El motivo por el que el 80% de los ahogados en España son hombres, según un socorrista: "Pasa en todo el mundo, en Australia, en Estados Unidos, en Tailandia o aquí"
Roberto Barcala Furelos, coordinador de SEMES Socorrismo, analiza en La Linterna por qué los niños son perfil de riesgo en piscinas privadas

Madrid - Publicado el
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En España, los ahogamientos en espacios acuáticos siguen siendo una lacra que se cobra cientos de vidas cada año, con un patrón recurrente: el 80% de las víctimas son hombres. Esta desproporción no es casual ni exclusiva de nuestro país, sino un fenómeno global que se repite en Australia, Estados Unidos, Tailandia y otras naciones con entornos acuáticos diversos. Así lo explicó Roberto Barcala Furelos, coordinador de SEMES Socorrismo y catedrático de la Universidad de Vigo, en una entrevista en La Linterna de la Cadena COPE, donde analizó las causas detrás de esta estadística y los perfiles de riesgo más vulnerables.
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El peligro silencioso de los ahogamientos
Hombres, imprudencia y una cultura del riesgo
Barcala Furelos no duda al señalar el factor clave: "Nosotros [los hombres] somos más irresponsables, menos conscientes del peligro y más atrevidos". Esta tendencia, según el experto, trasciende fronteras y contextos culturales. "No sé si es algo genético o aprendido, pero la realidad es que, por cada 10 ahogamientos, ocho corresponden a varones". La combinación de una menor percepción del riesgo y comportamientos temerarios, como ignorar banderas rojas o adentrarse en zonas peligrosas, explica gran parte de estas muertes, especialmente en playas y ríos, los escenarios más frecuentes.
El socorrista ejemplificó esta actitud con casos recurrentes: "La gente dice: 'Tengo 15 días de vacaciones, ¿cómo no me voy a bañar?'. Pero si la bandera roja está ahí, es para que vuelvas al día siguiente". Una imprudencia que, en ocasiones, se agrava con el consumo de alcohol o drogas antes del baño, un detalle que Corral mencionó al inicio de la entrevista.
Tres perfiles de riesgo: niños, jóvenes y mayores
Más allá del género, Barcala Furelos desgranó tres grupos especialmente vulnerables. El primero, los niños pequeños, cuyos ahogamientos suceden "en piscinas privadas, incluso en esas que parecen inofensivas y tienen poca agua". Aquí, la falta de supervisión activa es determinante: "El ahogamiento es silencioso. Un niño puede morir en los 90 segundos que tardas en calentar la comida en el microondas". Un dato alarmante, dado que el 90% de estos casos podrían evitarse con vigilancia constante.

Surfistas entre las playas del Orzán y Matadero de A Coruña
El segundo perfil lo conforman jóvenes que subestiman los peligros en entornos naturales. "Las corrientes de retorno (ese flujo que te arrastra mar adentro) o las colchonetas arrastradas por el viento son trampas mortales", advirtió. Muchos de estos incidentes, insistió, se deben a "desconocimiento o imprudencia", como adentrarse en aguas peligrosas sin habilidades natatorias suficientes. Un problema acentuado por la falta de educación acuática en España, donde, pese a tener 8.000 km de costa, "no hay una cultura de prevención".
El tercer grupo son las personas mayores, cuya vulnerabilidad se agraza por el deterioro físico y cognitivo. "Si te mareas en tierra, te sientas; pero si ocurre en el agua, te ahogas", resumió Barcala Furelos, recomendando que este colectivo nade siempre acompañado y en zonas vigiladas.
Falta de datos y prevención tardía
Durante la entrevista, el experto criticó la ausencia de un registro centralizado de ahogamientos en España. "Los datos actuales provienen de recortes de prensa, lo que invisibiliza casos que no son noticia". Además, alertó de que las cifras oficiales (que rondan los 300 fallecidos anuales) solo reflejan muertes, omitiendo secuelas graves o incidentes no mortales, cuyo impacto real "podría multiplicarse por cinco".

Una piscina llena de bañistas
También cuestionó la reactividad de las campañas de prevención: "No podemos empezar a actuar cuando ya hay 300 ahogados. La prevención debe ser anual, como la seguridad vial". Una comparación pertinente: "En los 80, nadie usaba casco en la moto. Hoy es impensable. Con el agua debemos lograr lo mismo". Para ello, reclamó más educación en escuelas, mayor dotación de socorristas y normativas homogéneas entre comunidades autónomas.
Conclusión: un problema evitable
Más sobre el verano
El mensaje de Barcala Furelos es claro: los ahogamientos no son fatalidades inevitables, sino consecuencias de fallos sistémicos y conductas imprudentes. "La solución no está en no bañarse, sino en hacerlo con prudencia, en playas vigiladas y sabiendo nadar", insistió. Un llamamiento que, en plena temporada estival, cobra urgencia ante unas cifras que, como recordó el experto, "se repiten cada verano con variaciones mínimas".
Mientras España siga sin abordar este problema con la misma seriedad que otros riesgos cotidianos, la estadística seguirá teniendo un rostro mayoritariamente masculino, y evitable. Como cerró el especialista: "En Australia, EE.UU. o aquí, la ecuación es la misma: donde hay agua y exceso de confianza, hay tragedias esperando a ocurrir".