El obispo de Ávila invita a vivir el Año Jubilar Sanjuanista como camino de conversión
La apertura oficial tiene lugar este domingo en Fontiveros, cuna del místico abulense

Apertura Jubileo San Juan de la Cruz Avila
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La diócesis de Ávila inicia este domingo el Año Jubilar Sanjuanista, un tiempo de gracia concedido por el Papa León XIV con motivo del tercer centenario de la canonización de San Juan de la Cruz (27 de diciembre de 1726) y del primer centenario de su proclamación como doctor de la Iglesia (24 de agosto de 1926). Con ocasión de esta apertura, el obispo de Ávila, Mons. Jesús Rico García, ha hecho público un mensaje dirigido a todos los fieles, en el que expresa su deseo de que este Jubileo sea “una ocasión para dar gracias a Dios por la vida y ministerio de San Juan de la Cruz”, y al mismo tiempo “un paso más en el necesario camino de conversión personal y pastoral” para toda la Iglesia abulense.
Mons. Rico subraya que la figura del santo de Fontiveros acompaña y orienta el objetivo pastoral del curso, centrado en la virtud de la fe. Recuerda que la vida de San Juan de la Cruz se caracteriza por la absoluta centralidad de Cristo, y que ese es el camino que hoy necesita recorrer la Iglesia: “Volver a Cristo es lo primero y más decisivo. Poner a Jesucristo en el centro de nuestra fe. Todo lo demás viene después”.
El obispo invita así a redescubrir la pasión por la fidelidad al Señor, convencido de que “la renovación de nuestra Iglesia sólo vendrá de aquellos que tienen raíces profundas y viven de la plenitud pura de la fe”. En este sentido, anima a los fieles a dejarse conquistar por Cristo para ser testigos de esperanza, reconciliación y paz.
En su mensaje, recuerda las palabras de San Juan Pablo II, quien definió a San Juan de la Cruz como “el gran maestro de los senderos que conducen a la unión con Dios”. Sus escritos, afirma, permanecen actuales porque muestran los caminos del conocimiento de Dios a través de la fe.
Mons. Rico concluye invitando a “abrir las ventanas del alma para que la luz de Dios pueda entrar”, convencido de que en esa apertura se halla la verdadera fuerza del creyente.



