El 'día de la marmota' de Sánchez y Junts: por qué la ruptura es un teatro imposible

La aparente ruptura entre Junts per Catalunya y el Gobierno de Pedro Sánchez no es creíble para los analistas políticos. En el programa 'El Cascabel' de TRECE, el exdiputado de CiU, Roger Montañola, y el analista político, David Álvaro, han coincidido en señalar que la relación se enmarca en una "teatralización" continua, ya que Junts carece de una alternativa estratégica a su apoyo al Ejecutivo. Montañola ha sido tajante al afirmar que "es evidente que no han roto y que no tienen alternativa desde un punto de vista estratégico y político".

Una moción de censura de 'ciencia ficción'

La posibilidad de una moción de censura impulsada por el Partido Popular con el apoyo de Junts sigue siendo, según los expertos, "ciencia ficción". David Álvaro ha explicado que Junts "no tiene unos incentivos adecuados como para plantearse una moción de censura". A esto se suma el recordatorio de Montañola de que figuras clave de Junts, como Jordi Turull y Josep Rull, "fueron indultados por este Gobierno", lo que sitúa al partido en una posición muy difícil para apoyar una iniciativa del PP, un partido que se opuso a dichos indultos y a la amnistía.

Álvaro ha descrito la estrategia de Junts con una frase recurrente: "aprieto pero no hago". Según el analista, este comportamiento se ha convertido en un "proceso de chantaje" en el que la formación catalana busca obtener más concesiones del Gobierno. Esta dinámica ha llevado la situación a "una especie de día de la marmota", donde los debates y las tensiones se repiten sin que se produzcan cambios sustanciales en el panorama político. "Si venimos dentro de tres meses, estaremos en una situación bastante similar", ha vaticinado.

Todo forma parte de una creciente escenificación por ambas partes. "Estamos en un juego de espejismos y de falsas sensaciones cuando, como bien decimos, estamos en una especie de día de la marmota", ha lamentado David Álvaro. Tanto Junts como Pedro Sánchez han optado por "aumentar la teatralización en la que vivimos en el día a día político", manteniendo una tensión calculada que, por el momento, sostiene la legislatura.

Aliança Catalana, el factor disruptivo

Sin embargo, un nuevo elemento amenaza con "hacer saltar todo por los aires", en palabras de Roger Montañola: la amenaza creciente de Aliança Catalana. Este partido está experimentando un "crecimiento enorme" y "les está comiendo la tostada" electoralmente, provocando que muchos votantes de Junts se estén "yendo en estampida" hacia esta nueva formación. Esta fuga de votantes está afectando notablemente a las bases y la dirección del partido de Carles Puigdemont.

A pesar de esta nueva presión, el calendario juega a favor de la estabilidad del Gobierno central y del Govern catalán. Montañola ha recordado que las elecciones generales no se esperan hasta 2027 y las catalanas hasta 2028, lo que concede un amplio margen de maniobra. "En política el tiempo lo es todo", ha sentenciado el analista, sugiriendo que la situación actual de bloqueo beneficia en primer lugar a Pedro Sánchez y en segundo a Salvador Illa.

La 'ansiedad' del votante de derechas

En este contexto, la estrategia del Partido Popular consiste en "poner la presión sobre Junts" para una hipotética moción de censura, una táctica que David Álvaro considera "inteligente" al no asumir ellos mismos la responsabilidad. Sin embargo, el analista ha advertido sobre la "contraproducente ansiedad por el cambio" que se ha generado en el votante de derechas. Esta ansiedad se traduce en un deseo de "desalojar a Sánchez del gobierno" a toda costa.

Esta urgencia choca con la realidad, ya que el cambio "no se va de manera inmediata", lo que genera "cierta frustración en el elector de la derecha". Para estos votantes, existe la percepción de que "este gobierno es inasumible, es inaguantable y tiene que decaer de manera inmediata", pero la legislatura persiste. Según Álvaro, esta ansiedad "juega en contra del Partido Popular, de VOX, y de los que están en contra del gobierno actual".

La legislatura sigue su curso en una delicada coreografía de intereses. La próxima semana, Junts votará en contra de los objetivos de deuda y déficit, manteniendo su pulso, pero sin intención de provocar una ruptura definitiva. Mientras tanto, en Moncloa se aferran a su particular "cuento de la lechera", esperando que el Tribunal de Justicia de la Unión Europea se pronuncie sobre la amnistía y facilite el regreso de Puigdemont, un escenario que podría permitirles sacar adelante los presupuestos del próximo año.