Vi a un conductor cubrir con una bolsa el retrovisor del coche aparcado, me contó por qué lo hace y ahora no se me olvida nunca

Se trata de una técnica casera, pero muy eficaz para evitar ataques que dañan tu vehículo; se recomienda asegurarlas con un nudo, pinza o cinta para que no se las lleve el viento

Un retovisor de un coche cubierto por una bolsa de plástico

Alamy Stock Photo

Un retovisor de un coche cubierto por una bolsa de plástico

José Manuel Nieto

Publicado el

3 min lectura

En pleno verano, los conductores se vuelven auténticos buscadores de trucos. Desde colocar parasoles hasta dejar las ventanillas abiertas unos centímetros, todo con tal de evitar que el coche se convierta en un horno. Sin embargo, hay prácticas que sorprenden a primera vista y que, cuando conoces su motivo, se quedan grabadas para siempre. Una de ellas es la de colocar bolsas en los retrovisores del coche cuando está aparcado.

Hace unos días, al pasar junto a un aparcamiento, vi un vehículo con sus espejos cubiertos. Mi primera reacción fue de extrañeza, pero el dueño me explicó lo que hay detrás de este gesto aparentemente absurdo. Y lo cierto es que, tras escucharlo, entendí que no era una ocurrencia pasajera, sino una medida muy práctica.

Por qué cubrir los retrovisores

Lo que a primera vista parece un simple plástico colgado tiene una lógica aplastante. Los pájaros, sobre todo en épocas de apareamiento, tienden a ver su reflejo en los espejos laterales como la presencia de otro competidor. El resultado es que lo atacan con picotazos y aleteos, llegando a dañar el cristal y la carcasa del retrovisor.

Pero no es el único problema. Los excrementos de aves son altamente corrosivos. Contienen ácidos que deterioran el barniz y la pintura del coche, sobre todo en verano, cuando el sol intensifica sus efectos. Al cubrir los espejos con bolsas, se eliminan los reflejos que desencadenan la reacción de los pájaros y, de paso, se reduce la probabilidad de que queden manchados.

Espejo retrovisor de un automóvil estacionado cerca de la acera al costado de la calle

Alamy Stock Photo

Espejo retrovisor de un automóvil estacionado cerca de la acera al costado de la calle

Eso sí, no todas las bolsas sirven. Los expertos recomiendan evitar las de plástico puro, ya que con el calor pueden pegarse al espejo y causar más daño del que previenen. Lo ideal es optar por fundas específicas o materiales menos agresivos, y siempre fijarlas bien con un nudo, pinza o cinta para que no se las lleve el viento.

Una solución simple y eficaz

La imagen de un coche con los retrovisores cubiertos de bolsas puede resultar curiosa, pero esconde una estrategia muy efectiva para proteger el vehículo de pequeños pero molestos daños. Se trata de un recurso casero que, además de barato, se puede aplicar en zonas rurales, áreas de camping o estacionamientos urbanos donde la presencia de aves es constante.

El dueño que me lo contó aseguraba que desde que usa este truco apenas tiene que limpiar los espejos y ha evitado ya varios sustos con los picotazos. Y lo cierto es que, en un verano en el que el calor no da tregua, cualquier recurso para proteger el coche se vuelve valioso. No olvidemos que, igual que es peligroso aparcar bajo un sol intenso por riesgo de incendio, como ya advirtió la DGT en esta noticia de COPE, también lo es descuidar pequeños detalles que, a la larga, pueden salir caros.

En paralelo, muchos conductores buscan alternativas para sobrellevar las altas temperaturas. Desde el popular truco japonés para refrescar el coche en 30 segundos, del que hablamos en esta información de COPE, hasta las recomendaciones sobre el uso correcto del aire acondicionado, ya que un estudio reciente ha revelado que muchos sistemas liberan sustancias nocivas y hasta bacterias peligrosas.

Espejo retrovisor lateral sucio que refleja un edificio, lo que resalta la necesidad de mantenimiento del automóvil.

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Espejo retrovisor lateral sucio que refleja un edificio, lo que resalta la necesidad de mantenimiento del automóvil.

Más allá del confort, proteger el coche del calor y de los efectos del entorno es cuestión de mantenimiento. Igual que no conviene conducir siempre con el depósito en reserva, como se contó en este testimonio en COPE, tampoco está de más adoptar medidas sencillas para alargar la vida de la pintura, los espejos y otros elementos expuestos.

Puede que la próxima vez que veas un coche con bolsas en los retrovisores te parezca extraño, pero sabrás que hay un motivo detrás. Y quizás decidas probarlo, porque en verano, con el calor y las aves rondando, cualquier detalle puede marcar la diferencia entre tener que pasar por el taller o simplemente seguir tu camino.

Visto en ABC

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