No cabe duda de que las sartenes son elementos que se encuentran en las cocinas de todos y que revisten de una delicadeza de la que no siempre somos conscientes. En la época del constante usar y tirar en la que vivimos parece imposible tener una buena sartén de aquellas que duraban toda la vida. Sin duda, gran parte del problema se explica por los pobres materiales con los que se hacen las sartenes, ollas y demás menaje de cocina, pero nosotros también tenemos parte de culpa. La clave está en el lavado.

A continuación vamos a tratar el error más importante y otros puntos más a tener en cuenta para no destrozar tus sartenes. Y es que, está claro que el uso diario ya conlleva un desgaste más lógico, pero de ahí, a perder todas sus propiedades por su mal uso va un trecho largo y puede evitarse.

El error más común

Uno de los errores que cometemos sin darnos cuenta es añadir agua a la sartén caliente nada más terminar de cocinar. Es una de las cosas que más perjudica. Este error ayuda a terminar con la capa que la protege en menos tiempo. Y es que, un cambio tan brusco de temperatura provoca que el material antiadherente pierda su eficacia.

Otros puntos a tener en cuenta

1. Cuidar la temperatura

Poner el fuego al máximo solo sirve para dispersar el calor y para que se quemen el asa y la parte exterior más fácilmente. Es más recomendable usar un fuego medio que se mantenga en la zona central de tu sartén.

2. Evitar el lavavajillas

Aunque sea práctico, la larga exposición tanto al agua como al detergente puede hacer perder eficiencia al recubrimiento antiadherente. La mejor forma de limpiarla es usar un papel de cocina para quitarle la grasa, dejar que se enfrío y después ya guárdala.

3. Ojo a las palas

Lo ideal para cocinar en sartenes son utensilios de madera o silicona. Evitar todo tipo de tenedores o similares terminan por levantar la capa protectora poco a poco

4. Engrasa un pelín con aceite

Por más agua que pueda tener un ingrediente, es siempre recomendable añadir unas gotas de aceite para impedir que los alimentos se peguen y además adquieran mejor sabor ya se cocinan en profundidad en vez en hervir. Además, conseguirás proteger mejor tu sartén.

Está claro que estas recomendaciones valen para cualquier tipo de sartén, pero si sumas a que sean de calidad, realmente te pueden durar toda la vida.