Marian Rojas, psiquiatra: "Si nos decimos esta frase a nosotros mismos es que nos estamos pasando de optimistas"
La especialista en la mente y las emociones advierte en Fin de Semana de que “hay que tener cuidado” con ser demasiado positivos y explica el caso de un paciente

Madrid - Publicado el
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En una sociedad cada vez más ávida de respuestas rápidas y consuelo inmediato, la psiquiatra Marian Rojas, una de las voces más influyentes y respetadas en el ámbito de la salud mental en España, ha alzado la voz para advertir sobre los peligros de una tendencia en apariencia inofensiva: la obligación de ser feliz. En una reveladora entrevista en el programa ‘Fin de Semana’, de la Cadena COPE, con la directora Cristina López Schlichting, Rojas desgranó con rigor científico y una claridad excepcional los riesgos de un optimismo mal entendido que, lejos de ayudar, puede sumirnos en una profunda desconexión con la realidad.
La doctora Rojas, autora de bestsellers como ‘¿Cómo hacer que te pasen cosas buenas?’, comenzó reconociendo los beneficios inherentes al pensamiento positivo. “El optimismo es una forma de enfocarse en la realidad”, afirmó. “Puedes ver el vaso medio lleno, medio vacío y se ha descubierto que el pensamiento positivo fluye en el organismo y en la mente, incluso su carga eléctrica es diferente al pensamiento negativo”. No obstante, matizó de inmediato que el problema surge cuando esta actitud se convierte en un mandato social, en una corriente donde “todo tiene que ser siempre positivo”.
El riesgo de ser demasiado optimistas
La popularidad de esta “positividad tóxica”, tal y como la describe, nace de una promesa seductora en tiempos de incertidumbre: “Promete alivio, control, esperanza en un mundo lleno de malestar, lleno de estrés, lleno de dolor”. Sin embargo, esta exigencia de bienestar constante actúa como una losa. “Lo malo es cuando se convierte en una obligación constante. ¿Qué te impide? Sentir, procesar o hablar de lo complejo, de lo complicado, de lo delicado”, se preguntó retóricamente la psiquiatra. La negación sistemática de emociones legítimas como la tristeza, el miedo o la frustración, lejos de eliminarlas, las intensifica y bloquea a la persona, generando “una presión de que siempre hay que sentirse bien”.

Terapia
Para ilustrar este punto, Rojas recurrió a ejemplos cotidianos y devastadoramente claros. Relató la anécdota de una cena en la que un comensal confesó sentirse “un poco triste” tras el diagnóstico de un tumor grave a su hermano. La respuesta automática de otro de los presentes fue instarle a conectar con la cena porque “es todo riquísimo”. Ante esto, la psiquiatra fue contundente: “Nos está abriendo el corazón, está diciendo que se siente vulnerable”. Cortar ese proceso de validación emocional con un eslogan positivo, por bienintencionado que sea, es un error garrafal. “Cuando una persona valida una emoción negativa o una situación complicada, a veces en la vida lo que tenemos es que conectar también con lo que nos está sucediendo”.
Marian Rojas y el positivismo ingenuo
Frente a los extremos del catastrofismo (“soy un fracasado, nunca voy a encontrar nada”) y el positivismo ingenuo (“todo va a salir bien”), Rojas abogó por el sentido común y el punto medio. La clave, insistió, no reside en repetirse mantras vacíos, sino en “validar emociones”. Validar no significa rendirse a la negatividad, sino aceptar y procesar lo que se siente para, desde ahí, poder reorganizar el pensamiento. “Puede ser que últimamente esté más solo. Entonces, puede ser que últimamente esté más solo, pero si yo me trato así de mal, lo que tengo que hacer es validar esa emoción. Me estoy tratando mal, pero voy a intentar no tratarme tan mal”.
La psiquiatra propuso un método práctico de cinco pasos para dialogar con uno mismo y desmontar los pensamientos automáticos más dañinos. Puso como ejemplo la creencia “nadie me quiere”. Frente a esto, hay que cuestionarse: ¿es esto 100% cierto? ¿Qué emoción provoca en mi cuerpo? ¿Cómo sería mi vida sin este pensamiento? ¿Puede el pensamiento contrario tener algo de validez? Este ejercicio de introspección guiada lleva a conclusiones más matizadas y realistas, como “algunas personas sí me quieren”. Se trata, en esencia, de “reorganizar nuestro pensamiento diciéndonos cosas que no nos machacan tanto”, ya que está científicamente demostrado que esto aumenta “la capacidad de ver lo bueno de la vida”.
“La clave es validar las emociones”
Marian Rojas quiso dejar claro que su crítica no es al optimismo en sí, sino a su caricatura. “El optimismo es una gran herramienta. Lo es cuando nos vamos al extremo de una positividad tóxica”, recalcó. El peligro de creer que “todo lo bueno te va a suceder” es que “te puede llevar a darte contra un muro”. La actitud influye en el resultado, pero siempre y cuando parta de un sincero reconocimiento de la realidad. “La clave es validar emociones, es decir, ¿qué significa validar una emoción? Me siento así. Otra cosa es que como me siento así, me trato mal y pienso que el mundo es catastrófico”.
Al final de la entrevista, y ante la recomendación de su libro por parte de López Schlichting, Rojas aclaró que el título ‘¿Cómo hacer que te pasen cosas buenas?’ podría sonar a manual de autoayuda simplista, pero nada más lejos de la realidad. “Ese título que puede parecer que es el positivismo, ese tóxico, es puro realismo”, afirmó. La obra, escrita originalmente para sus pacientes, profundiza en “cómo la mente está conectada con el cuerpo y cómo la mente influye en nuestra realidad e interpretación de la realidad”.
La intervención de Marian Rojas en COPE sirvió como un recordatorio necesario en una era de frases hechas y soluciones rápidas: la auténtica salud mental no consiste en borrar el dolor con un eslogan, sino en aprender a navegarlo con honestidad, compasión y, desde luego, con la esperanza puesta en nuestra capacidad de resiliencia, nunca en la negación de lo que nos hace humanos.