Visita a su padre en Málaga, llama al telefonillo y la respuesta que recibe le descoloca: no era quien esperaba
Ella se llama Tania y a través de sus redes sociales contaba lo que ocurría cuando un viernes decidía ir a ver a su padre

Telefonillo
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A los padres hay que cuidarlos y respetarlos siempre y, sin duda, es un pensamiento que debe perseguirnos a lo largo de nuestra vida. Tanto si vivimos con ellos como si no, hay que encontrar la fórmula para pasar tiempo con ellos y dedicarles nuestra atención y parte de nuestra semana.
Tanto es así, que muchos expertos recomiendan guardarse un hueco una vez a la semana para pasar tiempo de calidad con ellos. Y es que, no solo por los vínculos tan fuertes y estrechos que nos unen con ellos, nuestros padres son una parte fundamental de quiénes somos.

Padres
Ellos han sido quienes nos han acompañado en nuestros primeros pasos, los literales, y los pasos que hemos ido dando en nuestra vida profesional y personal. Son quienes nos han enseñado prácticamente todas las cosas que sabemos, y son quienes se han convertido, da igual de la edad que tengamos, en nuestra fuente de sabiduría.
¿Quién no va a casa de sus padres para preguntarles dudas o asesorarles sobre qué decisión tomar? Es importantísimo pasar tiempo con ellos, aunque sea un café rápido en medio de la semana.
Esto es lo que pasó con Tania, una joven de Málaga, que fue a visitar a su padre y a su casa y todo dio un vuelco que no esperaba.
No era quien esperaba encontrar
Si algo divertido tiene España es que, vivas donde vivas y seas de donde seas, te puedes identificar con el lugar y sus costumbres. Porque somos bastante parecidos vayas a donde vayas.
La arquitectura de las ciudades, y cómo son las casas es algo que suele ser bastante común. Ya sabes, urbanizaciones con múltiples casas, algunas incluso con piscina, con un método de entrada.
Es el famoso telefonillo por el que llamas al piso deseado y te abre. Un mecanismo sencillo que cambia según la modernidad del mismo en los edificios, pues a algunos tienes que acceder con contraseña.
Sea como sea, el telefonillo ha sido el protagonista de la historia de Tania, que un viernes se disponía a visitar a su padre. Llamaba al telefonillo, y ahí era cuando empezaba todo.
Porque no esperaba encontrar a la persona que le respondió. Era su padre, sí, pero de una manera diferente a como esperaba: como un trobador de la Edad Media.
Y es que, a sabiendas de que venía su hija, decidía hablar con rimas constantemente y proponerle un reto a su hija para que pasase a comer con ella: recitar un poema si quería entrar a su casa.
No lo ponemos por escrito porque es mucho más gracioso escuchárselo directamente, dado que de ingenio va sobrado el padre de Tania. Ella, por cierto, también respondía bien, y sabemos, por cómo acaba el vídeo, que finalmente entraba a comer con su padre.
Las redes se enternecían con la respuesta del padre, y pedían que subiera muchas más cosas.
Tras un partido de fútbol en un barrio de Málaga
Si te das un pequeño paseo por las reseñas de cualquier restaurante (hayas o no hayas estado en él), podrás ver cómo hay algunas que parecen surrealistas. Otras, son divertidas y, en algunas ocasiones también, las reseñas son ofensivas.
Parece, muchas veces, que compiten por hacer la reseña más viral y que pueda compartirse en las redes sociales. Por eso mismo, muchas de ellas suelen ser negativas.
Sin embargo, cuando hay alguna buena y divertida, se agradece mucho más. Y esto ha pasado en un barrio de Málaga, donde un grupo de chavales, tras jugar al fútbol, acudió a un bar para hidratarse.

Bar en Málaga
Ellos pidieron un vaso de agua, después de un día duro de deporte, y fue ahí cuando les sirvieron algo que no esperaban. “El vaso de agua comparada con otros bares estaba fresquita. Normalmente, el agua de los bares está calentorra y sabe a jabón, pero este restaurante es una excepción” decía con mucha gracia.
A continuación, le contaba cómo el ambiente que habían visto del restaurante era “positivo” y cómo todo estaba limpio y había sido de su agrado. “Buen sitio para beber agua fresquita después de fútbol en la plaza” sentenciaba la reseña.
A los dueños del bar les hizo tanta gracia que tuvieron que responderle. “Nos ha hecho mucha ilusión saber que tenemos el mejor agua de grifo de toda la plaza. Estaremos encantados de volver a ponerte otro vaso de agua fresquita a ti y a tus amigos después de tu partido de fútbol” decían con mucho humor.