Goyo Jiménez, colaborador de 'Herrera en COPE', nos ha traído una nueva receta muy sencilla de elaborar y con la que sorprenderás a tus comensales. ¡Es todo un clásico! Lo especial, en este caso, es un determinado ingrediente que se emplea y que potencia todo su sabor. Pero antes que nada, te desglosamos aquí la receta al completo. Necesitas:

-Muslo y contramuslo de pollo

-Tomate

-Tomillo

-Un limón

-Una cucharada de aceite de oliva

-Una pastilla de caldo de pollo

-Un diente de ajo picado

-Una cebolla

Antes que nada, preparamos una salsa con el zumo de un limón, una cucharada colmada de aceite de oliva, un diente de ajo picado, tomillo (esta hierba aromática es la que te hemos adelantado que le dará todo el sabor a esta receta) y una pastilla de caldo de pollo.

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Precalentamos el horno a 180 grados, arriba y abajo. Embadurnamos cada uno de nuestros cuartos de pollo con esta salsa (que te saldrá deliciosa) y, debajo, los tomates, cebolla en juliana y los ajetes. Iremos mojando con la salsa cada 15 minutos y, a mitad del proceso, unos 45 minutos, tendremos el pollo ya asado con los tomates también asados y llenos de sabor. Ahora solamente queda la mejor parte. ¡Disfrutar! Aquí tienes el audio del paso a paso que nos trae Goyo Jiménez.

Cabe recordar que la carne de pollo es un básico en cualquier hogar español que se precie, pues esta carne, es rica en proteínas y es una fuente importante, cargada de vitaminas y minerales. Es un productor importante de las beneficiosas grasas monoinsaturadas, que ayudan a la salud cardiovascular.

¿Tiene riesgos para la salud comerse la carne del pollo?

Es una pregunta que puede surgir y que, en un momento dado, respondió una experta de nacionalidad argentina.

"La piel del pollo tiene un 32% de grasas, es decir, que cada 100 gr de piel que consumimos, 32 gr son aporte graso", lo dice María Dolores Fernández Pazos, nutricionista del Centro de Información Nutricional de la Carne de Pollo (CINCAP) en Argentina.

La piel de pollo, dos tercios, son grasas insaturadas, esas llamadas "grasas buenas" que ayudan a mejorar los niveles de colesterol en la sangre. La tercera parte, la faltante, son las saturadas, perteneciente a las "grasas dañinas", que suponen un aumento en los niveles de colesterol "malo".

Según la experta, en una de sus últimas declaraciones en medios de comunicación, "si consumimos el pollo con piel, estaremos aumentando el aporte calórico de cada porción en un 50%, aproximadamente".

También recuerda que si comemos una pechuga, con un peso de 196 gr sin piel, estamos consumiendo 284 calorías, siendo un 80% calorías provenientes de proteína y un 20% de grasa. Esos números se incrementan drásticamente si incluimos la piel, sumará más de 100 calorías, pasando a 386. Siendo un 50% provenientes de proteínas y un 50% de grasas.

Por último, y según nutricionistas especializados, no es bueno, el volver a congelar la carne de pollo que ya ha sido descongelada.

"El objetivo de la congelación de alimentos es detener la reproducción de microorganismos en los alimentos. Por lo tanto, al descongelar el alimento, esos microorganismos podrían comenzar a reproducirse nuevamente".