2021. ¡Eureka, sí por fin tenemos unos presupuestos para 2021 aprobados este año, Don Carlos! Y nada de aleluya en cuanto a los rasgos de tales Presupuestos, ya comentados. Pero, en todo caso, además de ser presupuestos galácticos, que pondrían fin a presupuestos eviternamente prorrogados, también hay que reconocer que son diferidos; es decir, desde su elaboración, semanas o meses atrás, hasta hoy, muchos aconteceres hemos vivido y las previsiones económicas para este año se han venido abajo, a la espera de que seamos capaces de remontar el vuelo en 2021, vacunas mediante.

Los Presupuestos sufren pues una tara congénita al alejarse del mundo real. En buena lid, Don Carlos, sería menester reiniciar el proceso presupuestario a tenor del contexto imperante y, en consecuencia, formular unos guarismos que se ajusten a lo que tiene ser tanto en términos cuantitativos - dinero – como cualitativos: en qué y cómo se debe gastar, y con qué ingresos de verdad se cuenta. Postdata, Don Carlos: el Gremio de Restauración de Barcelona está que trina con el Govern de la Generalitat, que impide la apertura de restaurantes y bares en Cataluña. Los restauradores están entre indignados y atemorizados por la ruina económica y miran a Madrid donde impera la cordura de las medidas sin machacar al sector. En Cataluña, zozobra la cultura gastronómica, Don Carlos

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