Su madre le pide una última comida antes de fallecer por ELA y no puede creer cuál es cuando lee el mensaje: "Lo que daría por uno..."

La esclerosis lateral amiotrófica (ELA) es una enfermedad neurodegenerativa que afecta a miles de personas en todo el mundo. Se trata de una dolencia progresiva que destruye poco a poco las neuronas responsables del movimiento, hasta que el cuerpo deja de responder. Primero son los brazos, luego las piernas, más tarde los músculos de la respiración y, finalmente, la voz. Sin embargo, la mente permanece lúcida hasta el final, atrapada en un cuerpo que deja de funcionar.

Este drama se vive en silencio en muchas familias. No existen tratamientos curativos, y el proceso suele ser rápido y devastador. La vida cambia de un día para otro, y los pequeños gestos del día a día —como hablar, caminar o simplemente comer— se convierten en desafíos insuperables. Y en medio de ese caos, hay momentos de humanidad que conmueven profundamente, como el que ha compartido recientemente un usuario de la red social X.

"MI MADRE PIDIÓ SU ÚLTIMA COMIDA: UNA HAMBURGUESA"

La historia la cuenta @nvycentry, un usuario que ha emocionado a miles de personas en redes sociales. Su madre ha fallecido recientemente a causa de la ELA. Desde hace semanas, la enfermedad le impedía alimentarse con normalidad, y había perdido por completo la capacidad de hablar. Solo podía comunicarse con su hijo a través de mensajes escritos en su móvil, a pesar de estar en la misma habitación.

En uno de esos mensajes, enviado el 20 de julio, su madre escribió algo tan simple como desgarrador: “Lo que daría por una hamburguesa del Burger King ahora mismo”.  Concretamente, refiriéndose a una hamburguesa y a unas patatas fritas. 

Su hijo, con el corazón roto, no dudó en cumplir ese último deseo. Salió de casa en ese momento para traerle esa comida que tanto anhelaba, en lo que sabía que podría ser uno de sus últimos momentos compartidos. Y que, por desgracia, así fue.

La impotencia del chico al ver a su madre con ela

La madre falleció poco después. En total, pasaron solo 39 días desde el diagnóstico hasta su muerte. Un proceso tan rápido como brutal, que deja a la familia sin tiempo para asimilar lo que ocurre. En palabras de su hijo, la ELA se lo llevó todo: la voz, la movilidad, la independencia… pero no la lucidez, ni las ganas de disfrutar de los pequeños placeres, como esta sencilla hamburguesa.

“La ELA lo arruina todo”, escribe con impotencia en otro tuit después de que su madre falleciese. A pesar de todo, su madre mantuvo signos vitales estables hasta el final, y su mente permaneció intacta. La ducha a ras de suelo que usó solo un par de veces antes de perder la movilidad sigue ahí, como un símbolo del poco tiempo que tuvo para adaptarse a una enfermedad que no da tregua.

Mamá, sé que estás orgullosa de que, al final, no esté solo. Gracias por todo"

Navycntry

Cuenta de X que ha contado esta historia

Este testimonio ha tocado una fibra sensible en la red. Cientos de personas han compartido sus propias experiencias con familiares o amigos afectados por ELA, y muchos destacan la importancia de visibilizar esta enfermedad, que a menudo pasa desapercibida fuera del entorno médico.

Historias como esta ayudan a recordar que detrás de cada diagnóstico hay una vida, una familia, una historia. Y que incluso en los momentos más oscuros, un gesto tan sencillo como compartir una hamburguesa con tu madre puede convertirse en un acto de amor inolvidable.