

"Llama la atención que en momentos desesperados el sanchismo recurra siempre al mismo truco: el falso magnicidio"
Escucha el monólogo de Jorge Bustos del lunes 2 de junio
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El Gobierno quiere que creamos que la Guardia Civil quiere matar a Pedro Sánchez. Te juro que no es una exageración. Es la consigna que han puesto en circulación este fin de semana los medios de izquierdas y los ministros del Gobierno: tomaron la expresión “bomba lapa” del chat de un ex capitán de la UCO, que además hoy trabaja para la Comunidad de Madrid, y le dieron el sentido contrario al que tenía. Donde el ex capitán confesaba su temor a que le pusieran a él una bomba lapa por investigar la corrupción de este Gobierno, Moncloa y sus sincronizados -el Loro Park, que dice Herrera- intercambiaron los papeles de verdugo y de víctima. En su bulo, el verdugo es la UCO y la víctima es el líder más progresista de Occidente, don Pedro Sánchez, hermano y esposo de imputados, a quien una conspiración de Tejeros y Francos quiere repetirle la jugada del 36. A ver si cuela entre nuestros votantes más cafeteros, pensarán. O algo peor: a ver si así nos cargamos de razones para desactivar la UCO. El precio de semejante maniobra es la división social, la ruina del crédito institucional. A ver si en río revuelto pescan algo.
A esta hora del lunes, nadie ha pedido perdón salvo La Sexta, cosa que honra a los periodistas de La Sexta que lo han hecho y deshonra a todos los demás, empezando por El Plural, que en realidad es El Singular, porque solo tiene un autor y un lector, y son la misma persona: Pedro Sánchez. Alguno como López, Óscar López, este hombre que me mandaba artículos para que se los publicara en El Mundo cuando iba diciendo de Sánchez aquello de “Este tío nos conduce a la ruina”, pues este López se ha reafirmado en el bulo, desesperado por darse a conocer entre los madrileños aunque sea para concitar rechazo. ¿Hablará hoy de una vez Pedro Sánchez desde Melilla para defender el honor de la Guardia Civil? ¿Va a salir Santos Cerdán de su silencio culpable respecto de su amiga Leire? ¿Se le fue de las manos el entusiasmo de la fontanera o tan solo obedecía órdenes?
La desesperación ante el avance de las causas judiciales y ante el destape de las cloacas del PSOE está produciendo monstruos. No sabemos qué será lo siguiente, pero sí sabemos que la agonía del sanchismo será tan larga como maloliente; como esos enfermos que tardan mucho en morir y a medida que pasan los días envenenan un poco más el aire de la habitación. Con la diferencia de que los enfermos reales no tienen culpa de su estado; los enfermos políticos la tienen toda.
La legislatura se ha convertido en un sótano sin ventilación. El clima es irrespirable. Y llama la atención que en momentos desesperados el sanchismo recurra siempre al mismo truco: el falso magnicidio. Ocurrió con las balas de Marlaska, con la navajita-llavero de recuerdo de Toledo que paseó en foto a la puerta del Congreso la ministra Reyes Maroto, con aquel francotirador del que nunca más se supo, con aquel presunto comando de extrema derecha que al final era una vecina con un palo de escoba mientras el galgo de Paiporta emprendía la huida y el Rey se quedaba. Demasiadas pelis cutres y muy poca imaginación. La máquina de propaganda de Moncloa está gripada. Sus narrativas cada vez son más chuscas. Pero demuestra algo muy preocupante: están dispuestos a todo con tal de sabotear la acción de la Justicia. Esa fue la orden de Pedro a la vuelta de sus cinco días de reflexión: contraataquemos. No con medidas, porque no hay mayoría para legislar, sino con mentiras, amenazas, bulos y polarización. Y con fontanería de trapos sucios. Y en eso están. Y en eso estarán hasta el último día.
Visto lo visto, algunos ya nos conformamos con que convoque elecciones cuando toque. Y con que el recuento de voto por correo no quede en manos de Leire Díez".