Unos adoran el café, no pueden vivir sin él, como vulgarmente se dice ' no son personas' hasta dar el primer sorbo de la mañana a esta bebida que se obtiene a partir de los granos tostados y molidos de los frutos de la planta del café.

Muy caliente, con espuma, con o sin azúcar, con leche condensada o de almendras, cortado, manchado, largo de café, americano... son infinitas sus formas de tomarlo y degustarlo, pero lo que está claro es que los muy cafeteros aman el café por encima de todas las cosas.

Por otro lado están aquellos que no pueden soportar su intenso aroma y fuerte sabor o aquellos que simplemente lo toman porque 'tienen que tomarlo' para despertarse antes de ir a trabajar o de comenzar la jornada.

Independientemente de que te guste o no, seguro que en más de una ocasión has escuchado decir que beber café ayuda a adelgazar. Pues bien, vamos a averiguar si es cierto.

El café es rico polifenoles —que son antioxidantes— y tiene, aunque en pequeñas cantidades, minerales como potasio, fósforo, selenio y magnesio, algunas vitaminas del grupo B y algo de vitamina K, que entre otras cosas ayuda al cuerpo a construir huesos y tejidos saludables a través de las proteínas. Pero todo el mundo sabe que su principal componente es la cafeína.

No existe evidencia concluyente que indique que cuánta más consumas más adelgaces

Este alcaloide del grupo de las xantinas, se conoce por ayudar a estar alerta y porque se le atribuye la capacidad de ayudar a perder peso. Aunque no existe evidencia concluyente que indique que cuánta más consumas más adelgaces -o al menos de manera significativa o permanente- hay algo que está claro:

• Inhibe del apetito. La cafeína puede reducir la sensación de hambre y el deseo de comer durante un período breve de tiempo.
• Quema de calorías. La cafeína parece aumentar el uso de energía, incluso cuando se está en reposo, además estimula la función metabólica del cuerpo para quemar la llamada “grasa parda”
• Es un diurético. Esto significa que ayuda al cuerpo a deshacerse de agua y sal, al orinar más. Eso sí, el enemigo de la retención del líquidos no es el café sino el azúcar con el que se acompaña a esta bebida.

La cafeína alcanza su nivel máximo en la sangre una hora después de consumirla, y sus efectos se pueden sentir entre cuatro y seis horas más tarde. La cafeína también tiene sus contraindicaciones; puede provocar nerviosismo, insomnio, náuseas o presión arterial alta entre otros problemas.

La cafeína alcanza su nivel máximo en la sangre una hora después de consumirla

No se puede probar que es la cafeína la responsable directa del adelgazamiento. Según los estudios son pérdidas significativas desde el punto de vista estadístico, pero clínicamente no son relevantes. De hecho, la manera en la que ingerimos esta bebida puede provocar el efecto contrario. No es lo mismo tomar un café solo que con leche, y la cantidad de azúcar que le pongamos es un detalle muy importante.