Margarita, vecina de La Palma, cuatro años después del volcán: "Hay okupas en los barracones, ahora hay Policía, antes no"
Cuatro años después de la erupción del volcán de Cumbre Vieja, los vecinos de La Palma luchan contra la burocracia, las promesas incumplidas y una nueva amenaza: la ocupación de las viviendas provisionales

Ángel Expósito entrevista a Margarita, una vecina de La Palma afectada por el volcán
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El equipo de 'La Linterna' con Ángel Expósito ha regresado al lugar donde, hace cuatro años, una colada negra lo devoró todo. Han pasado exactamente 4 años de aquel volcán Cumbre Vieja que hoy es el volcán Tajogaite, en la isla de la Palma, y la promesa de volver se ha cumplido una vez más. A pesar de que dos carreteras han reconectado la parte oeste de la isla, la sensación es agridulce, porque aunque la lava se ha enfriado, el drama humano sigue candente. En este regreso, como ha contado Ángel Expósito en 'La Linterna', el foco se pone en la gente y en su lucha diaria por la reconstrucción.
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Contenedores como viviendas y colegios
En un poblado de barracones en Los Llanos, muy parecidos a los de las bases militares, cientos de familias siguen viviendo. Una de ellas es Margarita, que muy amablemente ha abierto las puertas de su casa provisional a COPE. Lleva tres años aquí, después de pasar el primero en un hotel, esperando una solución que no llega. "Esperas siempre algo mejor y siempre esperas que el horizonte te ofrezca algo al día siguiente, pero no fue así", confiesa con una sinceridad que desarma, recordando las promesas que se alargaron durante años.
La frustración de Margarita ha alcanzado su punto álgido al intentar reconstruir su casa. A pesar de que la lava no sepultó una parte de su finca, se ha topado con un muro burocrático. Le han dicho que su terreno es "zona roja" por supuestos tubos volcánicos que, curiosamente, no afectan a sus vecinos. Tras ofrecerle una "cantidad mínima" por su finca y prometerle plazos de hasta dos años para un permiso de obra, Margarita se siente engañada: "Es que estamos tan quemados que se creen que somos idiotas, que nos creemos todo eso".
Por si la lucha contra la administración fuera poco, un nuevo problema ha surgido en los poblados de contenedores. Margarita ha notado la presencia de guardias de seguridad y, al preguntar, ha descubierto la alarmante razón. "¿Por qué ahora sí hay policía y hasta ahora no? Porque es que ahora, como están arrancando ya varios contenedores, ahora hay más ocupas", le ha explicado un agente. Este nuevo temor se suma a la larga lista de padecimientos de los afectados, que ahora también temen por la seguridad de las pocas pertenencias que les quedan.

Los barracones en los que viven muchos vecinos de La Palma afectados por la erupción del volcán
La vida después de perderlo todo
El de Margarita no es un caso aislado. Fernando y su madre tuvieron que huir con lo puesto, perdiendo la casa de sus antepasados. A día de hoy, Fernando sigue necesitando ayuda profesional: "Todavía sigo en tratamiento psiquiátrico, es un golpe muy duro". Aunque ha podido construirse una pequeña casa de madera, el dolor persiste, especialmente por las pérdidas intangibles, como le ha explicado a su psiquiatra. Al hablar de lo que más echa en falta, él lo tiene claro: "las cosas que no se pueden comprar con dinero", como una foto de sus primeros zapatos. La situación de muchas familias evidencia el dato invisible de la erupción de La Palma que sigue afectando a la población.➡️️
Fernando también ha destacado una lección aprendida a la fuerza: la eficacia de la solidaridad ciudadana frente a la lentitud institucional. Mientras una transferencia de 200 millones de euros por parte de las administraciones sigue pendiente, él recomienda canalizar las ayudas a través de organizaciones no gubernamentales. "Los donativos se hagan a través de las ONG, porque son muchísimo más ágiles. Cáritas, la Cruz Roja, enseguida se vuelcan". Como le ha ocurrido a otros afectados, como Dani Martín, que también lo perdió todo en el volcán, el apoyo de la gente ha sido un pilar fundamental.
Un volcán de corazones
Los más pequeños también han sufrido enormemente las consecuencias. Colegios como el de Los Campitos o Todoque desaparecieron bajo la lava, y el de La Laguna quedó parcialmente destruido, obligando a reubicar a los alumnos. Bea, madre de dos niños, ha relatado en 'La Linterna' cómo su hijo mayor lo llevó "muy mal", ya que "su refugio era el cole, lo único que quedaba y al final arrasó con el cole también". El futuro de la isla es incierto, y por ello los expertos avisan de que habrá más erupciones en La Palma, lo que añade más presión sobre la reconstrucción.
En medio del trauma, ha surgido una de las lecciones más conmovedoras, protagonizada por Dylan, el hijo de Bea. Un psicólogo le pidió que hiciera un dibujo y el niño, que entonces tenía 9 años, sorprendió a todos dibujando un volcán que, en lugar de lava, escupía corazones. Él mismo lo ha explicado: "Ese dibujo transmitía lo mal que le había pasado a la gente unido al amor que nos habían dado los del colegio y toda la gente que me apoyaba". Ahora, la petición de su madre, Bea, es clara y directa: "Necesitamos que nuestro colegio azul vuelva a su sitio, porque la laguna necesita que se vuelva a formar".

Las obras de la segunda fase de la reconstrucción del cementerio de Nuestra Señora de Los Ángeles, en el barrio de Las Manchas, en La Palma
Mónica Viña, la directora del colegio de La Laguna, ha confirmado la dureza del día a día, impartiendo clases en un centro sociocultural adaptado que "no es una escuela". A pesar de las dificultades, ha destacado la fortaleza de la comunidad educativa. Mónica ha pedido que las ayudas psicológicas no decaigan, ya que "la herida está ahí, porque siguen sin construirse casas, siguen sin construirse colegios". Y ha dejado una advertencia importante: "vivimos en una isla volcánica, que no se ha hecho ni un solo simulacro sobre qué hacer si vuelve a aparecer un volcán".
No nos olvidéis
El clamor de los palmeros es unánime: "No nos olvidéis". Una petición que resuena con fuerza cuatro años después y que contrasta, como ha recordado el colaborador de 'La Linterna', Luis del Val, con la gestión política de la catástrofe. Del Val ha criticado duramente la ayuda de 260 euros por familia decretada por el Gobierno de Pedro Sánchez, una cifra que ha calificado de irrisoria. Mientras, los vecinos de la isla bonita siguen luchando por recuperar sus vidas, demostrando que, aunque Canarias es España, a veces parecen olvidados.