Sánchez ha conocido por boca del presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, las pretensiones de estos. Por si tenía alguna duda. El señor Sánchez se va a dedicar a marear la perdiz, como que escucha y a la hora de la verdad, esperemos que no vaya más allá de los límites de la ley, porque estaríamos ante un presidente del Gobierno que desde el punto legal tendría consecuencias.

Yo espero que Sánchez se dedique a escuchar y ver cuándo salta por los aires la mesa de negociación.

Las claves y exigencias las ha puesto ya sobre la mesa Aragonès. A partir de la segunda semana del mes de septiembre la negociación política para resolver lo que entienden ambos como el conflicto político catalán. ¿Y qué pide Aragonès? Lo que piden todos los separatistas: referéndum de independencia para que voten los catalanes y una ley de amnistía para obtener impunidad. Para que todo lo que han hecho y que van a hacer no sea juzgado para seguir cometiendo aberraciones. Piden impunidad para no pagar el dinero que han malversado del presupuesto del Estado para sus campañas políticas a favor de la independencia.

Hoy el Tribunal de Cuentas ya les ha dicho que tienen que pagar 5,1 millones de euros por haber hecho esa política exterior y propaganda política a favor de la independencia. A esos 5,1 millones hay que sumar 5,2 millones más que ya reclamó el Tribunal de Cuentas a Artur Mas como presidente de la Generalitat por el referéndum del 9 de noviembre. Y otros 4,1 millones que reclaman a Puigdemont y su equipo por el referéndum del 1 de octubre.

Junqueras debe pagar casi dos millones de euros por haber gastado y malversado dinero en la campaña a favor de la independencia y del referéndum. Y Puigdemont otros dos millones por su cuenta y riesgo.

¿Qué quieren? Aragonès hoy lo ha exigido. Ley de amnistía para que pueda volver Puigdemont y los llamados "exiliados" y que no responsan ante la ley. Está exigiendo eso y eso es lo que van a negociar en septiembre. Mientras tanto la matraca independentista. Además habrá otra mesa de negociación paralela que empezará en breve para hablar del dinero que vamos a tener que enviar a Cataluña para satisfacer los intereses de esta Generalitat que no trabaja con la solidaridad y la lealtad.

Esperemos que llegue un momento en el que Sánchez ponga pie en pared, por el bien de todos y la España democrática y constitucional.