Javier Quintero, psiquiatra: "El cerebro nunca va a funcionar como a los 12 o 13 años, si motivas a tu hijo para aprender, será una máquina"
El jefe de psiquiatría del Infanta Leonor explica en 'La Tarde' las claves del neurodesarrollo y por qué el cerebro adolescente es una 'montaña rusa' emocional

Pilar García Muñiz descubre cómo se forman los cerebros desde que están en el útero o por qué algunos niños se concentran facilmente mientras otros se distraen con todo
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El desarrollo del cerebro desde la concepción hasta el final de la vida es un "proceso maravilloso" que dicta en gran medida el comportamiento humano. En el programa 'La Tarde' de COPE, la periodista Pilar García Muñiz ha profundizado en este tema con el doctor Javier Quintero, jefe de servicio de psiquiatría y salud mental del Hospital Universitario Infanta Leonor. El experto ha explicado que el neurodesarrollo es la construcción de neuronas y sus conexiones, un proceso que, aunque antes se creía que terminaba en la edad adulta, hoy se sabe que continúa durante toda la vida, adaptándose constantemente.
Las etapas clave del cerebro
El cerebro madura siguiendo dos ejes: de abajo a arriba y de atrás adelante. Según Quintero, lo primero en desarrollarse es la corteza occipital, que regula la visión, y lo último es la corteza prefrontal, responsable de planificar, organizar y anticipar consecuencias. Este desarrollo tardío explica por qué la madurez plena no se alcanza hasta los veintitantos años, entre los 21 y los 25. El psiquiatra pone como ejemplo el "ojo vago", que si no se corrige en la ventana de oportunidad de los primeros 6 o 7 años, puede dejar secuelas permanentes.
Durante la infancia, el cerebro crece de forma exponencial, lo que permite una increíble capacidad de aprendizaje. "Son plastilina", afirma el doctor. El desarrollo se especializa casi año a año: el primero se centra en el control motor para aprender a andar, y el segundo organiza las áreas del lenguaje. Entre los tres y los seis años, el objetivo principal es aprender a regular las emociones, por lo que las rabietas a esas edades son una "cuestión biológica" y parte del proceso natural. Es en este contexto donde el apoyo familiar es crucial, ya que, como alertan los obispos, muchas familias en España necesitan un rescate para frenar la soledad y la crisis de salud mental.

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La 'montaña rusa' de la adolescencia
La adolescencia es una "montaña rusa" porque, en palabras de Quintero, la parte emocional del cerebro "ya está on fire, pero la parte que tiene que regular esa parte más emocional, que es la corteza prefrontal, todavía ni está ni se la espera". Esta asincronía provoca que "lo emocional pese muchísimo en sus conductas y en su toma de decisiones", lo que les convierte en "impulsivos por naturaleza" e incapaces de ver más allá del corto plazo.
En esta etapa se produce un proceso conocido como poda neuronal, basado en el principio de "lo que va usando lo va potenciando, y lo que no, lo va eliminando". El cerebro se deshace de las conexiones que no utiliza para fortalecer las que sí. Este periodo es complejo y, en ocasiones, ciertos comportamientos pueden enmascarar otros problemas, como se ha observado en casos de jóvenes con síndrome alcohólico fetal donde los síntomas se confunden con TDAH.
¿Cuándo hay que preocuparse?
Si bien la impulsividad y una menor conciencia del riesgo son conductas esperables en un adolescente, la señal de alarma aparece cuando se produce una "disfuncionalidad", es decir, cuando estos comportamientos interfieren en su desarrollo, en el funcionamiento familiar o en su rendimiento escolar. En ese momento, Quintero recomienda consultar con un especialista, porque "esperar nunca es una buena solución".
No hacer nada no es la mejor solución"
Jefe de servicio de psiquiatría y salud mental del Hospital Universitario Infanta Leonor
El psiquiatra subraya que el foco no debe estar en esperar a que la etapa "se pase", sino en "cómo se pasa". La clave es acompañarles para que el desarrollo sea lo más "armónico posible". Quintero también apunta que, aunque con tiempos de maduración distintos, siendo las chicas algo más precoces, la desregulación emocional afecta a ambos sexos. "No hacer nada no es la mejor solución", insiste.

Dos jóvenes adolescentes españolas estudiando juntas
El problema no es que se pasa, sino cómo se pasa"
Jefe de servicio de psiquiatría y salud mental del Hospital Universitario Infanta Leonor
Para guiar a los hijos, el experto aconseja ayudarles a "parar y pensar" y establecer límites claros. En la infancia, esto implica empezar por el "blanco y el negro" en lugar de los "grises". "Un error habitual es un padre, a un niño de 2 años, explicándole por qué no puede tocar el enchufe. No, no puede tocar el enchufe. Más adelante le explicas por qué". Este tipo de guía parental es fundamental en todos los ámbitos, incluyendo el digital, donde prácticas como el 'sharenting' pueden perjudicar a los hijos si no se manejan con cuidado.
Finalmente, Quintero destaca las ventajas del cerebro adolescente. Su misma intensidad emocional, si se canaliza en positivo, da lugar a una capacidad de aprendizaje sin igual. "Si somos capaces de motivar a un adolescente en aprender, es una máquina increíble", asegura. Y concluye con una afirmación contundente: "Nuestro cerebro nunca va a funcionar tan bien como en esa etapa entre los 12, 13 años y los veintitantos".
Este contenido ha sido creado por el equipo editorial con la asistencia de herramientas de IA.