Intenta enseñar a su madre a no abrir la puerta a desconocidos y la respuesta de ella le pilla fuera de juego: "Voy a llamar a la policía"

Seguro que alguno de ustedes ha tratado de convencer a su madre de que sea menos confiada con los desconocidos. Que no abra la puerta, que use la mirilla, que no de pistas de si está sola o no. Con los padres funciona igual, porque es algo generacional. 

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Yo me he llegado a encontrar al señor de la compañía del gas sentado en la salita de estar de mi madre, y mi madre le había sacado unos berberechos y un botellín. Ahora qué.

el intento de damián por hacer más desconfiada a su madre

Damián estaba el otro día tratando de convencer a la suya. La sentó en una silla, y él delante, le explicaba las distintas situaciones con las que podía encontrarse

La primera prueba no salió bien. Le va a abrir la puerta al que diga que es su hijo.  La segunda tampoco. Ni la tercera.

Si se dan cuenta, es el mundo al revés. Debemos acostumbrar a personas confiadas a no serlo. A no fiarse nunca. A que sus puertas no se abran, a sospechar de todo y de todos. Y pretendemos hacerlo con gente que solo quiere decir la verdad.

Es una pena, pero perseveren. Que es que, encima, acaban sacando berberechos...

El momento épico que se vivió en el último concierto de Sebastián Yatra en Madrid con un chico Down  

Hay otro gran momento que contaba Navarro en su 'Historia del Día'.

La gente se define por cómo trata a los camareros. Eso lo sabe todo el mundo, ahí demuestras si eso de la educación se te quedó o te pasó sin mojarte. 

Pero sobre todo, la gente se define por cómo trata a ese material sensible, a esos otros seres humanos que han venido, también, para medirnos. Han venido para darnos tantísimas cosas, que si no estamos a la altura, se nos nota en las costuras. Y la otra noche, en Madrid, Sebastián Yatra demostró que lo tiene todo bien cosido. 

Augusto Alonso Giola es un chico down. Todas las cosas hermosas, la naturalidad, la verdad, la ilusión, viven en Alonso con una fuerza descomunal. 

Y la otra noche se plantó en un pabellón a reventar sin pestañear. 

Esta historia de hoy no va de Alonso, va de toda esa gente que sabe tratar a la gente como Alonso. Igual no hay que hacer ningún curso. Se trata de ocupar los mismos espacios de Alonso.