Si vives en un bloque de pisos junto a otros vecinos, seguro que alguna vez has vivido una situación desagradable con alguno de ellos. Música a altas horas de la madrugada, un aspirador a primera hora el fin de semana, unos niños peleándose a voces, o en muchos casos adultos, son algunas de las realidades de un edificio en cualquier lugar de España.

Hace años, las historias circulaban entre los vecinos a través de los patios interiores, de conversaciones de ascensor, encuentros fortuitos en portales o charlas en la cola del mercado, ubicado a dos manzanas del portal, donde era habitual coincidir con tus vecinos. Allí se compartían los cotilleos del edificio, unos vecinos comentaban con otros las últimas incorporaciones al portal y las nuevas parejas que habían surgido en el barrio.

A día de hoy, las redes sociales sustituyen a la pescadería o las conversaciones de ventana a ventana. Últimamente, es frecuente encontrar en ellas, principalmente en Twitter, historias de lo más llamativas que tienen lugar en vecindarios, donde es habitual encontrar notas en el tablón de anuncios de los mismos que son el principio de lo ocurrido.

Es el caso de la queja que dejaba un vecino de Santiago a los que viven en el cuarto piso de su bloque. "A los vecinos del 4º, que ayer jueves celebraron una velada musical hasta las dos de la madrugada. Algunos trabajamos y madrugamos. Tenemos, además, el derecho de descansar" escribía el vecino con un tono despectivo. Sin embargo, lo más curioso de la situación es que el aludido, contestó, en el mismo papel, cada una de las frases de queja.

Triunfa en redes sociales por la queja que pone a sus vecinos

En esta ocasión, la situación que está triunfando en redes sociales también ha tenido lugar en una comunidad de vecinos de Galicia, más concretamente en Pontevedra. Al parecer, la convivencia entre pisos no es demasiado buena, a juzgar por el cartel que ha aparecido en las zonas comunes, denunciando lo que se ha encontrado en ellas.

"Se recuerda a los vecinos que los pasillos son zonas comunes", comienza diciendo la nota, y recordando que dichos espacios "no son trasteros". A continuación añade ejemplos concretos de lo que se puede ver en el vecindario: "No se puede dejar en ellos el calzado, la basura...". Para concluir, dirige un claro mensaje a todos aquellos que tienen estas costumbres: "Cada uno que guarde dentro de su casa lo que le huele mal".

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Aunque la nota no está firmada por los inquilinos de ningún piso en concreto, termina con una frase un tanto curiosa. "Estamos en el siglo XXI", dice el autor del cartel, que aunque prefiere mantenerse en el anonimato, no parece muy contento con la actitud de sus vecinos de comunidad.