El símbolo vivo del escudo de Aragón: una cruz de fuego sobre una encina que marcó la historia de este pueblo medieval
Esta villa medieval oscense, uno de los pueblos más bonitos de España, combina su patrimonio, un entorno natural único y una sorprendente vida cultural

Entrevista a Enrique Pueyo, alcalde de Aínsa
Zaragoza - Publicado el
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En la confluencia de los ríos Ara y Cinca, en pleno Pirineo de Huesca, se erige la villa de Aínsa, cuyo casco antiguo medieval parece detener el tiempo. Su excelente estado de conservación le ha valido ser catalogado como conjunto histórico-artístico y formar parte de la red de los Pueblos más Bonitos de España, un reconocimiento que, según su alcalde, Enrique Pueyo, ha transformado la localidad.
Un revulsivo turístico y comercial
La inclusión en esta selecta lista ha supuesto "una promoción muy importante", según ha explicado el alcalde en los micrófonos de COPE Aragón. Este sello de calidad ha provocado un aumento notable del turismo, "sobre todo fuera de temporada".
El objetivo es desestacionalizar las visitas para que los establecimientos puedan permanecer abiertos todo el año, lo que ha convertido a Aínsa en "uno de los pueblos más visitados de Aragón".

Vistas del municipio de Aínsa
Pese a la imagen que pueda proyectar el Pirineo, Pueyo desmiente que en Aínsa haga mucho frío. "La suerte que tenemos en Aínsa es que nuestro nivel de altura es bastante bajo, son 550 metros sobre el nivel del mar", explica, lo que permite que las temperaturas sean "muy buenas en todas las épocas del año", a diferencia de las cumbres cercanas como Monte Perdido.
Una apuesta por la tradición y el futuro
Más allá del turismo, Aínsa es un importante centro de servicios y comercio, una herencia de su pasado como lugar de ferias donde se intercambiaban productos a ambos lados de la frontera. Hoy, su cruce de carreteras sigue atrayendo a visitantes y generando actividad comercial. Sin embargo, el alcalde destaca el sector primario como "fundamental".
Hemos logrado ser uno de los pueblos más visitados de Aragón durante todas las épocas del año"
Alcalde de Aínsa
Para impulsarlo, se ha puesto en marcha un matadero ecológico, uno de los pocos que existen en Aragón, que permite a los ganaderos locales criar, sacrificar y vender sus reses en el propio territorio.

Aínsa
A este proyecto se suman otros como el cultivo de manzanas de montaña para producir zumo y sidra, una iniciativa que atrae a gente joven y cierra el círculo: "El turismo nos ayuda a la expansión de otros sectores".
Un paseo por la historia y la leyenda
La guía turística Eva García, de Pirene 365, nos acompaña de la mano del Gobierno de Aragón y de la empresa de comunicaciones Embou a recorrer el municipio de Aínsa. Nos recomienda iniciar la visita en el castillo del siglo XI, desde donde se obtienen unas vistas "espectaculares" de la Peña Montañesa. El recorrido continúa por la villa amurallada hasta llegar a su espectacular plaza porticada del siglo XII, una de las mejor conservadas del mundo, y la iglesia de Santa María.

¿Qué podemos ver en Aínsa?
García invita a descubrir Aínsa "con calma", fijándose en los detalles de su arquitectura tradicional, como los espantabrujas en las chimeneas, las gárgolas o los llamadores en las puertas. "Sigo descubriendo símbolos y piezas que no había visto en otras visitas", confiesa la guía.
Hay que recorrer Aínsa con calma, fijándonos en todos sus detalles"
Guía turística
La historia de Aínsa está ligada a la leyenda de la batalla de la Morisma. En el siglo VIII, el rey Garci Jiménez luchaba por reconquistar la villa a los musulmanes. Cuando sus tropas estaban a punto de perder, "una gran cruz de fuego apareció sobre una carrasca", relata García. Esta señal divina les dio la fuerza para ganar, y su importancia es tal que el árbol y la cruz de fuego forman uno de los cuatro cuarteles del escudo de Aragón.
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