Federico Ferrando, el sacerdote viral de la dana, un año después: "El Señor puede sacar mayores bienes de la tragedia"
El párroco valenciano, cuya imagen se popularizó durante las inundaciones, relata el drama de su propia familia y cómo la fe sigue ayudando a los afectados

Madrid - Publicado el - Actualizado
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Se cumple un año de la dana que azotó el levante español, dejando en Valencia 229 muertos. La Iglesia, un año después, sigue acompañando a los afectados a través de iniciativas como las de Cáritas, que ha ayudado a más de 21.800 personas. Uno de los rostros de aquella tragedia fue el de Federico Ferrando, un sacerdote de 28 años cuya imagen embarrado se hizo viral.
He sido testigo de cómo después de una tragedia el Señor puede sacar mayores bienes de los que poseemos con anterioridad"
Sacerdote de la Archidiócesis de Valencia
En una entrevista en Mediodía COPE, Ferrando se ha mostrado "agradecido por haber sido testigo de cómo después de una tragedia el señor puede sacar mayores bienes de los que poseemos con anterioridad". El sacerdote, que creció en la zona, recuerda cómo todo se está reconstruyendo "cada vez más y mejor, porque hay gente que no se olvida".
El drama familiar en primera persona
Ferrando rememora la noche de la tragedia, cuando estaba reunido y comenzaron a llegar las llamadas. "Rezad por nosotros, os queremos", le decía su familia. El momento más angustioso lo protagonizó su hermana: "Padre Federico, estoy cruzando por el tejado con mi hija pequeña en brazos, danos la bendición, te quiero".
Al día siguiente, pudo recoger a su hermana y sus cinco hijos, que habían sido rescatados por la UME. Estaba embarazada y no lo sabía, "ya conocemos el rostro de esa preciosa criatura y le hemos bautizado", explica. Los encontró "con pijama, llenos de barro", pero los niños, ajenos a la magnitud del desastre, estaban "alegres por su inocencia".
La fe como respuesta al barro
Íbamos vestidos, identificados como lo que somos, siervos de Cristo, para morir como Él por los demás"
Sacerdote de la Archidiócesis de Valencia
Ferrando explica que para afrontar la dureza de la situación, era clave rezar antes de salir a ayudar. "Cuando uno se presentaba ahí, sin buscar nada a cambio, la gente recurría a ti", relata. Describe cómo los afectados le pedían la bendición, rosarios o confesión. "Fue bellísimo", asegura, y añade que por eso iban identificados: "íbamos vestidos, identificados como lo que somos, siervos de Cristo, para morir como él por los demás".

Federico Ferrando en Paiporta
El acompañamiento espiritual ha sido clave desde el principio. Al segundo día "ya se empezó a celebrar la santa misa, porque era el alimento que podía saciar nuestra alma". Hoy, las órdenes religiosas "permanecen visitando las poblaciones afectadas, dando consuelo a las familias sin buscar nada a cambio, a cristianos y los que todavía no lo son".
Como ejemplo de esa esperanza, Ferrando cuenta el caso de sus propios padres, que tras perderlo todo, "se dedicaron a acoger a los voluntarios en su casa y otorgarles la alegría que que habían perdido los demás al ver las imágenes".
UN AÑO DE LA DANA DE VALENCIA
El 29 de octubre de 2024 quedó grabado en la memoria de los españoles. Aquel día, una dana azotó con fuerza la Comunidad Valenciana, causando 237 muertes, 89 municipios afectados y más de 17 millones de euros en pérdidas. También afectó a Castilla-La Mancha, Andalucía y Cataluña.
Un año después, COPE recuerda 10 claves para entender aquella catástrofe.
El 25 de octubre, la AEMET alertó de la llegada de una dana. El 29, a las 07:36, activó el aviso rojo en Valencia, extendido a toda la provincia hora y media más tarde. Poco después advirtió de un “peligro extremo” por inundaciones.
Las lluvias provocaron desbordamientos históricos: el río Magro y el barranco del Poyo alcanzaron caudales récord, y Turís registró 771 litros por metro cuadrado. La Huerta Sur sufrió un efecto embudo que afectó gravemente a municipios como Catarroja, Massanassa o Torrent.
La primera alerta en móviles se envió a las 20:11 horas, cuando la situación ya era crítica. La dana se saldó con 229 fallecidos en Valencia, 7 en Castilla-La Mancha y 1 en Málaga, además de dos desaparecidos.
La respuesta fue inmediata: 17.000 efectivos de emergencias y 50.000 voluntarios participaron en 36.000 rescates.
El impacto económico fue devastador: 17.000 millones en pérdidas, 48.722 empresas y 11.242 viviendas dañadas, según el IVIE. En julio de 2025, la Generalitat lanzó el plan “Endavant”, con 29.000 millones de euros para reconstrucción.
Los informes técnicos insisten: mejorar la coordinación de alertas, mantener cauces limpios y reforzar planes locales son las tres grandes lecciones del 29-O.
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