Irene pasó la noche atrapada en un tren entre Madrid y Málaga: "Hemos comido gracias a los vecinos de un pueblo"
Esta afectada por la incidencia en la catenaria que paralizó las líneas de AVE hacia el corredor sur de España revela la situación que han vivido

Carlos Moreno 'El Pulpo' conoce cómo están pasando la noche pasajeros atrapados en la línea de AVE entre Madrid y Andalucía como Irene
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Una avería en la catenaria ferroviaria entre Yeles y La Sagra (Toledo) provocó este lunes un auténtico caos en la red de alta velocidad entre Madrid y Andalucía. Decenas de trenes quedaron parados durante horas y miles de pasajeros se vieron atrapados, algunos en plena vía. Es el caso de Irene, una joven que viajaba por trabajo y que, sin esperarlo, tuvo que pasar la noche dentro de un tren detenido a media hora de la capital.
Linternas en vez de luz y sin información
“Llevamos desde las siete y media... ya estamos bastante cansados”, contaba Irene en directo en Poniendo las calles, el programa de COPE conducido por Carlos Moreno 'El Pulpo'. El tren en el que viajaba con compañeros de trabajo había recorrido apenas media hora desde Madrid cuando se detuvo sin más explicaciones. “Nos informaron por megafonía de que había un problema con la tensión y, desde entonces, no hemos tenido más comunicación”, lamentaba. La situación era precaria: “No tenemos luz, de hecho, ahora mismo estamos a oscuras. Estamos todos con la linterna del móvil”.
Más sobre el caos ferroviario
La joven detallaba que el convoy estaba detenido en mitad del campo, sin posibilidad de auxilio inmediato: “Pasan trenes por el otro carril, pero por nuestra vía no se mueve nada”. El contraste resultaba inquietante. Mientras por la vía paralela sí se permitía el paso de otros trenes con dirección a Madrid, en sentido sur no se veía movimiento.
El trayecto de Irene tenía como destino Málaga, pero el tren ni siquiera había llegado a Toledo: “Estamos a media hora de Madrid. No hemos llegado ni a Toledo. A Málaga… no sé si llegaremos para el almuerzo”, decía con resignación. Con ella viajaban personas mayores, niños pequeños e incluso bebés. “Los pobres abuelitos están aquí sentados. Para ellos es impensable moverse. Ya para los demás es un poco complejo...”, añadía.
Sándwiches solidarios y una noche al raso
En ausencia de una actuación rápida por parte de Renfe, fueron los vecinos de la zona los que socorrieron a los pasajeros atrapados: “Gracias a los pueblos vecinos… nos trajeron sándwiches y agua, y gracias a ellos, pues en esa parte estamos bien”. Sin embargo, la falta de información oficial fue una de las quejas más repetidas durante la noche: “Las patrullas de la Guardia Civil nos han dicho que ellos tampoco saben nada, que eso lo lleva todo Renfe. Así que es un poco complejo”, afirmaba.

Tren de alta velocidad RENFE AVE en el andén de la estación de tren de Santa Justa en Sevilla, Andalucía.
La avería, según informó Adif, afectó a 23 trenes y dejó bloqueado un tramo crítico del corredor sur, tal como detalla en su página oficial. El suministro eléctrico quedó interrumpido y solo se pudo recuperar parcialmente la tensión en una de las dos vías alrededor de las 20:30 horas. Esto permitió retomar la circulación de forma alterna y limitada, generando importantes retrasos. Algunos trenes, como el AVE Madrid-Sevilla, estuvieron detenidos más de cinco horas.
Mientras tanto, en el vagón donde se encontraba Irene, la escena era surrealista: “La gente está con la linterna, algunos dando paseos. Tenemos la puerta del vagón abierta hacia la vía y están al fresco. Otros intentan dormir, pero con los trenes pitando al pasar, es imposible”.

Trenes de alta velocidad AVE operados por Renfe en la estación de Madrid
El Gobierno de Castilla-La Mancha tuvo que activar un dispositivo especial de emergencias para atender a los afectados, movilizando a Geacam y al 112, y colaborando con ayuntamientos como el de Villaseca de la Sagra.
Mientras avanzaba la madrugada, Irene no perdía del todo el ánimo. “Yo solo iba y venía en el día por trabajo. Me traje ropa de café y un bolso nada más. Fíjate que ya me lo veía venir...”, explicaba. Y aunque su padre, oyente habitual de la radio, le animó a llamar al programa, ella tenía claro su objetivo: “Lo único que queremos es llegar a casa o a algún sitio”.
Un deseo compartido por cientos de viajeros que, como ella, pasaron la noche varados en mitad de la nada. Una experiencia que refleja, una vez más, la fragilidad de la red de alta velocidad ante fallos técnicos y la necesidad urgente de protocolos eficaces de atención al pasajero.