El DUX Logroño regresa a Primera, la élite del fútbol femenino español

El DUX Logroño vuelve a la élite. Cuatro años después de su descenso, el conjunto riojano ha sellado su regreso a la máxima categoría del fútbol femenino español tras imponerse con autoridad al Cacereño (3-1) en el partido de vuelta de la final por el ascenso. El resultado en Pradoviejo ha confirmado el amplio margen que ya traían de Cáceres, donde ganaron 0-3, y ha desatado una fiesta inolvidable en casa.

El equipo dirigido por Héctor Blanco, el mismo técnico que logró el anterior ascenso, no quiso confiarse ni dejar espacio a las dudas. Salieron a por todas desde el pitido inicial, con una grada entregada que llenó Pradoviejo confiando en una celebración que parecía escrita de antemano. Pero las jugadoras no dejaron nada al azar y mostraron, como durante toda la temporada, su superioridad física y táctica.

Mía Asenjo abrió la cuenta en el minuto 21 tras un córner peligroso, el quinto del partido. La delantera fue también clave en el segundo gol, al asociarse con la chilena Sonya Keefe, quien definió con precisión para poner el 2-0 antes del descanso. Ya en la segunda mitad, Keefe volvió a marcar en otra acción de estrategia, dejando claro que el DUX Logroño tiene más que dominadas las jugadas a balón parado.

El Cacereño maquilló el marcador en el 83 con un tanto de Nora Torres, también tras un saque de esquina, pero para entonces la fiesta ya se había encendido en las gradas, animadas por la charanga y la emoción acumulada durante toda la temporada.

Al término del encuentro, las jugadoras estallaron en júbilo, abrazándose en el centro del campo, cantando y celebrando un ascenso que es también una reivindicación, Logroño vuelve a tener un equipo en la cima del fútbol femenino.

El futuro ahora pasa por consolidar el proyecto. Desde la llegada de los nuevos propietarios argentinos, la apuesta ha sido clara, construir un equipo competitivo y una estructura sólida. Con el ascenso ya en el bolsillo, el siguiente paso es demostrar que el DUX Logroño ha vuelto para quedarse.