El estudio que permitió confirmar que el cadáver encontrado en la Cancillería alemana era de Hitler: en 1973

Adolf Hitler es uno de los personajes más oscuros del siglo XX y durante décadas su muerte ha sido fuente de teorías, especulaciones y misterio. La impactante noticia de su muerte y el inminente fin de la Segunda Guerra Mundial ha despertado durante años incredulidad en la población.

La muerte de Hitler forma parte de un magma cultural entre la realidad y la ficción. De hecho, numerosos historiadores han estudiado el caso a fondo para tratar de esclarecer la verdad que se esconde tras el fallecimiento del dictador. 

La nota de suicidio de adolf hitler

El 23 de abril de 1945, mientras Berlín caía bajo el asedio del ejército rojo, el mariscal de Campo, Ferdinand Schorner, envía un telegrama dirigido al "Führer y al Comandante Supremo de las Fuerzas Alemanas".

En el documento, el mariscal pide a Hitler que abandone el búnker en el que se esconde y se marche de Alemania porque, si el Tercer Reich cae, Alemania también lo haría: “Millones de alemanes esperan la oportunidad de volver a construir Alemania contigo”.

El 24 de abril de 1945, Adolf Hitler responde a este telegrama y resultan ser las últimas palabras del dictador al mundo. En este documento de respuesta al mariscal, Hitler notificaba su decisión de permanecer en Berlín para luchar  “la batalla decisiva por Alemania”.

A pesar del riesgo, el Führer tenía clara su posición de quedarse donde estaba: "Permaneceré en Berlín para participar, de manera honorable, en una batalla decisiva para Alemania y para dar un buen ejemplo a todos los que quedan”.

la versión más extendida de la muerte del dictador

Según los relatos más ampliamente aceptados, Hitler se quitó la vida en el Führerbunker, un refugio subterráneo situado bajo la Cancillería del Reich, mientras las tropas soviéticas estaban a escasos metros del centro de Berlín. 

Junto a él estaba Eva Braun, su leal compañera, con quien se había casado tan solo un día antes. Se dice que Braun se suicidó ingiriendo una cápsula de cianuro, mientras que Hitler se disparó en la sien con una pistola. Sus cuerpos fueron envueltos en mantas, trasladados al jardín del búnker y quemados según sus propias instrucciones.

Sin embargo, los restos estaban tan calcinados que no pudieron ser identificados con certeza en ese momento y la Unión Soviética, que fue la encargada de recuperarlos, propagó versiones contradictorias sobre lo que encontraron, lo que contribuyó enormemente a alimentar las sospechas.

las numerosas muertes del dictador

Con la ocupación soviética de Berlín afloraron multitud de versiones sobre la muerte de Hitler y los medios tuvieron un papel clave en la propagación de estos relatos.

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Una emisora de radio en París afirmó que el Führer había sido asesinado el 21 de abril, después de una discusión con sus generales sobre continuar la guerra o no. Por su parte, una agencia de noticias japonesa informó que había muerto durante un ataque de artillería soviética sobre su residencia.

En junio de 1945, las autoridades soviéticas informaron que los restos de Hitler no habían sido encontrados y que, probablemente, él aún estaba vivo. Y fue ahí cuando numerosas fuentes afirmaban haberle visto en distintos lugares. 

Las distintas versiones se difundían con rapidez y los esfuerzos por encontrar el cadáver parecían fracasar. Pero, ¿qué ocurrió en realidad?

El secreto mejor guardado de las fuerzas soviéticas

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En abril de 1945, cuando el ejército soviético se hace con Berlín, también toma el control del refugio que el dictador tenía en la sede de la Cancillería alemana. El 2 de mayo, sellan el jardín de la cancillería y el búnker y comienzan una investigación bajo el más absoluto secreto. 

El 5 de mayo, finalmente, hallaron el cadáver de Hitler y de su pareja, Eva Braun, enterrados en un hueco abierto por una bomba en el jardín de la Cancillería. Los cuerpos se encontraban parcialmente quemados.

El de Hitler fue muy difícil de reconocer, y cuando trasladaron el cadáver a la morgue, le quitaron la mandíbula para intentar identificarlo a partir de la dentadura. Gracias al historial médico del dictador, en 1973, un estudio de odontología forense ratificó en que el cadáver recuperado era el de Adolf Hitler.