Un gallego trabaja en Roma con turistas y un detalle de la elección del papa no lo había visto en 25 años: "Otra cara"
Acostumbrado a tratar con visitantes de la ciudad, hay una circunstancia sobre la que tiene que hacer hincapié en los últimos días coincidiendo con el cónclave

Bea Calderón conoce junto a Alberto Rodríguez cómo está Roma en los días del cónclave para elegir un nuevo papa
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En Roma, donde cada piedra respira historia y cada plaza es testigo de la fe de millones, hay quienes, como Alberto Rodríguez, observan el presente con la experiencia de quien lleva más de 25 años mostrando sus maravillas. Gallego de origen y guía turístico por vocación, Alberto conoce como pocos el latido de la ciudad, y asegura que, aunque está acostumbrado al ajetreo de turistas, lo que está ocurriendo estos días tras el fallecimiento del Papa Francisco es algo que no había vivido nunca: “Es otra cara de Roma”.
La muerte de Francisco ha teñido la ciudad de un ambiente que mezcla duelo, esperanza y expectación. “Primero fue el dolor”, cuenta Alberto en el programa Poniendo las Calles, de COPE, “pero luego vino esa emoción de ver a los cardenales por las calles, y a miles de peregrinos mezclados con turistas”. La ciudad se ha convertido en un escenario singular: cardenales camino del cónclave, medios de comunicación de todo el mundo, fieles venidos desde todos los rincones y visitantes que, sin esperarlo, se han topado con un acontecimiento histórico.
Entre la devoción y la frustración
En este contexto, el trabajo de Alberto como guía turístico se ha vuelto más complejo. “La Capilla Sixtina está cerrada. Solo se puede entrar si eres cardenal”, explica. Y aunque Roma siempre ofrece rutas alternativas —“vas a Santa María la Mayor, donde está la tumba de Francisco”—, muchos visitantes se sienten descolocados. “Hay que explicarles que no van a poder ver lo que venían a ver. Eso es difícil. Esa es la otra cara del turismo en Roma estos días”.

La cúpula de la Basílica de San Pedro en el Vaticano, vista desde Roma, Italia, el 29 de abril de 2025. La cúpula fue diseñada por el escultor, pintor y arquitecto renacentista italiano Miguel Ángel Buonarroti y pesa alrededor de 14.000 toneladas.
Pese a todo, Alberto reconoce que la ciudad ofrece ahora una oportunidad distinta, más espiritual y menos enfocada al turismo de masas. “Nos piden visitas para recordar al Papa Francisco”, añade. Es un tiempo en el que Roma muestra su dimensión más profunda, la de la ciudad que acoge a quienes buscan comprender la trascendencia de este momento.
No es la primera vez que Roma atraviesa un cónclave, pero cada uno tiene su carácter. En esta ocasión, la figura de Francisco, su legado y la incertidumbre sobre su sucesor, marcan la pauta. Para muchos, la ciudad está viviendo una etapa única. “Es como una Jerusalén nueva”, dice Alberto al describir el Vaticano, un lugar en el que, en estos días, “nacerá el nuevo Papa”.
La humanidad del papado
Quienes conocen la Capilla Sixtina solo por fotografías desconocen uno de sus secretos mejor guardados. “Debajo del Juicio Universal de Miguel Ángel hay una puerta. Ahí está la Stanza del Pianto, la habitación de las lágrimas, donde se viste el nuevo Papa”, explica Alberto. Un rincón simbólico y oculto donde se produce la transformación más íntima del Pontífice electo. “La primera vez que vuelva a entrar después del cónclave, miraré ahí”, confiesa emocionado.

Fieles asisten a la Santa Misa por el Jubileo de las Personas con Discapacidad en la Basílica de San Pablo Extramuros, en Roma
Aunque se considera ajeno al mundo eclesial, Alberto ha tenido la ocasión de cruzarse con figuras clave de la Iglesia en su día a día. Así conoció al cardenal Zuppi, uno de los nombres que más suenan para suceder a Francisco. “Es romano, de la Comunidad de Sant’Egidio, celebraba misa en Santa María in Trastevere. Es alguien muy humano, muy comprometido con la paz en Ucrania”, dice con respeto y admiración. Y aunque aclara que el futuro Papa lo elige el Espíritu Santo, no esconde su simpatía por él: “Me gustaría mucho”.
En medio de este caos ordenado que es Roma, donde lo cotidiano se mezcla con lo extraordinario, Alberto subraya una idea poderosa: “En Roma ves la humanidad de estas personas. Los ves caminar como cualquiera, y luego resulta que uno de ellos será Papa”. La capital italiana no solo está viviendo un cambio histórico, sino que también está mostrando su rostro más humano.