La ciencia confirma por qué millones de pacientes con infarto toman un fármaco que ya no necesitan
Un macroestudio internacional liderado por cardiólogos españoles demuestra que los betabloqueantes no aportan beneficios a la mayoría de supervivientes de un ataque cardíaco

Madrid - Publicado el
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Un nuevo macroestudio internacional ha puesto en jaque uno de los pilares del tratamiento post-infarto de las últimas cuatro décadas. La investigación, liderada por los prestigiosos cardiólogos españoles Valentín Fuster y Borja Ibáñez desde el Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC), concluye que los betabloqueantes, un fármaco recetado sistemáticamente de por vida, no aportan ningún beneficio a la mayoría de pacientes que han superado un ataque al corazón.
El hallazgo afecta a una cantidad ingente de personas. Se estima que, solo en España, alrededor de 1,2 millones de personas podrían estar tomando esta medicación sin una necesidad real, ya que pertenecen al grupo de pacientes que, tras el infarto, mantienen intacta la capacidad de bombeo de su corazón.
Un tratamiento que ya es historia
Durante años, la prescripción de betabloqueantes tras un infarto era considerada imprescindible. Sin embargo, el propio Fuster, discípulo de uno de los pioneros en el uso de estos fármacos, dejó de recetarlos hace una década a sus pacientes con infartos no complicados, una decisión que en su día fue muy cuestionada.
La utilidad de los betabloqueantes ha disminuido drásticamente desde que en 2005 se generalizó el uso de stents coronarios, que evitan la obstrucción de las arterias. Para millones de personas, seguir tomando esta medicación no solo no les protege de futuros eventos cardiovasculares, sino que puede provocarles efectos secundarios indeseados, como el cansancio constante o la disminución del deseo sexual.
¿Quién debe dejar de tomarlo?
Ante este nuevo escenario, los investigadores lanzan un mensaje de calma y una advertencia clara: nadie debe abandonar el tratamiento sin consultarlo previamente con su cardiólogo. Los betabloqueantes siguen siendo fármacos vitales para un grupo importante de pacientes, aquellos que sufren arritmias, insuficiencia cardiaca crónica o disfunción del corazón. Se calcula que en España este grupo representa a unas 500.000 personas.

Son los pacientes con la función contráctil del corazón conservada quienes no obtienen ventajas de seguir el tratamiento. Según Ignacio Fernández Lozano, presidente de la Sociedad Española de Cardiología, "ahora el 70% de los pacientes quedan sin muchas secuelas ni daños tras un infarto, con su función del corazón conservada, y no obtienen beneficios de los betabloqueantes, así que no hay por qué darlos".
El fin de la controversia
Los nuevos resultados, calificados de "irrefutables" por Ibáñez, se han publicado en 'The New England Journal of Medicine' y zanjan un debate que surgió hace unos meses. Un estudio previo del mismo equipo, el proyecto REBOOT, ya apuntaba en esta dirección, pero coincidió con un trabajo nórdico con resultados aparentemente contradictorios, generando escepticismo en parte de la comunidad médica.
Para despejar cualquier duda, el equipo ha realizado un metaanálisis de cinco ensayos clínicos en ocho países con casi 18.000 participantes. Tras casi cuatro años de seguimiento, los resultados en el grupo que tomó betabloqueantes y en el que no los tomó fueron idénticos: alrededor del 8% sufrió un nuevo evento cardiovascular, lo que demuestra la inutilidad del fármaco en este perfil de paciente.

(Foto de ARCHIVO)Cardiólogos Del Reina Sofía De CórdobaEUROPA PRESS/JUNTA24/4/2008
El ahorro económico para los sistemas de salud también será considerable. Aunque los betabloqueantes son fármacos baratos y sin patente, como el bisoprolol o el metoprolol, el volumen de pacientes es tan alto que el impacto es enorme. Ibáñez estima un ahorro de unos 35 millones de euros anuales solo en España. "Vamos a ahorrar millones a la sanidad pública", proclama. Se espera que las guías clínicas de todo el mundo se actualicen de forma inmediata para reflejar esta nueva evidencia.
Este contenido ha sido creado por el equipo editorial con la asistencia de herramientas de IA.



