

"El sanchismo está clínicamente muerto, aunque su fundador trate de seguir arrastrándose hasta 2027"
Jorge Bustos analiza las claves de la actualidad informativa de este viernes 13 de junio de 2025
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Qué tal, soy Jorge Bustos, bienvenido al mediodía de este viernes 13 de junio. Españoles, el búnker ha reventado. El edificio oficial donde aún se refugia la banda que ha estado robándonos y mintiéndonos durante una década, ahora es un conjunto de ruinas humeantes.
Y todas las ruinas tienen su fantasma. El fantasma de este paisaje en ruinas que un día fue Ferraz y un día fue Moncloa se llama Pedro Sánchez Pérez-Castejón. Él sigue creyendo que está vivo, pero es un espectro.
El sanchismo está clínicamente muerto, aunque su fundador trate de seguir arrastrándose hasta 2027, gritándonos que sigue vivo, que lidera un proyecto político y no un montón de escombros donde anidó una organización criminal, descrita como tal por la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil.
Ayer salió maquillado a hacerse la víctima en la rueda de prensa más aterradora que le recordamos. El espectáculo de un narcisista incurable, incapaz de asumir la responsabilidad adulta, que huye de la realidad y jura que se acaba de enterar de los desmanes del secretario de organización que trabaja con él desde 2014, desde que robó para él las primarias del partido.
Qué morritos ponía ayer Pedro. Qué pucheros hacía. Pero los españoles no se fijan ya en sus pucheros, sino en sus pucherazos. Los españoles, muchos de izquierdas, le aplican el mismo rasero que él aplicó a Rajoy para censurarlo por nombrar a Bárcenas. Porque Santos Cerdán era en el PSOE mucho más importante que Bárcenas para el PP. Lo controlaba todo.
No es una manzana podrida: es el cesto entero. Es la cúpula de Ferraz aliada con el Ministerio de Transportes para cobrar comisiones ilegales durante años, mientras en público nos hablaban de regeneración democrática, y de agenda progresista, y de abolir la prostitución.
Mordidas de cientos de miles de euros a cambio de adjudicar a dedo obra pública a empresarios amigos. Extorsiones, amenazas, prostitutas colocadas como retribución por sus servicios sexuales con nuestro dinero, viajes, casas, constructoras.
Y el cobro de un impuesto que según la UCO apunta a la financiación ilegal del Partido Socialista para poder pagar las sucesivas campañas y seguir regando a los medios afines. Afines hasta ayer mismo. Ahora algunos se llevan las manos a la cabeza y piden contundencia.
Saltan del barco cinco minutos antes de que se hunda, después de haber remado en él como esclavos durante años, atacando a los jueces y a los medios libres, desacreditando las investigaciones, blanqueando cada inmoralidad de Sánchez por dinero o por fanatismo.
Esto no es el caso Ábalos, ni el caso Santos, ni siquiera el caso PSOE. Esto es el destape de un régimen corrupto desde sus orígenes llamado sanchismo.
El informe de la UCO es un retrato moral de un movimiento fundado en un Peugeot donde Pedro metió a sus equivalentes, a gente con tan pocos escrúpulos como él, porque sabía que nunca alcanzaría el poder por medios limpios. Que solo podría llegar a Moncloa y mantenerse en ella negociando indultos y amnistías, encargando cloacas, enviando a su fontanero mayor a Suiza para venderse a Puigdemont.
Nada se ha hecho sin el consentimiento expreso del Número Uno. El mismo que recuperó a Ábalos después de purgarlo por miedo a que se destapara lo que se ha destapado, y el mismo que confirmó a Cerdán como jefe de Ferraz hace solo siete meses.
Koldo avisa: tiene mucho más y va a salir todo. Pedro intenta huir de su pasado, pero ese pasado lo alcanzará. Solo está alargando una agonía patética que amenaza con llevarse la sigla por delante.
¿Y qué dicen los socialistas menos lobotomizados, los que saben que se encaminan a la debacle municipal y autonómica si llegan al próximo ciclo electoral con Pedro Sánchez al frente del partido? De momento solo se indignan en privado.
¿Y qué dicen los socios que votaron la moción de censura contra la corrupción? Pues Podemos, Rufián, Sumar, PNV o Junts piden explicaciones mientras calculan el coste en sus territorios de seguir abrazados al peso muerto de La Moncloa. Pero el reloj avanza, y los sumarios también.
No queremos que nos pidas perdón, Pedro. El perdón en política, como tú mismo le decías a Rajoy, se conjuga dimitiendo. Santos y Ábalos son tus nombramientos, sus obras son tus obras. Y no queremos auditorías: ya os está auditando la UCO.
Tienes derecho a defenderte, como cualquier ciudadano, pero ya no desde La Moncloa. Queremos votar. Queremos un Gobierno que no mienta ni robe. Queremos que te vayas a tu casa, a buscar el respeto que nunca nos tuviste y que ahora ya no sientes ni por ti mismo.