Construido para Alfonso XIII, secreto para los españoles y 'robado' por Franco: así es el tren que llevó al dictador a su reunión con Hitler
Mientras el país cambiaba de ritmo, un tren se deslizaba sin que casi nadie lo notara. No tenía número, ni billetes, ni destino anunciado y su historia ha permanecido en la penumbra

Franco bajando del tren a su llegada a la estación
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Durante años recorrió silenciosamente los paisajes de España, cruzó campos, túneles y estaciones sin dejar apenas rastro. No salía en los periódicos, no se anunciaba por megafonía, ni siquiera los curiosos podían verlo de cerca.
Era discreto, casi invisible, de hecho, su aspecto exterior no llamaba la atención, sin embargo, en su interior todo era distinto. Muebles nobles, detalles cuidados al milímetro, espacios reservados para dormir... Era un símbolo de poder, de aislamiento y de estrategia.
El tren secreto de Francisco Franco fue testigo mudo de encuentros decisivos, viajes secretos y momentos históricos que no aparecen en los libros de texto. Su historia ha permanecido oculta durante décadas.
Lujo y discreción sobre raíles
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En 1929, en los astilleros de Sestao, en Vizcaya, se construyó por encargo del Estado español el tren protagonista de esta historia. Sin embargo, no se hizo para Francisco Franco, porque aún no había comenzado ni siquiera la dictadura. Se mandó construir para la familia real de Alfonso XIII.
Este vagón se diseñó como parte de un tren de lujo para la familia de monarcas. Su interior escondía toda clase de riquezas y comodidades impensables para la mayoría de la población de la época: dormitorios con baño, salón de reuniones, calefacción por vapor, etc.
Con la proclamación de la Segunda República y más tarde con el estallido de la Guerra Civil y la consolidación de la dictadura franquista, el vagón cambió de dueño y de propósito. Se convirtió en el centro de operaciones móvil del nuevo jefe de Estado, Francisco Franco.
el vagón ss-3
El tren era oficialmente conocido como el vagón SS-3 y se utilizó para desplazamientos internos por la geografía española, principalmente entre Madrid, El Pardo, San Sebastián o Galicia. El tren permitía a Franco desplazarse con autonomía.

Franco en un tren
Este medio de transporte era el favorito del dictador, y lo prefería a los aviones que en esa época aún no ofrecían la misma confianza logística, ni de seguridad. Lo utilizaba para moverse por el país, especialmente en verano o durante actos oficiales que requerían discreción y comodidad.
El tren permitió al dictador desplazarse hasta el lugar donde se celebró uno de los encuentros más célebres: la entrevista con Adolf Hitler en la estación de Hendaya en octubre de 1940. Franco viajó en este vagón, que lo dejó a escasos metros del andén francés donde le esperaba el Führer.
la famosa entrevista de hendaya
El 23 de octubre de 1940, en plena Segunda Guerra Mundial, tuvo lugar uno de los encuentros más enigmáticos y controvertidos de la historia: la entrevista entre Francisco Franco y Adolf Hitler en la estación fronteriza de Hendaya, en el País Vasco francés.

Vagón en el que se celebró la reunión entre Franco y Hitler
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Franco partió desde San Sebastián en su tren particular, el vagón SS-3 y a pesar de ser una ocasión trascendental, el viaje se hizo con total discreción y sin cobertura mediática. Su tren llegó a la estación de Hendaya con ocho minutos de retraso.
A pesar de que Franco llegó en su propio tren, la reunión oficial se celebró en el interior del tren de Hitler, en un vagón especialmente diseñado para encuentros diplomáticos, el conocido como "Erika".
Durante siete horas se discutió la posible entrada de España en la Segunda Guerra Mundial del lado del Eje. Hitler presionaba para que España apoyara militarmente a Alemania y el resultado fue un desencuentro diplomático que permitió consolidar la neutralidad estratégica de España durante la guerra.