Un experto forestal explica el motivo por el que España no previene los incendios y prefiere apagarlos: incluso aunque pierda dinero
La llegada de la segunda ola de calor del verano complica la situación en el campo

experto en incendios en Mediodía COPE
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133 incendios han tenido lugar en España desde que el verano abrió sus puertas. Una situación cada vez más difícilmente sostenible debido a la evolución de los incendios, más agresivos, rápidos y destructivos que antes. El contexto nos hace preguntarnos si la precaución en el campo es suficiente o si podemos hacer más por evitar estas tragedias. Para responder a todas estas preguntas, Sandra Asenjo entrevista en Mediodía COPE a Víctor Resco de Dios, profesor de ingeniería forestal en la Universidad de Lleida.
Los incendios cada vez son más fuertes
Los grandes incendios resultan muy difíciles de controlar para los equipos de extinción: “A pesar de que nuestros equipos de extinción son de los mejores del mundo, pues precisamente por este aumento en la intensidad, en la agresividad, en la velocidad de propagación que muestran”, cuenta Víctor. Los incendios grandes, conocidos como incendios extremos, siguen siendo un problema. En Portugal, ya sufrieron las consecuencias del fuego: 10.000 hectáreas por hora durante 12 horas. Un incendio que incluso llegó a afectar a Vigo.

Incendio desde otro punto de vista
Este tipo de incendios reescribe por completo las reglas del juego y pone de manifiesto no solamente la necesidad de adaptar la extinción a los nuevos tiempos, sino también la urgencia en prevenir estos incendios a través de la gestión del territorio. La temporada de incendios se ha retrasado más de lo normal, debido a la lluviosa primavera, sin embargo su llegada se ha hecho notar y ahora el foco está en el mes de agosto.
El fuego en Cataluña parece haber llegado a su fin, sin embargo, Cantabría espera lo peor:”Los grandes incendios en la zona mediterránea y Levante han sido sobre todo en julio, en particular en la primera quincena, mientras que en la zona cantábrica suelen ser peores en agosto”, explica Víctor, añadiendo que debido a la falta de precaución “dependemos de los elementos”. Un agosto que empieza con la segunda ola de calor del verano y en el que están puestas todas las miradas.
Prevenir para ahorrar
Dentro de la multitud de opiniones respecto al auge de los incendios, los expertos lo tienen claro: “Cuando el foco mediático está puesto en las llamas, se toman algunas medidas para apagar la presión social sobre el legislador, pero una vez se apagan las llamas y el fuego desaparece del centro mediático, el legislador se olvida de este problema”, cuenta Víctor.

Un profesional talando un árbol con una motosierra
La prevención sigue siendo la gran asignatura pendiente. De hecho, muchas veces cuando se habla del presupuesto asignado a la prevención, tiene lugar una confusión, ya que hace referencia realmente a infraestructuras para la extinción, como cortafuegos, y no a la prevención real. “La prevención es gestionar el paisaje, el territorio; es mucho más amplio que hacer franjas cortafuegos. Por tanto, sigue siendo la gran asignatura pendiente”, cuenta Resco de Dios.
Muchas veces, no somos conscientes del impacto económico que tiene un incendio: 19.000 euros por hectárea, sumado a la subvención por declaración de zona catastrófica, que tiene lugar en algunas ocasiones. La solución de los expertos forestales es clara: invertir en labores de protección, que suponen entre 200 y 3.000 euros, pero a diferencia de las labores de extinción, tiene un retorno en forma de leña.
Un gobierno en el punto de mira
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Ahora bien, llevar a cabo labores de prevención, no conlleva únicamente un precio económico. El Gobierno tendría que realizar labores controvertidas, como son las talas y las quemas controladas, a la par que una labor pedagógica para que la ciudadanía entienda cómo debe actuar en estos casos. Víctor acusa falta de valentía por parte de los legisladores, ya que “no hacer nada sale más barato”. Por el momento, solo podemos aferrarnos a un agosto menos caluroso y seco de lo habitual.