"Ni la flotilla lleva ayuda humanitaria, ni el barco del ejército va a defender a nadie, porque Sánchez ya dijo que no piensa confrontar con Israel"

El director de 'Herrera en COPE' analiza la actualidad que marca la jornada de este viernes

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Señoras, señores, me alegro. Buenos días. ¿Cómo están? 26 de septiembre. Es 26 viernes y son las 8 de la mañana, son las 7 en Canarias y cierta estabilidad en España. Temperaturas un poquito al alza, aquello del membrillo, San Miguel, etcétera, etcétera.

Hacía una reflexión muy interesante Jorge Bustos a las 6 de la mañana acerca de uno de los personajes que hoy es información, le diría que no solo en su país, en toda Europa y en muchos más lugares. Y es Nicolás Sarkozy, porque ayer la justicia francesa ordenó el ingreso en prisión del que fue presidente de ese país por un caso de corrupción por haber recibido financiación Libia para su campaña electoral del 2007.

Hay rápidamente quien ve en estas cosas un aviso antes para lo que pasa en España. Pudiera ser, pero bueno, no deja de ser una hipótesis. Lo más llamativo de la noticia es que en Francia todo un expresidente puede entrar en la cárcel y nadie habla de la lawfare, bueno, como ustedes lo digan, ni arremete contra la justicia independiente. Sarkozy es el primer presidente de la Quinta República que entra a la cárcel.

Aunque, por cierto, los políticos franceses que tengan problemas con la justicia. Fíjense, Marine Le Pen, la líder de la extrema derecha está inhabilitada. También la actual presidenta del Banco Central Europeo, Christine Lagarde tuvo problemas con la justicia. Políticos franceses, además de derecha o de izquierda, han tenido que hacer frente a los tribunales.

Aquí llevamos años de acoso a los jueces. Primero por parte de la extrema izquierda que siempre que la aplicación de la ley democrática es fascismo y luego vinieron los golpistas catalanes, que ahí hay de todo, extrema derecha, extrema izquierda, extrema tonta, todo, que también la emprendieron contra la justicia porque tuvo el mal gusto de condenar un golpe de Estado.

Y ahora tenemos al gobierno en pleno liderando esa campaña de acoso al poder judicial. Y esta campaña tiene una razón y tiene un nombre fundamental que es Begoña Gómez. Ni Ábalos, ni Cerdán, ni nada. El elemento que ha desatado esa guerra feroz entre el gobierno y el poder judicial es la imputación de la esposa de Sánchez. Hoy cuenta ABC que el gobierno ha estado presionando al Consejo del Poder Judicial para que emprenda medidas sancionadoras contra el juez Peinado por las investigaciones de la esposa del presidente. Yo le recuerdo un tuit que puso esta misma semana el ministro Óscar Puente después del último auto del juez Peinado. Si esto está ocurriendo es porque el Consejo del Poder Judicial lo permite. O sea, ya no solo se ataca al juez, es que se ataca a todo el poder judicial por no pararle los pies.

Sánchez está de los nervios, ha puesto al gobierno de los nervios, quiere ponernos a todos de los nervios, pero lo de Francia nos demuestra que no pasa nada porque se cumpla el principio fundamental de la democracia, que es que todos somos iguales ante la ley. Y viendo lo de Francia, que alguno ponga la barba a remojar por si acaso.

Y para acallar, antes se lo decíamos también a las 7, para callar sus escándalos, los que rodean al gobierno y la familia, Pedro Sánchez ha ido a Nueva York como campeón de la resistencia ante Trump y Netanyahu. Y para que la campaña no decaiga, ha enviado el barco militar, un barco militar que se llama Furor. ¿Se acuerdan de la sintonía de ese programa de Antena 3? Se llamaba Furor. Imagínense en el babor de las embarcaciones de la flotilla, Ada Colau y Greta y la otra y todas cantando así.

Todo es tan ridículo porque ese barco tiene como misión proteger a la flotilla de cuentistas que dicen llevar ayuda humanitaria a Gaza. En realidad solo están protagonizando una campaña de propaganda pueril contra Israel. Ni la flotilla lleva ayuda humanitaria, ni el barco del ejército va a defender a nadie, porque Sánchez ya dijo que no piensa confrontar con Israel y para colmo el armamento de ese buque de la armada es de origen israelí. O sea, que vamos a proteger con cañones israelíes a una panda de activistas que en el fondo lo que les gustaría es que no existiera Estado de Israel. Esa es la realidad.

Pero hay que reconocer que a Sánchez la campaña no le ha salido mal porque ha conseguido reducir el impacto de sus problemas de corrupción. Todo es para nada porque el mismo corcho que se hunde vuelve a salir la semana que viene. Ha fijado, eso sí, se ha fijado como líder de la extrema izquierda y luego, además, logra sembrar el caos en las filas del PP.

Porque en estas últimas horas los barones, algunos barones del Partido Popular se han enfangado en un guirigay sobre la postura en torno a la crisis de Gaza. El último, Juanma Moreno, después de Alfonso Rueda. Es un espectáculo insólito. Unos dicen genocidio como les exige Pedro Sánchez y otros no. Unos son muy críticos con Israel, otros le hacen homenajes.

Fíjense ustedes el barullo Alberto Núñez Feijóo en el Congreso de los Diputados fijó claramente la posición del partido, que además es la del Rey en el discurso en la ONU. Y parece que lo normal de un partido nacional es que la posición de la política internacional la fije el presidente. Además, si luego no quiere salir Juanma Moreno en la portada de los periódicos diciendo, "Sí, es un genocidio, quiere que diga genocidio, yo digo genocidio". No lo digas porque el resumen va a quedar exactamente en eso, aunque no hayas querido decir eso, que parece que es que no aprenden. Parece que no aprenden.

Bueno, esperemos que no ocurra lo mismo con la inmigración, porque ayer Feijóo presentó las líneas generales de la propuesta de la materia. Los del PP abogan por un endurecimiento general tanto en el control en las fronteras como la gestión de ayudas públicas. Reiteró el compromiso de expulsar aquellos inmigrantes que cometan delitos y abogó por dar preferencia a la inmigración de origen hispano. Es decir, un país tiene derecho a controlar sus fronteras, a decidir cuánta gente puede venir. 

Es decir, viene a decir Núñez Feijóo en esta postura, tenemos derecho a elegir quién entra, cómo entra, para qué entra, porque este es un tema delicado, muy muy delicado, muy polémico el de la inmigración, pero sobre todo no hay que ser un lince para saber qué va a marcar los próximos años y de qué manera va a ser realmente una de las preocupaciones y asuntos de debate de la sociedad española y creo que no solo de la española, también de la europea en el tiempo que hay por delante.

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