Stavros Meletlidis, experto en el volcán de La Palma, avisa sobre el futuro: "Habrá más erupciones"
Cuatro años después de la erupción del Cumbre Vieja, el vulcanólogo analiza en el programa La Linterna con Ángel Expósito las lecciones aprendidas y la “suerte” que se tuvo dentro de la tragedia

Ángel Expósito conoce todo lo que se sabe sobre la erupción del volcán de La Palma con el vulcanólogo del Instituto Geográfico Nacional Stavros Meletlidis
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Cuatro años después de que la tierra se abriera en La Palma, la ciencia continúa analizando los datos para entender qué ocurrió y, sobre todo, qué hemos aprendido. En el programa especial de La Linterna con Ángel Expósito en Canarias, el vulcanólogo del Instituto Geográfico Nacional (IGN), Stavros Meletlidis, ha compartido su experiencia y conocimiento sobre la erupción del Cumbre Vieja. Según el experto, este evento ha supuesto un aprendizaje global para científicos, gestores de emergencias y para el propio pueblo palmero, ofreciendo un impulso para conocer mejor la actividad volcánica en Canarias y para “corregir ciertos protocolos y estar mejor preparados para la siguiente erupción”.
La afirmación de Meletlidis es contundente: habrá una próxima erupción, es solo cuestión de tiempo. “Esto es un fenómeno geológico, y el fenómeno geológico está en otra escala de tiempo; donde ha habido erupciones, las habrá en los próximos miles, cientos de miles de años”, ha explicado. La gran incógnita no es si ocurrirá, sino cuándo y dónde. Aunque no se puede predecir con exactitud, los científicos sí saben qué tipo de vulcanismo esperar, ya que “el magmatismo de las islas no cambia de la noche a la mañana”.

Ángel Expósito, en La Palma
Predecir el momento exacto
Ante la pregunta de si se pudo prever la catástrofe, Meletlidis ha sido claro al respecto. “Prever no creo que es la palabra correcta, prever o predecir una erupción es algo muy complejo, hay muchos parámetros, muchos factores, las certidumbres son muy muy muy altas”, ha señalado. El experto ha diferenciado entre avisar de forma general y la demanda de datos específicos como coordenadas y la hora exacta, algo que la ciencia actual no puede proporcionar. “La sismología lleva siglos trabajando y no pueden predecir un terremoto, imagínense algo que está viniendo desde 30 km de profundidad”, ha añadido para ilustrar la magnitud del desafío.
Los estudios posteriores han revelado que el magma se movía a profundidades de 30 o 40 kilómetros años antes, pero ascendió a los 10-12 kilómetros apenas unos días previos a la erupción. Esta velocidad de escalada sorprendió a los científicos, especialmente si se compara con la erupción submarina de El Hierro, que tardó tres meses en surgir. La rápida evolución del magma en La Palma, debida a la estructura interna de la isla, incrementó todavía más la incertidumbre.
"Suerte" dentro de la catástrofe
A pesar del inmenso drama humano y material, Meletlidis ha reconocido que, dentro de la tragedia, hubo un factor de suerte. “Hubo suerte, 1 km más al norte, ahora mismo quizás, hablaríamos de multiplicar por cinco las casas perdidas y de evacuar a miles de personas más”, ha afirmado. La colada pudo haber arrasado núcleos de población como Los Llanos o Tazacorte. Además, no se produjeron otros fenómenos posibles, como el colapso del edificio volcánico o la aparición de un segundo cráter en otra zona de la isla, lo que podría haber afectado al aeropuerto.

El volcán Tajogaite de La Palma
A pesar del inmenso drama humano y material, Meletlidis ha reconocido que, dentro de la tragedia, hubo un factor de suerte. “Hubo suerte, 1 km más al norte, ahora mismo quizás, hablaríamos de multiplicar por cinco las casas perdidas y de evacuar a miles de personas más”, ha afirmado. La colada pudo haber arrasado núcleos de población como Los Llanos o Tazacorte. Además, no se produjeron otros fenómenos posibles, como el colapso del edificio volcánico o la aparición de un segundo cráter en otra zona de la isla, lo que podría haber afectado al aeropuerto.
El lado humano de la ciencia
Sobre los recientes enjambres sísmicos en otras islas como Tenerife, Meletlidis ha hecho un llamamiento a la calma, explicando que solo nos recuerdan dónde vivimos. “Lo único que hacen esos enjambres es es tocar la campana, recordarnos dónde vivimos”, ha comentado, insistiendo en que las instituciones científicas como el IGN siguen vigilando. Finalmente, desde un punto de vista personal, ha confesado lo difícil que fue vivir la erupción como científico consciente de la catástrofe humana. “Llega un momento que ves que los datos que das no son suficientes para bajar ese grado de catástrofe. Te queda dar el alma, pero llegas a un momento que tienes un tope, no puedes dar más, entonces lo vives mal”, ha concluido.