Nieves (19) ingresó en una clínica con 14 años por un TCA: "No es tu culpa, nadie es culpable de tener un trastorno mental, no me arrepiento a pesar de lo que he sufrido"

La joven narra en 'La Linterna' de COPE su historia de superación contra la anorexia, un camino donde la poesía se convirtió en su principal tabla de salvación

Nieves Pueyos
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La Linterna

Ángel Expósito y Paloma Serrano cuentan la historia de Nieves Pueyos

José Manuel Nieto

Publicado el

3 min lectura5:44 min escucha

Los Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA) son un problema de salud mental que afecta a cerca del 6% de los adolescentes en el mundo, una patología que influye en cómo la persona come, siente y piensa sobre su cuerpo. Esta es la historia de Nieves Pueyos, contada en el programa 'La Linterna' con Ángel Expósito y Paloma Serrano, a quien con solo 14 años le diagnosticaron anorexia nerviosa. Una historia que demuestra que, a menudo, ver la comida como el problema es solo la punta del iceberg.

Un ingreso por la familia

En 2021, con el diagnóstico claro de anorexia nerviosa, Nieves ingresó por primera vez en un centro especializado. Sin embargo, su motivación inicial no era la propia recuperación, sino el bienestar de sus seres queridos, un sentimiento común en muchos testimonios sobre trastornos alimentarios. La culpabilidad que sentía después de comer la llevó incluso a autolesionarse, y el factor decisivo para aceptar el ingreso fue, según sus palabras, "el sentir que mi familia sabía que yo estaba en un sitio seguro".

No quería recuperarme, pero sí que mi familia estuviera tranquila"

Nieves Pueyos

Sufrió un trastorno de conducta alimenticia

Los primeros días en la clínica fueron de una enorme confusión. "Al final cambias tu rutina de una forma totalmente drástica, empiezas a hacer cosas que me negaba a hacer", ha explicado Nieves. Ese periodo inicial lo recuerda como una etapa de soledad y adaptación complicada, un sentimiento de incomprensión ante un sufrimiento que a menudo es difícil de entender para el entorno, donde la propia mente impide querer mejorar a pesar de ser consciente del problema.

La escritura como anclaje

En ese complicado contexto apareció en su vida la escritura. Fue Javi, uno de los pedagogos de la clínica, quien encendió la chispa de la poesía en ella. Al principio, Nieves se negaba a participar en determinadas terapias, incluida la de escribir. Sin embargo, en una de las sesiones, encontró consuelo ante un papel en blanco, un camino que no es único en su especie, pues son varias las voces que, como Lorena, han puesto voz en poemas a la anorexia que sufrieron.

Un fragmento del libro de Nieves Pueyos

Instagram: lachicaque.dejo.de.querer

Un fragmento del libro de Nieves Pueyos

Para mí la escritura ha sido como un anclaje, una ayuda en el sentido de decir, vale, es mi forma para desahogarme, es mi forma para decir las cosas que no le cuento a nadie", ha confesado. La poesía se convirtió en su vía de escape de la enfermedad, permitiéndole tener momentos en los que, mientras escribía, no se sentía mal.

Es mi forma para desahogarme, es mi forma para decir las cosas que no le cuento a nadie"

Nieves Pueyos

Sufrió un trastorno de conducta alimenticia

A pesar del papel crucial de la poesía, Nieves no niega la evidencia y tiene claro que sin ayuda profesional no habría superado el trastorno. "La escritura como tal ha sido una ayuda más, pero lo que de verdad me ha ayudado ha sido la terapia", ha matizado. Su progreso se ve reflejado en sus poemas: "de odiar mi vida, odiar todo lo que hacía, incluso mi poesía, a ser capaz de escribir un libro y sentirme orgullosa de mí misma".

Una adolescencia recuperada y un mensaje de esperanza

Nieves ingresó con 14 años y ahora tiene 19. Su tratamiento coincidió con una etapa clave de la vida, la adolescencia, y con ello se perdió las primeras salidas, el primer amor o las fiestas. Aunque mira esa etapa "con pena", ha logrado aceptarlo: "a cada uno le toca vivirlo a su tiempo, y yo a día de hoy tengo una herramienta que a mucha gente de mi edad le va a costar años encontrarla".

Toda su evolución de sentimientos ha quedado plasmada en su poemario 'La niña que dejó de comer, querer'. Un trabajo íntimo y personal que ahora pone a disposición de quienes puedan estar pasando por su misma situación con un mensaje contundente y lleno de esperanza.

Su mensaje para otros es claro: "Que no es su culpa, porque nadie es culpable de tener un trastorno mental, porque nadie quiere pasarlo mal". Anima a pedir ayuda, porque "es lo que les va a ayudar a ser feliz", y subraya que hay salida: "realmente se cura, y vivir sin ningún tipo de trastorno es una vida totalmente diferente y que yo no me arrepiento a pesar de todo lo que he sufrido".

Este contenido ha sido creado por el equipo editorial con la asistencia de herramientas de IA.

Visto en ABC

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