El fenómeno del siglo XIX por el que te olvidas de tus contraseñas a la vuelta de vacaciones: no es un signo de mala memoria
Septiembre y enero suelen ser los meses con más solicitudes de reseteo de claves en muchas empresas

Una mujer se da cuenta de que no se acuerda de su contraseña al encender el ordenador
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Reincorporarse al trabajo después de las vacaciones de verano no solo implica enfrentarse a una lista interminable de tareas pendientes o a una bandeja de entrada repleta de correos electrónicos. Para muchos españoles, el primer obstáculo en su regreso aparece incluso antes de encender el ordenador: no recuerdan la contraseña de acceso.
Aunque a priori esta situación puede parecer algo anecdótico, lo cierto es que este olvido es bastante común en todo tipo de personas (sin importar la edad o el trabajo). Y es que, según se ha podido demostrar con el paso del tiempo, tiene una explicación científica y está relacionado con la forma en la que funciona nuestra memoria.
QUÉ ES LA MEMORIA DECLARATIVA Y QUÉ FACTORES INTERVIENEN EN ELLA
Para explicarlo los psicólogos hablan de memoria declarativa, que no es otra cosa que una especie de sistema que utilizamos para recordar datos, contraseñas, nombres o números. La memoria declarativa, a diferencia de la memoria procedimental —que es la que nos permite montar en bicicleta o atarnos los zapatos sin pensarlo—, depende en gran medida de la repetición y de las llamadas 'pistas contextuales'. En otras palabras: necesitamos usar la información con cierta frecuencia y en un entorno que nos ayude a evocarla.

Entorno laboral en una oficina
A partir de aquí entra en juego lo que se conoce como la curva del olvido, estudiada y descrita por el psicólogo y filósofo alemán Hermann Ebbinghaus a finales del siglo XIX. Este fenómeno muestra que, si no repasamos una información, tendemos a olvidarla progresivamente en cuestión de días o semanas.
Una contraseña laboral, por ejemplo, normalmente se teclea varias veces al día a lo largo de la semana, por lo que se mantiene fresca en la memoria. Eso sí, en el momento en el que alguien pasa dos o tres semanas sin teclearla, como ocurre durante el periodo vacacional, es mucho más probable que al volver no sea capaz de recordarla.
A esta falta de uso se suma otro factor: las pistas contextuales. El simple hecho de estar delante del mismo teclado, con la pantalla de inicio del ordenador de la oficina o la rutina de encenderlo a primera hora, facilita que el cerebro “desbloquee” el recuerdo de la contraseña. Cuando llevamos semanas lejos de ese entorno, esas claves de memoria desaparecen y acceder a la información se vuelve más complicado.
EL RESET MENTAL DE LAS VACACIONES
Los expertos apuntan además a un factor psicológico muy importante: el famoso 'reset mental' que se produce durante las vacaciones. El cerebro aprovecha esos días de desconexión para priorizar nuevas experiencias y dar descanso a la rutina. Al regresar, cuesta más reactivar ciertos hábitos asociados al trabajo, entre ellos, las contraseñas.

Un chico joven trabajando en la oficina
Este fenómeno es tan habitual que los equipos de informática y ciberseguridad corporativa lo tienen más que identificado. Septiembre y enero suelen ser los meses con más solicitudes de reseteo de claves en muchas empresas. Un repunte que confirma que no se trata de un fallo aislado, sino de un comportamiento generalizado.
NO ES UN SIGNO DE MALA MEMORIA
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En realidad, olvidar la contraseña tras las vacaciones no debería verse como un signo de mala memoria, sino como la consecuencia natural de cómo funciona nuestro cerebro. La buena noticia es que existen estrategias para reducir estos olvidos, las más comunes van desde el uso de gestores de contraseñas hasta la creación de combinaciones más significativas para cada usuario, pasando por los sistemas de verificación biométrica que cada vez son más comunes en las empresas.
Así que, si a la vuelta de tus vacaciones te toca pedir un nuevo acceso al departamento de informática, no te preocupes, no eres el único. La ciencia demuestra que es algo normal y que, en definitiva, forma parte de cómo nuestra memoria protege y selecciona la información que considera más útil en cada etapa.