Un grupo de científicos va a la Antártida a investigar lo que se oculta bajo el hielo y lo que descubren cambia la concepción del planeta
El objetivo de los científicos era investigar qué se ocultaba bajo la inmensa Plataforma de Hielo Ross, una muralla natural de cientos de kilómetros que impide que el hielo continental fluya libremente hacia el océano

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La Antártida, un continente en el último suspiro del mundo, sumido en un silencio blanco con temperaturas frías extremas, vientos fuertes y una gran capa de hielo impenetrable, o al menos eso parecía.
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Un equipo internacional de científicos ha logrado perforar el hielo en uno de los lugares más inaccesibles del planeta Tierra, la Corriente de Hielo Kamb caracterizado por su rápido movimiento e importancia en el equilibrio de la capa de hielo en el oeste del continente.
El objetivo de los científicos era investigar qué se ocultaba bajo la inmensa Plataforma de Hielo Ross, una muralla natural de cientos de kilómetros que impide que el hielo continental fluya libremente hacia el océano. Pero lo que encontraron no fue solo hielo antiguo ni simples formaciones geológicas, sino algo que ha permanecido escondido y aislado del mundo exterior durante milenios.
Viaje hacia el centro de la Antártida
Tras perforar varios metros de hielo sólido, los científicos descendieron una cámara por el túnel perforado. Las imágenes captadas por el dispositivo sorprendieron al grupo. Al principio no se tenía claro lo que podía ser, dentro del profundo espacio oscuro. Sin embargo, se vio agua en movimiento.
Tras analizar las imágenes, los científicos concluyeron en haber encontrado unas corrientes lentas, pero constantes de agua, en sí un río subterráneo, lo que sorprendió a todos, pues no estaba congelado y tampoco se trataba de un lago estático. Era un sistema natural activo, alimentado por lagos subglaciales.

Iceberg de la Antártida
Este río, al erosionar lentamente desde abajo, la base de la plataforma podría estar acelerando el desplazamiento del hielo hacia el océano, lo que lleva al aumento global del nivel del mar. Una amenaza silenciosa, pero que podría tener efectos devastadores en el planeta.
Vida en la fría oscuridad
Los investigadores analizaron con más detalle las imágenes recogidas y encontraron algo más sorprendente que el río subterráneo. Se trata de pequeños organismos móviles, parecidos a los crustáceos, desplazándose por la oscuridad a más de 400 km del mar abierto y aislados por una barrera de hielo de más de un kilómetro de espesor. Pero, ¿cómo sobreviven estos organismos?
Los científicos creen que podrían tratarse de organismos quimiótrofos, que en lugar de usar la luz solar como las plantas, producen compuestos orgánicos utilizando la energía derivada de reacciones químicas como oxidar compuestos inorgánicos (hidrógeno, azufre, hierro, amoníaco, etc.) presentes en el agua. A este proceso se le denomina quimiosíntesis.

Un barco en la Antártida
Es similar al procedimiento que ocurre en los respiraderos hidrotermales de las profundidades oceánicas de las zonas volcánicas. Estos expulsan agua caliente cargada de minerales y compuestos como sulfuro de hidrógeno. Al igual que los organismos quimiosintéticos, son un ecosistema autónomo, sin luz solar y sin contacto con el exterior.
¿Qué significa esto para el futuro?
Este descubrimiento científico podría cambiar la forma en la que los climatólogos y los biólogos entienden la dinámica del hielo polar, así como los límites de especies vivas en la Tierra. Además, esto puede motivar a la búsqueda de vida en lugares fuera de nuestro planeta.
Si puede haber vida bajo el hielo antártico, ¿por qué no también lo puede haber en lugares como en el lado oscuro de la luna? Como en la película de Transformers, donde el abuelo del protagonista encuentra al antagonista de la saga congelado en el Ártico.