

"El plan es insistir en el falso relato de la inocencia del fiscal y así van preparando el terreno para el recurso de amparo al Tribunal Constitucional del tío Cándido"
Jorge Bustos analiza la respuesta del presidente del Gobierno a la condena al fiscal general del Estado por revelación de datos reservados
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Ayer Pedro Sánchez estuvo en Sudáfrica, en la cumbre del G20. El G20 es la reunión de los 20 países industrializados o emergentes más influyentes del mundo. España no está en el G20, pero es invitado permanente, que es como no estar en la lista VIP para acceder al reservado de la discoteca, pero te cuela un amigo siempre. Y sobre el papel, este foro es una buena idea. Pero, como otras buenas ideas se está volviendo anacrónica en nuestro mundo, Es un invento propio el G20 de aquellos tiempos en los que se creía en el multilateralismo. Pero en estos tiempos en los que la geopolítica global se la guisan y se la comen Trump, Putin y Xi Jin Ping, básicamente, pues esto del G20 inspira más ternura que otra cosa. Estados Unidos ni siquiera envió una delegación. Trump está demasiado ocupado ahora tratando de imponer un plan de paz a Zelenski, pactado con Putin, como para ir a hacerse fotos a Johannesburgo.
La respuesta de Sánchez a la condena al FGE
Ahora, Pedro Sánchez, en cambio, tiene todo el tiempo del mundo. Ha perdido la mayoría, o sea, no tiene que legislar. Su gobierno y su familia son carne diaria de noticias a los tribunales, o sea, que mejor poner tierra de por medio y le encantan las fotos, así que le faltó tiempo para escaparse un rato a Sudáfrica este finde a seguir jugando al líder mundial. Ahora, una vez allí, también aprovechó para enviar este mensaje a su soldado caído, Álvaro García Ortiz:
“En una sociedad democrática como la que vive España, desde luego, podemos manifestar nuestra discrepancia sobre la orientación de esta sentencia y yo la manifiesto y la manifiesto porque creo en la inocencia del fiscal general del Estado”.
Esto no funciona así, Pedro. En una sociedad democrática, el presidente del gobierno podrá tener su opinión particular como hombre acerca de cualquier sentencia o acerca del 11 ideal de Luis de la Fuente. Pero como jefe del ejecutivo debería estar calladito. ¿Qué es eso de que si creyendo en la inocencia del fiscal? Esto no es un asunto de fe, y ya conocemos el fallo del Tribunal Supremo. No hay nada que creer. La verdad judicial no se filtra, que diría el otro, se acata. Y si eres un presidente del gobierno, con un mínimo de decoro institucional acatas y, además, te callas.
Sobre todo cuando tú eres el primer causante de la ruina de García Ortiz, aparte de él mismo, claro, porque es bastante evidente que el fiscal general seguía órdenes de Moncloa cuando decidió ir con todo a por Ayuso cometiendo un delito por el camino. Y esa obediencia de García Ortiz a Pedro es la que ha liquidado su carrera. Y como Pedro lo sabe, hombre, no digo que tenga mala conciencia porque de eso no gasta, pero le ha querido prometer que le va a recompensar por los servicios prestados por el sacrificio hecho. ¿Cómo? Pues limpiándole el expediente en ese túnel de lavado para delincuentes socialistas que preside Cándido con de Pumpido.
¿Está clara la estrategia? Envías a tus hoolingans antiayusistas a rodear el supremo antes del Bermud por Chamberí. Por cierto, la manifestación de gente bastante talludita, ¿eh? Y bastante escasita. O sea, que si con eso pretenden amedrentar a los jueces del Supremo, pero bueno, envían a los hooligans. Después insisten en el falso relato de la inocencia del fiscal y así van preparando el terreno para el recurso de amparo al Tribunal Constitucional del tío Cándido. Este es el plan. Y entre tanto, ¿qué? Pues espérate al nombramiento del sucesor de García Ortiz. Porque igual nombran a uno o a una que termina haciendo bueno al filtrador condenado.
El juicio al clan Pujol
Pero esta va a ser otra semana de alto voltaje, ya lo son todas. Eh, el jueves es la investidura de Pérez Llorca al frente de la Generalitad Valenciana. Y el jueves también se celebrará la vistilla que podría modificar las medidas cautelares de Ávalos y de Koldo. O sea, que es posible, digo que es posible que el exministro, exsecretario de organización y portavoz de la moción de censura por la regeneración democrática esté apurando sus últimos 4 días de libertad.
Pero hay un caso que se empezó a investigar hace ya 13 años y que hoy afronta al fin la apertura de juicio oral. Es el caso Pujol en una causa abierta por los delitos de organización criminal, blanqueo de capitales, delitos contra la hacienda pública y falsedad documental por la fortuna no declarada en en Andorra que tenía el clan.
Y todo arrancó por la denuncia de una ex de Victoria Álvarez, la exnovia del hijo mayor de Jordi Puyolferrus Sola. La fiscalía pide para el expresidente de la Generalidad de Cataluña 9 años de prisión por favorecer a determinados empresarios para que resultaran adjudicatarios de distintos concursos de la administración pública catalana. Así que, como ves, Santos y Goldo no inventaron nada. Eh, la fiscalía pide además 29 años para el primogénito. Y este sí tiene motivos para preocuparse porque su padre Aunque fuera declarado culpable, tiene 95 años y nadie a esa edad entra en prisión, aunque lo merezca.
Lo merece no solo por robar, eh, no solo por la corrupción sistémica del 3% que denunció Pascual Maragal en el Parlament en un rapto de sinceridad. No solo porque el partido fundado por el patriarca del clan Convergencia fue responsable directo de los casos Palau o Pretoria. Y no solo por ese lenguaje mafioso con el que La familia se refería al dinero que movían ilegalmente, aquellos misales para la madre superiora, que eran los millones. Claro.
Si Jordi Puyol merece un lugar deshonroso en los libros de historia, es sobre todo por haber instaurado en una comunidad antaño moderna y abierta un régimen nacionalista con tintes cada vez más xenófobos que acabó derivando en el procés, es decir, en el mayor atentado contra la Constitución y contra la convivencia entre españoles en este medio siglo que ahora estamos conmemorando.
Ese es el triste legado de Jordi Pujol, al que me niego a llamar el fundador de la Cataluña moderna, porque hay cientos de miles de catalanes honrados y solidarios que no merecen un fundador como ese. Y la gente se pregunta, ¿y con razón por qué el caso Puyol ha tardado tanto en llegar a los tribunales? Porque el clan, al que les se le calcula una fortuna en paraísos fiscales de más de 300 millones de euros, ha logrado dilatar tanto tiempo la apertura del juicio oral. Que sus posibles efectos políticos y sociales ya se han diluido en este tiempo. Tanto se han diluido que Salvador Il puso su granito de arena para rehabilitar al Reo reuniéndose con él en actitud sumisa, admirativa incluso. Ojo, yo no digo que deba entrar en el truo un anciano de 95 años, por corrupto que sea, pero hombre, Salvador, a menos no blanquearle de una manera tan vergonzosa.
El origen del pacto con Bildu
Y hablando de blanqueamientos, pronto empezó el idilio de Pedro Sánchez con Arnaldo Otegi. Siempre nos habíamos preguntado por el origen exacto del amor entre el PSOE de Sánchez y Bildu, que hoy es su socio más fiel, pero con el que juró varias veces Pedro que jamás pactaría. ¿Cuántas veces quiere que se lo diga? ¿Te acuerdas? “No, con Bildu no”, decía. Bueno, pues El Español ha de ha despejado la incógnita y ha revelado que fue desde el principio, pocos días antes de la moción de censura de 2018. Pedro Sánchez y su Escuderos Santos Cerdam volaron de Madrid a Bilbao donde les esperaba Koldo con un Toyota que era propiedad del PSOE. Lo pilotaba Koldo, Santos de copiloto y Pedro detrás del asiento del conductor.
Y siguiendo indicaciones de Antxon Alonso, el organizador de la reunión y socio de Cerdán en Servinabar, se dirigieron a un caserío situado a media hora del aeropuerto. Esto de reunirse en caseríos es una cosa muy de ETA. La reunión con Oteg y su gente se produjo por la tarde. Duró alrededor de 3 horas. Ojalá que Koldo tenga registro sonoro de esa reuniones. Ojalá oigamos esos audios algún día para terminar de retratar la catadura moral de ese gobierno que vino a regenerar España saliendo de un nido de proetarras.



