Va a un restaurante en Valencia para desayunar y se siente estafada por lo que le ponen: "Me costó nueve euros"
Desiré no concibe el precio de lo que consumió por lo que se pidió, señalando que estaba en un callejón de la ciudad

Una tostada típica de desayuno español con aceite de oliva, sal y tomate y una taza de café.
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Ir a desayunar fuera puede convertirse en una experiencia agradable o, en ocasiones, en una auténtica sorpresa. Eso es lo que le ocurrió a Desiré, una joven que ha compartido en su cuenta de TikTok (@desireegtrz) la indignación que sintió al pedir un desayuno en un restaurante de Valencia.
Lo que parecía un plan tranquilo para empezar el día acabó en lo que ella misma califica como una “estafa”. En el vídeo, muestra un plato con una tostada y un café, y no duda en recalcar el precio que tuvo que abonar: “Ayer eso me costó 9 €”.
Un desayuno con sorpresa
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La protagonista explica que acudió al local porque alguien le propuso ir a un brunch, un concepto que reconoce no tener muy claro: “No sabía ni qué era un branch”, admite entre risas.
Desde el principio, la situación empezó a resultar extraña. Según relata, pidió un café con leche, pero la camarera, a la que describe como “supermaja”, lo convirtió en un latte. Lo mismo ocurrió con la tostada: ella pidió la tradicional de jamón y tomate, pero le sirvieron lo que denominaron de una forma más sofisticada, aunque no recuerda exactamente el término.
Finalmente, al ir a pagar, la cuenta la dejó sin palabras: “¿Cómo que 9 €?”.
El detalle del pan integral
Lo que más sorprendió a Desiré fue que, pese a que ella había pedido pan integral, lo que le sirvieron fue una sola unidad de tostada en ese tipo de pan. Nada más. La joven no se explica cómo algo tan básico puede alcanzar ese precio: “¿En qué momento se ha normalizado que eso cueste 9 malditos euros?”.

Tostada de tomate fresco y café negro en la mesa del desayuno con un periódico
En sus palabras se refleja una queja que muchos clientes comparten cuando descubren que lo que parecía un desayuno sencillo se convierte en un gasto desproporcionado. Casos parecidos se han hecho virales en los últimos meses, como el de un comensal en Madrid que denunció en la cuenta el cobro de un simple cubierto y pan, lo que abrió un debate sobre las prácticas de algunos locales.
Un callejón, no París
Para remarcar su indignación, Desiré compara la experiencia con lo que podría haberse esperado en otro entorno: “Que me dices que tenía unas vistas enfrente de estoy en París, vale, pero es que estaba en un callejón de Valencia”.
El contraste entre el lugar en el que se encontraba y el precio que pagó es lo que más le hace cuestionar la situación. De hecho, ella misma recalca que el sitio no tenía nada de especial, algo que acentúa la percepción de haber sido víctima de un abuso.

Desayuno español: tostada con aceite de oliva y salsa de tomate y una taza de café. Madrid.
Esta sensación de desajuste entre lo recibido y lo pagado también se ha comentado en otros ejemplos virales. Desde la sorpresa de un cliente al pagar en efectivo y detectar un detalle extraño en el cambio hasta quienes aseguran que, en algunos locales, un pincho de tortilla puede tener un precio que obliga a “mirar la cuenta dos veces”.
Desiré lanza una advertencia
La joven concluye su vídeo con un mensaje dirigido a todos aquellos que disfrutan desayunando fuera de casa. Sus palabras son claras: “Solo quería contároslo para que tengáis en cuenta, que tengáis cuidado, ¿no?, donde vayáis a desayunar”.
El caso de Desiré se suma a otros que generan conversación en redes sociales sobre el coste de salir a bares y restaurantes. Algunos clientes, por ejemplo, han llegado a comparar ciertos precios con los de máquinas expendedoras de última generación, que a veces ofrecen productos más baratos en entornos inesperados (COPE lo relató en esta noticia).
En definitiva, su testimonio refleja una preocupación creciente: ¿hasta qué punto se está normalizando pagar cifras desorbitadas por desayunos que, en apariencia, deberían ser simples y económicos?