Marcelino Abad, abogado: “El cliente no compra los 'dupes' de belleza engañado, lo hace pensando que son más baratos y tienen las mismas propiedades y no siempre es así”

Los llamados dupes han pasado de ser un fenómeno viral en redes sociales a convertirse en un auténtico quebradero de cabeza para la industria cosmética. Así lo ha analizado Marcelino Abad, abogado y periodista de Aranzadi La Ley para El País, en una entrevista en el podcast COPE Cool. Su reportaje, titulado “Los dupes de belleza, un parásito para la industria cosmética”, ha sido premiado por la Asociación Nacional de Perfumería y Cosmética (Stanpa), poniendo cifras, contexto y alertando de los riesgos de esta práctica.

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¿Qué son realmente los 'dupes'?

El término 'dupe' procede de la palabra inglesa 'duplicate' (duplicado). Según ha explicado Abad, “hace referencia a artículos de belleza de marcas blancas que algunos medios y creadores de contenido asocian con otros de firmas reconocidas, y después viralizan la comparación en Internet”.

Plataformas como TikTok o Instagram están repletas de vídeos que equiparan cosméticos de grandes marcas con los de compañías de marca blanca, lo que, en palabras del experto, “parasita la competencia entre marcas”.

No son falsificaciones, pero inquietan

Una de las claves del fenómeno 'dupe' es que no se trata de falsificaciones. Abad ha subrayado la diferencia jurídica y conceptual: “Cuando uno compra una falsificación puede hacerlo engañado, porque realmente no se ve que el artículo ha sido falsificado, o puedes hacerlo conscientemente”. Sin embargo, en el caso de los 'dupes', el consumidor actúa de una manera muy diferente.

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“El cliente no compra los 'dupes' de belleza engañado, sabe que no es el artículo primigenio”, ha afirmado el periodista. 

Lo que realmente ocurre es que el consumidor realiza lo que considera “una compra inteligente” al adquirir un producto más barato bajo la creencia de que, al tener ingredientes parecidos o similares, posee las mismas propiedades que el original. “Y esto, pues, no siempre es así”, ha sentenciado Abad.

Esta práctica recuerda a los populares “perfumes de equivalencia” que surgieron hace una década, los cuales se publicitaban asociando un número a una fragancia de alta gama. 

Precisamente por esta estrategia, los 'dupes' son “más sibilinos” y, por tanto, más difíciles de perseguir desde un punto de vista jurídico, ha comentado el abogado y periodista.

Un producto puede parecerse superficialmente a otro, pero no tendrá nada que ver"

Ingredientes, formulación y el esfuerzo ajeno

En redes sociales, muchos creadores de contenido argumentan que si dos productos “llevan los mismos ingredientes son exactamente lo mismo”, una afirmación que el experto ha desmentido. 

La clave no solo está en los componentes, sino en “la formulación, con la investigación, con la forma, con la fórmula académica”. Abad ha señalado que, aunque un producto pueda parecerse a otro, “no tendrá nada que ver” debido a factores como la concentración, la calidad de los activos y la tecnología de liberación que respaldan al artículo original.

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Para Marcelino Abad, el problema de fondo es ético, ya que se está “parasitando el trabajo de investigación, de marketing y sanitario realizado por otra empresa”, lo que supone “aprovecharte del esfuerzo ajeno”. 

Esta situación ha llevado a que grandes compañías dermatológicas, cansadas del perjuicio, estén empezando a buscar soluciones por la vía judicial tras intentar negociaciones previas sin éxito.

Aprovechar todo el esfuerzo ajeno está mal"

Aunque todavía no existen cálculos estimados sobre el daño económico concreto que causan los 'dupes', el problema es de gran magnitud para las compañías afectadas. 

Abad ha concluido con una reflexión personal y una llamada a la acción: “Aprovechar todo el esfuerzo ajeno está mal”. Por ello, considera fundamental hacer “mucha pedagogía y concienciación en las generaciones más jóvenes”, que según los estudios son las que más consumen este tipo de productos.