Un murciano está dispuesto a pagar 1.800 euros por un piso de alquiler en Madrid y sigue sin casa para el curso: colgó un anuncio inverso

La estrategia de Baltasar fue publicar en un portal inmobiliario para buscar compañeros; ya los ha encontrado, pero todavía no tiene hogar para su año universitario

Escaparate de una inmobiliaria en Madrid
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Victoria Ballesteros

Victoria Ballesteros cuenta cómo está siendo la recta final de los universitarios buscando piso antes de comenzar el curso

José Manuel Nieto

Publicado el

4 min lectura

Recta final de agosto y el reloj corre en contra de miles de estudiantes que buscan piso en Madrid. Uno de ellos es Baltasar Abellán, murciano de 22 años, que decidió colgar un anuncio inverso en un portal inmobiliario: en vez de ofrecer una vivienda, buscaba un piso y también compañeros. Su idea, poco habitual, atrajo decenas de mensajes en apenas unas horas.

Tú veías un anuncio que salía, imagínate, a las 12:30 de la mañana y en 20 minutos le habían respondido ya 30, 40 personas”, relata sobre la batalla que supone entrar en el mercado de alquiler madrileño. Baltasar ya tiene dos compañeros seleccionados, pero lo más difícil sigue siendo conseguir un techo antes de que empiece el curso.

Buscar cuarto, misión imposible

En la capital, el precio medio de una habitación ya roza los 550 euros, tras encarecerse más de un 10% en el último año, según datos recogidos por el informe Live4Life. Su presupuesto es claro: 600 euros por cabeza, 1.800 euros en total para un piso de tres dormitorios. Pero ni con esa cifra consigue avanzar. “Es bastante complicado. Es decir, no hemos llegado en ningún momento a estar a punto de firmar o, al final, pues nos acaban descartando”, confiesa resignado.

Alquiler vivienda

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Un cartel de viviendas en alquiler en un edificio de Madrid

El mercado es tan restrictivo que incluso portales y analistas advierten de la dificultad. El gerente de Live4Life lamenta que “habrá alumnos que en septiembre, lamentablemente, no tengan una casa en la que dormir”. Un escenario que se repite curso tras curso y que recuerda a episodios recientes como los que relata COPE sobre pisos imposibles en Madrid.

Estrategias desesperadas de jóvenes

Baltasar admite que en verano cambió de táctica: “Me di cuenta de que era más fácil conseguir un apartamento entero que un único cuarto”. Así logró contactar con decenas de estudiantes y, tras un casting improvisado, seleccionó a dos que le “inspiraron confianza”. Ahora viven pendientes de cada nueva notificación en Idealista.

Foto de archivo de un piso en alquiler

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Foto de archivo de un piso en alquiler

El problema, como señalan expertos, no es solo de precios, también de oferta. Según cálculos del Banco de España, en España faltan más de 600.000 hogares para equilibrar la demanda. El Gobierno ha anunciado medidas como la construcción de 40.000 viviendas de alquiler asequible y programas municipales como Reviva Madrid, que busca poner en circulación pisos rehabilitados.

Pero los datos reflejan una brecha enorme. Según COPE, Madrid lidera el encarecimiento del alquiler en toda España, superando incluso a regiones tradicionalmente más caras.

Cláusulas y precios abusivos

En este contexto, los estudiantes denuncian condiciones cada vez más duras. Para alquilar un piso, muchas agencias exigen no solo la fianza legal, sino también varias mensualidades adelantadas y gastos de gestión. En la práctica, entrar en una vivienda puede requerir más de 2.000 euros iniciales.

Baltasar lo describe como un “casting continuo” con los caseros: “Dices una palabra que no les cuadra y te descartan”. Su relato conecta con lo que advierten plataformas como la Asociación Madrileña de Empresas Inmobiliarias, que reclama mayor seguridad jurídica y un registro de agentes para evitar abusos.

No es un caso aislado. La escasez obliga a estudiantes a contemplar alternativas como compartir con más de seis personas o desplazarse a municipios lejanos, como explicaba recientemente COPE en Seseña.

La recta final del verano

La situación de Baltasar es el reflejo de un problema estructural que afecta a medio millón de estudiantes cada verano. Muchos acaban recurriendo a los trenes y autobuses diarios desde sus municipios o al sofá de conocidos. Otros se topan con anuncios imposibles: “Veo habitaciones por 600 euros para compartir piso con 12 personas, es bastante fuerte”, cuenta con indignación.

En su caso, está dispuesto a desembolsar 1.800 euros mensuales junto a sus compañeros, pero todavía no tiene llaves. Su odisea recuerda lo que ya advertían otros jóvenes que regresaron al mercado tras años fuera: los precios de hoy no tienen nada que ver con los de hace una década.

Mientras tanto, la cuenta atrás sigue. Las clases empiezan en septiembre y miles de universitarios se preguntan dónde dormirán en la ciudad más cara para alquilar de España, donde incluso los pisos turísticos y las reformas energéticas obligatorias, como recuerda COPE, influyen en un mercado ya saturado.

Lo que está claro es que, para Baltasar y tantos otros, encontrar un piso en Madrid se ha convertido en algo más que un trámite de final de verano: es una carrera de obstáculos con el tiempo y el bolsillo en contra.

Visto en ABC

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