Expósito recorre en la RAE la exposición que devuelve a los Machado al lugar que merece en la historia de la literatura
El director de La Linterna descubre junto al exvicepresidente del Gobierno, Alfonso Guerra, un homenaje a los hermanos en el que se recuerda la relación familiar y el impacto de la Guerra Civil

Expósito, junto a Alfonso Guerra en la exposición de Machado
Madrid - Publicado el - Actualizado
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La Real Academia Española (RAE) ha celebrado un emotivo acto para reparar una deuda histórica con Antonio Machado, uno de los poetas más importantes de la literatura española, en el 150 aniversario de su nacimiento. Aunque fue elegido académico en 1927, el autor de Campos de Castilla nunca pudo leer su discurso de ingreso debido a las circunstancias políticas y la Guerra Civil. Casi un siglo después, la RAE ha corregido esta ausencia con un homenaje simbólico en el que el actor José Sacristán dio voz al discurso original del poeta, mientras que el académico Juan Mayorga encarnó a Azorín, quien habría sido su interlocutor. Un acto que culminó con un recital de Joan Manuel Serrat, que musicalizó versos de Machado.
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Los hermanos Machado y la Guerra Civil
La ceremonia forma parte de una iniciativa más amplia: la exposición Los Machado. Retrato de familia, comisariada por Alfonso Guerra, exvicepresidente del gobierno y académico de la Real Academia Sevillana de Buenas Letras. La muestra, la primera que reúne el legado intelectual y personal de la familia Machado, incluye manuscritos, cartas, fotografías y objetos personales de Antonio y Manuel Machado, así como de sus padres y abuelos, destacando su influencia en la formación de ambos poetas.
Una deuda histórica con Antonio Machado
Ángel Expósito, director de La Linterna, ha recordado que la Guerra Civil truncó el ingreso de Antonio Machado en la RAE. "Jamás se sentó en la Silla V mayúscula, que era la que le correspondía", señaló. En contraste, su hermano Manuel sí logró ser académico en 1938, aunque su trayectoria quedó ensombrecida por la fama de Antonio. "Se lo debíamos a ese apellido, a los Machado", afirmó Guerra, quien destacó que la exposición busca integrar a ambos hermanos en la memoria colectiva.
Uno de los momentos más emotivos fue la lectura del discurso que Antonio Machado escribió en 1931 pero nunca llegó a pronunciar. En él, el poeta se declaraba "poco sensible a los primores de la forma" y confesaba su falta de dominio del latín, un gesto de humildad que contrasta con la profundidad de su obra. "No soy humanista, ni filólogo, ni erudito", rezaba el texto, recuperado ahora para la posteridad.

Expósito, junto a Alfonso Guerra en la exposición de Machado
La familia Machado: un crisol de talento
La exposición revela cómo el entorno familiar moldeó a los hermanos Machado. Su abuelo, Antonio Machado Núñez, fue un médico naturalista y rector de la Universidad de Sevilla que trasladó a toda la familia a Madrid para que sus nietos estudiaran en la Institución Libre de Enseñanza. La abuela, Cipriana Álvarez Durán, era pintora y recolectora de romances populares, mientras que su padre, Antonio Machado Álvarez, fue un pionero en los estudios folclóricos. "Era una familia extraordinaria", explicó Guerra. "Que en una misma familia surjan dos grandes poetas es algo excepcional".
Antonio Machado heredó de su abuelo el amor por la naturaleza, que plasmó en Campos de Castilla, obra cumbre publicada en 1912, el mismo año en que murió su esposa Leonor. Aunque se le ha asociado con Castilla, Guerra desmintió el mito de que olvidara sus raíces andaluzas: "Su plan era volver a Sevilla, pero el amor por Leonor lo retuvo en Soria".
Manuel Machado: el hermano eclipsado
Manuel Machado, autor de versos llenos de gracia y musicalidad, ha quedado a menudo a la sombra de su hermano. Sin embargo, la exposición reivindica su figura, mostrando su faceta como dramaturgo —escribió obras teatrales con Antonio— y su compromiso republicano. Una prueba de ello es el himno de la República, cuya letra escribió Manuel con música de Óscar Esplá, aunque finalmente no fue adoptado oficialmente.

Expósito, junto a Alfonso Guerra en la exposición de Machado
Guerra desmontó también la idea de que los hermanos estuvieran enfrentados políticamente durante la Guerra Civil. "Fue una falacia", aseguró. Manuel quedó atrapado en Burgos, zona franquista, por un viaje familiar, mientras Antonio se exilió en Francia. "La misma persona [Manuel] fue perseguida por los franquistas y por los republicanos. No hay mejor ejemplo del absurdo de la guerra", destacó Expósito, mostrando documentos de la época.
La máquina de trovar: un hallazgo sorprendente
Uno de los elementos más curiosos de la exposición es la "máquina de trovar", un invento ficticio creado por Antonio Machado en sus escritos filosóficos. Según el poeta, este "Aristón poético" era capaz de componer versos automáticamente. La RAE ha materializado la idea con un dispositivo interactivo que genera sonetos a partir de tres palabras. Durante la visita, Expósito probó la máquina con "amor, calle, luz", obteniendo un poema que se llevó como recuerdo.
Un llamamiento a la reconciliación
La exposición no solo celebra el legado literario de los Machado, sino que también sirve como reflexión sobre los estragos de la Guerra Civil. "Antonio y Manuel son una metáfora del horror de la guerra", afirmó Expósito. "Dos hermanos que se querían, separados por el absurdo de un conflicto fratricida".

Expósito, junto a Alfonso Guerra en la exposición de Machado
Alfonso Guerra hizo un llamamiento a que la muestra sea visitada no solo por académicos, sino por el público general. "Me interesa más que la gente sencilla venga y se emocione", dijo. "Van a terminar la exposición con lágrimas".
La exposición Los Machado. Retrato de familia permanecerá abierta al público en la sede de la RAE en Madrid, ofreciendo un recorrido íntimo por la vida y obra de dos de los poetas más importantes del siglo XX. Un homenaje que, como señaló Expósito, llega "para reparar una injusticia histórica y recordar que, en palabras de Antonio Machado, 'ni está el mañana ni el ayer escrito'".