
Cuando el dolor habla, Dios responde con consuelo
En la Vigilia del Jubileo de la Consolación, el Papa ofreció una palabra que no solo acaricia el alma herida, sino que la impulsa a caminar. León XIV recordaba que en la Iglesia nadie está solo, ni siquiera en medio del dolor más profundo. Mario Alcudia reflexiona sobre cómo ante el sufrimiento, Dios no nos abandona sino que se acerca y nos abraza.