Marian Rojas advierte de los problemas de salud mental a los que se enfrentan los mentirosos compulsivos
La psiquiatra explica a Cristina López Schlichting por qué decimos mentiras y cuáles son sus consecuencias

Sección de Marian Rojas Estapé sobre los mentirosos compulsivos 12-07-2025
Madrid - Publicado el - Actualizado
3 min lectura
Últimamente está muy de moda decir mentiras. Cada vez parece que hay más pinochos profesionales y, para descubrir por qué la gente dice mentiras y cómo pueden afectar en la vida y en la salud mental de las personas, Cristina López Schlichting ha querido abordar el tema en 'Fin de Semana' con Marian Rojas, la psiquiatra de cabecera del programa.
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La colaboradora del programa ha querido empezar su sección habitual asegurando que nadie nace siendo un mentiroso: "Todos nacemos con instinto de supervivencia y entonces, cuando tú vives en un ambiente donde tienes que sobrevivir, buscas cómo hacerlo y a veces esa manera es mintiendo".
¿Por qué se produce este hecho? Porque muchas personas tienen miedo a ser castigados, a ser criticado, al abandono, sienten vergüenza y "hay ambientes donde decir la verdad es peligroso y puede ser castigado", ha detallado Marian Rojas. En ese momento, se genera un mecanismo a modo de vía de escape donde poder sobrevivir. Y es que "si dices esa verdad, algo malo te puede suceder. Te pueden pegar, castigar, dejar de lado o incluso dejar de hablarte bien, y el ser humano está diseñado para sobrevivir".
aparentar para no ser juzgado
Hay muchas veces que la gente, sin motivo aparente, decide mentir para evitar problemas que se imagina en su mente. De esta forma, se empiezan a acostumbrar a ese modus operandi y llega un momento que cualquier cosa les pone en alerta. Algunos de los ejemplos que ha comentado Marian Rojas en 'Fin de Semana' son tan banales como decir "sí, he ido al gimnasio" para no parecer una persona perezosa "por el miedo a que la otra persona piense que no se cuida".

Un hombre se somete a un polígrafo para comprobar si dice la verdad o miente
"En el fondo es una mentira completamente absurda, no tiene ni pies ni cabeza mentir por no ir al gimnasio, pero el cerebro ya tiene tanto pánico a sufrir un juicio y ya no sabes dónde está la verdad y la mentira", ha asegurado la colaboradora de Cristina. Ese es el verdadero problema de los mentirosos compulsivos, que llegan a no diferenciar cuál es la verdad de las cosas, porque se sienten más cómodos en ese nuevo personaje que se han creado fuera de la verdad.
CRISIS DE ANSIEDAD, DEPRESIÓN Y ENFERMEDADES
En ese momento, las personas que mienten comienzan a vivir en una doble realidad "y las dobles realidades nunca son buenas porque al final te acabas rompiendo y terminas por no saber ni siquiera quién eres", continuaba la psiquiatra. Conocerse a uno mismo viene de la sinceridad con la propia intimidad y la voz interior, la imagen que vendemos de uno mismo no es la realidad.
¿Qué problemas puede provocar esto? "Desde una crisis de ansiedad hasta una depresión. También puede ser que incluso surja una enfermedad porque te estás haciendo daño al decirte una cosa que no es la realidad", ha explicado la colaboradora. El organismo es muy agradecido a vivir en la verdad, a vivir en esa especie de conexión que no siempre es fácil.
"Esa disociación tiene consecuencias a largo plazo y todos hemos conocido a alguien que miente de manera compulsiva. En ese momento se genera una desconfianza que rompe cualquier vínculo sano". Todo ello, como bien ha afirmado Marian Rojas, puede desembocar en un trastorno de salud mental, un problema muy serio.

Un paciente enfermo en la camilla de un hospital
Por todo ello, es muy importante educar en la verdad a los hijos, "porque la coherencia y educar en la verdad nos protege de muchísimas cosas en la vida como la salud mental o a no escoger las vías de escape poco saludables como el alcohol y las drogas. Si tú educas y vives en la verdad, la probabilidad de caer en una adicción es mucho menor", ha terminado diciendo la psiquiatra.